EDUARDO ORTEGA: CRONISTA EJEMPLAR
Ha narrado 25 Series Mundiales y cuatro torneos Clásicos
Era una fría noche de diciembre en Mexicali, en un estadio de beisbol que estaba mucho más vacío que lleno, y el cálido abrazo de la voz de Eduardo Ortega hizo que se sintiera como en casa.
Habló de los lanzadores del juego y de sus ciudades natales y de las organizaciones para las que han jugado. Describió las bolas y los strikes y los grounders al lado izquierdo. Contó una historia sobre el mánager del equipo visitante y sobre el público de la noche anterior y sobre los partidos jugados y las hazañas logradas aquí y allá hace mucho tiempo y la semana pasada.
Y tanto si se entiende cada palabra que Ortega dice en español como si solo se entienden algunas o ninguna, su forma de hablar hace que uno quiera oír más.
“Así es como siento el juego”, dijo Ortega de un estilo que es en parte abuelo contando historias a los niños reunidos alrededor suyo, un poco shakesperiano y el ocasional ¡Se va! ¡Se va! ¡Se va!
“Honestamente, como en términos de radiodifusión pura, él es el estándar más alto al que todos aspiramos”, dijo Pedro Gutiérrez, quien trabaja con Ortega en las transmisiones de radio en español de los Padres en 860-AM. “Solo hablando con los locutores (de otros equipos), todos seguimos sus pasos en cuanto a tener ese alto nivel de transmisiones . ... No vas a llegar a sus notas, porque si todos fuéramos tan buenos como Eduardo, entonces nadie sería tan bueno como Eduardo”.
Dijo el comentarista televisivo de los Padres, Don Orsillo: “A veces escucho sus narraciones... y pienso: ‘Eso fue mucho mejor que lo que yo acabo de decir’. Es mucho más emocionante. Las palabras suenan mucho mejor. Y lo termina con una gran celebración”.
Las palabras de Ortega, su cadencia y su seriedad no necesitan traducción. Habla del beisbol como si le importara profundamente.
Y así es.
Ese amor es lo que le lleva a volver año tras año para relatar partidos en la Liga Mexicana del Pacífico en invierno.
Ortega, natural de Tijuana, cumplirá 60 años en junio. Ya no hace los arduos y a veces peligrosos viajes en autobús ni toma los vuelos comerciales que hacen los
equipos de la liga invernal mexicana. Pero entre una temporada y otra relatando 162 partidos para los Padres por radio y televisión —como lo ha hecho durante 37 años— ha pasado la mayor parte de sus últimas 18 temporadas bajas en Mexicali relatando partidos locales de las Águilas de Mexicali por radio y para la cadena nacional mexicana de cable Megacable y Sky Sports.
“Algunas personas se sorprenderían del trabajo que realiza”, dijo Lalo Meza, quien trabaja en las transmisiones de las Águilas con Ortega. “Él ama el juego. Su amor por el beisbol, su pasión por el beisbol”.
Puede que Ortega solo sea conocido por un subconjunto de aficionados hispanohablantes de los Padres —los que lo escuchan por la
radio y los que cambian sus transmisiones de Bally Sports San Diego al español—, pero su alcance en México y más allá es vasto.
Comenzó su carrera narrando partidos para los Potros de Tijuana hace casi 40 años. Ha relatado 20 Series Mundiales y 17 Series del Caribe y fue la voz principal en español de cuatro Clásicos Mundiales de beisbol.
“Ha habido generaciones de aficionados mexicanos al beisbol que lo han seguido”, dijo Meza a través del intérprete Danny Sánchez. “Ha habido muchos aficionados al beisbol que han crecido escuchando a Eduardo, aficionados que lo han seguido no solo en México sino que lo han seguido hasta los Padres y se han convertido en aficionados de los Padres por el buen trabajo que hace
pintando el cuadro y contando la historia del beisbol”.
Así es que el fin de semana pasado, con los Padres en la capital de México para jugar dos partidos contra los Gigantes —los primeros juegos de temporada regular de la MLB que se celebran en la Ciudad de México— Ortega estuvo entre los mayores atractivos.
Orsillo experimentó lo cierto que es eso trabajando en la radio junto a Ortega en 2016, cuando los Padres jugaron aquí dos exhibiciones contra los Astros cerca del final de los entrenamientos de primavera.
El viejo Estadio Fray Nano no tenía una cabina para el equipo de tres hombres. Orsillo, Ortega y el ingeniero Dave Marcus tenían una pequeña mesa instalada en la
última fila del estadio. Orsillo estaba en el exterior, Ortega en el centro.
“No tenía ni idea de la popularidad de Eduardo Ortega hasta que llegué a Ciudad de México”, dijo Orsillo. “Era como si estuvieran los Beatles. Había gente arrastrándose por todas partes, intentando tocarle. No paraban de decirle: ‘¿Puedo tocarte? ¿Puedo tocarte?’ Y él decía: ‘Sí. Sí.’ Llegó un punto en el que me puse en plan seguridad, porque en algún momento tenemos que trabajar. Tenemos que dejar de tomar algunas de estas fotos, selfies. Era una locura. Es una estrella de rock de proporciones épicas”.
Ortega regresó con los Padres esta semana en un momento emocionante para el beisbol mexicano después de que el equipo del país avanzara a las semifinales del CMB el mes pasado.
En los días previos a la llegada de los Padres, la emoción de Ortega iba en aumento. Sus amores —el juego y los Padres y México— estaban a punto de estar juntos.
Ha narrado todos los partidos de los Padres en México. Ha hecho viajes con Tony Gwynn y otros para dar clínicas.
“Este es grande”, dijo. “La capital del país . ... Y es grandioso porque éste es el mejor momento de la presencia internacional mexicana después de lo que sucedió en el Clásico Mundial de beisbol. Todo el país está abrazando más el beisbol. Me encanta”.