Se hace director de cine para contar historias de su gente
Baldemar Rodríguez lleva a la pantalla el tema de la separación de las familias inmigrantes por redadas
El cineasta Baldemar Rodríguez tiene un claro recuerdo de haber venido a este país a los tres años con su mamá y hermanos, luego que su papá mandó llamar por ellos.
“Él vino primero, y logró un trabajo de conserje en el distrito escolar de Pasadena, en Texas, luego vinimos nosotros y comenzamos nuestra transición de la pequeña ciudad de Valle Hermoso, en Tamaulipas ( México), a la vida en los Estados Unidos”, comenta Rodríguez.
La transición fue difícil, pero la vivieron juntos, papá, mamá y cuatro hermanos. Años después, cuando Baldemar trabajaba como editor y camarógrafo del Canal 2 de NBC en Houston, comenzó a recibir video de noticias sobre las redadas de inmigrantes que comenzaron después de ataque terrorista del 9/11, bajo el gobierno de George W. Bush.
“Como era el editor yo tenía que ver todo. Me di cuenta de que estaban separando a las familias, y que comenzaba a hablarse de los centros de detención de migrantes”, recuerda. “Pero terminábamos dando notas muy cortas y superficiales, se llevaron a tantos “ilegales”, pero no hablaban de lo que estaba pasando realmente”
El tema de la separación familiar debido a redadas y deportaciones se convirtió en una obsesión para el joven aspirante a cineasta desde aquel momento. Han pasado casi 15 años, y tras muchas dificultades y mucho trabajo, su película “In Search of the American Dream” se estrenó en Los Ángeles y Nueva York en las últimas dos semanas.
Es un film independiente, realizado con donativos y años de dedicación, que le demostró a Baldemar todo lo que uno puede hacer si tiene las ganas, pero también, lo difícil que puede ser para un latino que quiere contar una historia difícil, en la que las autoridades estadounidenses no quedan bien paradas.
La película es un tipo de “road movie”, que transcurre entre el momento en que los padres de David -interpretado por Baldemar- son arrestados por error en una redada a la casa de unos coyotes y encarcelados con cargos federales. David, el mayor de seis hermanos, toma la decisión de escapar con ellos para impedir que los separen, como está a punto de ocurrir: los pequeños en manos de “Foster homes” y los grandes en centros migratorios de detención.
Son más de dos horas de drama en los que no hay espías, ni terroristas, ni las usuales tramas de tantas películas policiales o de acción: se trata de una familia que lucha por permanecer junta.
En un principio, los padres de los niños actores y la joven actriz Shaina Sandoval, que hace el rol de su hermana segunda, Angélica, no podían creer que esto ocurriera en realidad en los Estados Unidos.
“Me senté con los actores y sus padres para que se dieran cuenta en qué era lo que su hijo o hija iban a participar, no quería abusar del tema político. Pero ellos me pre- guntaban… ¿es verdad todo esto? La misma Shaina no lo podía creer, ella es latina, pero nació aquí y no tenía ni idea de que esta era la realidad de millones de personas”.
Baldemar Rodríguez escribió el guión, dirigió la película e hizo el papel principal. Y también pasó años buscando donantes para completar cada parte de la película.
“No es fácil sacar el dinero para una película. Hay resistencia a ciertos temas, a invertir si no están garantizados los millones en taquilla, etc”, explica el cineasta, quien tenía “veintipico” cuando empezó el proyecto y ahora tiene 41 años.
El guión f ue escrito en 2006, e inicialmente se llamaba ‘El Nacional’. “Pero nadie quiso involucrarse, decían que el concepto era muy políticamente controversial”.
El tema de las redadas, la separación familiar y los cen- tros de detención no se hizo candente hasta mucho después que Baldemar comenzó su proyecto, pero más adelante, fue la idea de enviar un mensaje sobre la separación de familias lo que le ganó el apoyo de Lupe Fraga y Michele Fraga, de Tejas Office Products, quienes proporcionaron los primeros fondos y ayudaron a conseguir otros donantes. La Asociación Nacional de Productores Latinos Independientes NALIP, le dio también un empujón.
Ahora que la película está terminada, viene la lucha por lograr que la vea la mayor cantidad de personas posible. Después de premieres en LA y NY, si no hay éxito con la distribución comercial, el director espera poder impulsar la película por medio de organizaciones como NCLR, LULAC, mostrarla en escuelas, colegios y centros comunitarios.