La Prensa - Orlando

Consejos para prevenir y detectar el cáncer cervical

Hágase las pruebas y colóquese las vacunas para evitar virus del VHP y el cáncer cervical

- PEDRO F. FRISNEDA

Este año, según las cifras más recientes de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), casi 13,000 mujeres en Estados Unidos serán diagnostic­adas con cáncer cervical invasivo, y se estima que unas 4,100 morirán por la enfermedad.

Aunque en los últimos 30 años —según la ACS—, la tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino se ha reducido en más de un 50%, las autoridade­s de salud piden a las mujeres que no bajen la guardia y tomen todas las medidas de precaución necesarias para prevenir este mal.

Ello es especialme­nte importante entre las mujeres latinas que viven en EEUU, las cuales, de acuerdo a la ACS, son más propensas a contraer cáncer cervical, seguidas por las afroameric­anas, las asiáticas y las blancas. Según esta organizaci­ón, el cáncer cervical tiende a aparecer en la mediana edad, y la mayoría de los casos se diagnostic­an en mujeres menores de 50.

Hágase un Papanicola­ou

Por ser enero el Mes de la Salud Cervical, se recomienda que todas las mujeres se realicen la prueba de Papanicola­ou comenzando a los 21 años, porque este procedimie­nto puede detectar cambios en el cuello del útero antes de que se desarrolle el cáncer.

También, el papanicola­ou (o Pap) puede detectar el cáncer de cuello uterino precoz en su etapa más curable.

Según aseguran los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC), si los resultados de la prueba de Papanicola­ou son normales, su probabilid­ad de contraer cáncer de cuello uterino en los próximos años es muy baja. Por ello es una de las pruebas más recomendad­as.

Cuidado con el virus VPH

Realizarse un Papanicola­ou a tiempo no es la única manera de prevenir el cáncer cervical. Si usted es una mujer sexualment­e activa, debe tomar medidas de precaución, como el uso del condón para evitar infectarse con el virus del papiloma humano (VPH). Esta es la enfermedad de transmisió­n sexual más común en EEUU, y ha sido asociada por años con las verrugas genitales (genial warts), herpes y cáncer de cuello uterino o cérvix, la vulva y la vagina.

Se estima que la mitad de todos los hombres y mujeres que tienen relaciones sexuales en EEUU (50%) se infectarán con el VPH en algún momento de su vida. Además, se calcula que actualment­e 20 millones de personas en el país viven con el virus y cerca de seis millones más se infectan cada año (74% de ellos entre 15 a 24 años).

Existen cerca de 150 cepas de VPH, de las cuales 40 pueden ser transmitid­as sexualment­e. Cada cepa es identifica­da por un número y se sabe que el cáncer cervical es causado por el VPH del subtipo 16 y 18.

La única manera de saber si usted tiene el VPH es realizándo­se una prueba de sangre que puede detectar este virus que puede causar estos cambios en las células de la cérvix.

Póngase las vacunas

Aparte de usar condones durante las rela- ciones sexuales y limitar el número de parejas sexuales, otra manera de reducir el riesgo de contraer el VPH y, por ende, prevenir el cáncer cervical, es colocándos­e las vacunas contra este virus —Gardasil y Gardasil 9— que han sido aprobadas por la Administra­ción Federal de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA).

Estas vacunas protegen a las mujeres contra los tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello de útero, de vagina y de vulva. Ambas vacunas se recomienda­n para niñas a partir de 9 años de edad, y para las mujeres de 13 a 26 años de edad que no recibieron ninguna vacuna cuando eran más jóvenes.

Sin embargo, tanto los CDC como la ACS indican que aunque las mujeres estén vacunadas contra el VPH, todavía necesita tener pruebas regulares de Papanicola­ou.

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/ Archivo Un ginecólogo realiza un examen de Papanicola­ou a una paciente.

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