Cerca de ser confirmada
CORTE: los republicanos impulsan a la nominada a la Corte Suprema Amy Coney Barrett más cerca de la confirmación, al programar una votación para esta semana.
Los republicanos dejaron a la nominada a la Corte Suprema Amy Coney Barrett bien cerca de la confirmación, pasando por encima de las objeciones demócratas y de otras prioridades durante la pandemia del COVID-19, en su intento de lograr la aprobación antes de las elecciones generales del 3 de noviembre.
La Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado fijó para este jueves 22 de octubre su votación para recomendarle la nominación de Barrett al pleno del Senado, y la votación final se esperaría para fin de mes.
“Es una farsa”, dijo la senadora demócrata Amy Klobuchar. “Acaparación de poder”, dijo su correligionario Richard Blumenthal. “No es normal”, agregó el también demócrata Dick Durbin.
“Uno no convoca a una audiencia de confirmación para la Corte Suprema durante una pandemia, cuando el Senado está en receso, cuando ya han empezado las votaciones para la elección presidencial en la mayoría de los estados”, declaró el senador demócrata Chris Coons.
Los republicanos, deseosos de cubrir la vacante dejada por el fallecimiento de la jueza liberal Ruth Bader Ginsberg replican que el presidente Donald Trump tiene la autoridad para cubrir el puesto y que ellos tienen los votos necesarios para hacerlo. Apoyados en su pequeña mayoría en el Senado, los republicanos se aprestan a asegurar una mayoría conservadora de 6-3 en la corte para los años por venir.
El senador republicano por Texas John Cornyn dijo, por su parte, que entiende la “desilusión” de los demócratas y agregó que “su derrota es la victoria de los estadounidenses”.
La confirmación de Barrett daría el cambio ideológico más pronunciado a la Corte Suprema en 30 años, del ícono liberal Ginsberg a la conservadora jueza de apelaciones de Indiana. El cambio casi seguramente lanzará una nueva era de fallos judiciales sobre aborto, derechos al voto y otros asuntos que quedan ahora abiertos a incertidumbre.
Barrett, de 48 años, se cuidó durante los dos días de testimonios de no mostrar sus opiniones en muchos asuntos y de no hablar del presidente que la nominó. Enfrentando casi 20 horas de preguntas de los senadores, declinó dar detalles más allá de decir que mantendría la mente abierta y analizaría los casos individualmente.
“No es la ley de Amy”, les dijo a los senadores varias veces.
Barrett no estaba presente en la audiencia del jueves, la última de las sesiones de la semana en momentos en que la pandemia persiste en el país.
Dos senadores republicanos en la comisión han dado positivo a coronavirus.
Separación de familias
El miércoles, Barrett no quiso decir si la práctica del gobierno de Trump de separar a niños migrantes de sus familias en la frontera sur con México estuvo mal.
Barrett fue cuestionada por el senador Cory Booker sobre dicha práctica durante su audiencia de confirmación, a lo que respondió que no podía ser arrastrada a un debate en torno a la política de inmigración del gobierno de Trump. La jueza se ha negado a tomar parte en varios temas —por ejemplo: si el presidente Trump tiene el derecho de postergar las elecciones— argumentando la necesidad de independencia del poder judicial.
El gobierno de Trump separó a más de 2.500 niños migrantes de sus padres en la frontera sur del país durante la primavera y verano de 2018.
La práctica fue ampliamente considerada como inhumana por dirigentes, legisladores y grupos religiosos de todo el mundo, incluido el papa Francisco.
Investigaciones posteriores concluyeron que probablemente miles más fueron separados de sus familias, pero la falta de registro del gobierno hizo imposible saber realmente cuántos. El gobierno sigue enfrentando un proceso en los tribunales en torno a esa política.