Rapinoe rechaza invitación
La capitana de la selección femenina, contra Trump
El viernes, dentro de la cancha, fue la gran figura y líder de la selección femenina de fútbol de Estados Unidos que venció a Francia por 2-1 en París para avanzar a las semifinales de la Copa del Mundo de la FIFA.
Y en los días previos a ese trascendental partido también había sido la gran protagonista del equipo norteamericano fuera de la cancha al ratificar su rechazo a una invitación del presidente Donald Trump para visitar la Casa Blanca.
Megan Rapinoe, de ella se trata, es la capitana. No es una jugadora del montón. Con la misma calma que transmitió a sus compañeras al anotar los dos goles contra las anfitrionas en el Parque de los Príncipes para así asegurar el pase a las semifinales (donde las defensoras del título chocaban con Inglaterra), la experimentada futbolista se disculpó en una conferencia de prensa ante los ojos del mundo por sus declaraciones.
Sin embargo, no se disculpó por haber rechazado la invitación de Trump, sino por haberse referido a la Casa Blanca con un insulto durante un reportaje que le hizo una revista a principios de año, cuando también puso en tela de juicio una posible invitación del presidente.
No será la primera ni la última vez que una deportista lanza un insulto al aire en sus declaraciones a la prensa. Tampoco es la primera vez que una personalidad del mundo del deporte entra en una polémica con al actual presidente. Y difícilmente sea la última.
Ya los basquetbolistas Stephen Curry y LeBron James, y el reconocido entrenador de San Antonio Spurs y de la selección nacional Gregg Popovich, entre otros, rechazaron invitaciones y o intercambiaron mensajes agresivos por las redes sociales o por los medios de comunicación con Trump.
El presidente, que invitó a las futbolistas ganen o pierdan en Francia, criticó a Rapinoe por “faltarle el respeto a la Casa Blanca y a nuestra bandera”. También la criticó públicamente por protestar durante la ejecución de las estrofas del himno nacional. Y ahí quizás esté el origen de esta nueva disputa, que es reflejo de las críticas de Trump a Colin Kaepernick.
Hace ya unos años, y en la época en que Trump ya llegaba al poder, el ex mariscal de campo de los 49ers de San Francisco comenzó a arrodillarse durante la ejecución del himno nacional antes de sus partidos en la NFL en protesta a la violencia policial contra la comunidad afroestadounidense y por la injusticia social y racial.
Kaepernick perdió su lugar en la franquicia de San Francisco y sorpresivamente, a pesar de tener un nivel superior a otros quarterbacks de la liga, no fue contratado por ningún otro equipo. Se convirtió prácticamente en un paria del deporte en este país, y hay quienes hasta llegaron a hablar de un pacto entre los dueños de equipos para no contratarlo.
Pero muchos salieron en su defensa y apoyo. Entre ellos ha estado Rapinoe, quien comenzó a arrodillarse también durante la ejecución del himno en solidaridad con Kaepernick y las ideas por las que éste ha protestado. Como la federación estadounidense de fútbol obliga a sus jugadores a escuchar el himno de pie, eso no ha ocurrido en los partidos de la selección en la Copa del Mundo.
Rapinoe, sin embargo, ahora cuenta con el amplio apoyo de su entrenadora en la selección de Estados Unidos, Jill Ellis, y de sus compañeras que luchan en Francia por defender con éxito su condición de campeonas del mundo. Ellis dijo que todo el plantel apoya a su capitana, declarada abiertamente como homosexual y que también ha criticado la política del gobierno contra la comunidad LGBTQ+.