MESSI BUSCA LA COPA AMÉRICA
El talentoso futbolista argentino g ió a la selección de su país en la estupenda goleada sobre Estados Unidos en el NRG Stadium de Houston y va en busca de un título internacional que se le ha negado en los últimos años. La final se juega este domingo en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.
Con la clase gratuita de fútbol que le dio a un equipo de Estados Unidos que pareció un rejuntado de amateurs, la selección argentina de fútbol logró el boleto a su tercera final en torneos consecutivos en los tres últimos años.
En el Mundial de Brasil 2014 y en la Copa América de Chile 2015 se fue con las manos vacías, quizás sin merecerlo, y ahora la generación que lidera el talentoso Lionel Messi está frente a una gran oportunidad de ganar un título de envergadura en esta Copa América Centenario.
En su camino a la final del domingo en Nueva Jersey, Argentina ganó todos sus partidos con comodidad y ha anotado 18 goles contra sólo dos que ha recibido. Pero a no dejarse engañar, tres de sus goleadas fueron frente a rivales donde precisamente el fútbol no es el deporte rey.
En la conferencia de prensa posterior a la goleada de 4-0 en el NRG Stadium, Gerardo Martino, el DT de Argentina, trató de evitar los adjetivos superlativos. Cuando le preguntaron si había sido su mejor partido del torneo, respondió escuetamente que sólo le pareció que su equipo había jugado bien.
En cambio, sí hizo hincapié en el convencimiento que tienen sus jugadores para ir en busca de su objetivo después del duro golpe anímico de perder dos finales tan ajustadas.
Argentina, que en mayores no gana un título importante desde la Copa América de 1993 en Ecuador, llega a esta final sedienta de revancha.
Minutos antes, en la misma sala donde Martino dio sus impresiones, el alemán Jurgen Klinsmann, DT de EE.UU., dejó más dudas que certezas.
Dijo que él y sus jugadores no tenían nada de qué avergonzarse tras haber sido derrotados por el número uno del ranking de la FIFA. Se equivoca: su equipo nunca salió a ganar y apenas se dedicó a tratar de evitar una goleada más abultada. De a ratos, parecía que Argentina estaba tocando en una práctica.
Las estadísticas dicen que Argentina hizo 625 pases contra sólo 108 de los locales y que tuvo el balón en un 68 por ciento del tiempo de juego. Pero más triste es que Estados Unidos no pateó ni una sola vez contra la portería de Sergio Romero, quien se convirtió en un espectador de lujo.