Houston Chronicle Sunday

Cómo ahorrar en el supermerca­do

CUESTIÓN DE DINERO Los alimentos pueden ser una sección muy difícil de calcular en tu presupuest­o

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Eileen AJ Connelly

Planificar para la compra de alimentos puede ser una de las tareas más inciertas en un presupuest­o familiar.

Por ejemplo, aunque la mayoría de los expertos aconseja no dedicar más del 30 por ciento de los gastos de una familia al pago de la hipoteca o el alquiler, las indicacion­es para los alimentos varían del cinco al 15 por ciento.

Esto se debe a que, aunque los alimentos son una necesidad, la cantidad que cada familia gasta en el supermerca­do queda a discreción y fluctúa mucho, aunque hayan establecid­o un presupuest­o.

“Muchas veces no nos ajustamos a eso”, dice sobre su familia Carla Chery, representa­nte en Nueva York de la página web MomsLikeMe.com Los cálculos varían

Resulta difícil calcular un estimado de lo que la gente gasta en alimentos, pero lo cierto es que sus precios han subido en los últimos años.

Por ejemplo, aumentaron un 4.2 por ciento en 2007 y un 6.4 por ciento en 2008, según el Departamen­to de Estadístic­as Laborales. El Departamen­to de Agricultur­a proyecta que este año subirán un 3.5 por ciento.

Gary Foreman, ex planificad­or financiero que opera la página web The Dollar Stretcher, dice que la familia típica suele gastar entre el 15 y 20 por ciento de su presupuest­o en alimentos.

“No creo que nadie pueda decir cuál es la cifra ideal para una familia determinad­a”, opina Foreman y agrega que existen variables como la ubicación y la salud.

Así, no hay una guía infalible para ahorrar en un sector tan variable como el de los alimentos, pero hay ciertas estrategia­s. Diferentes caminos

Un buen ejemplo son los tomates orgánicos a 4.99 dólares la libra que se vendían en un supermerca­do cercano a la casa de Michelle Jones en Atlanta.

Jones, fundadora de la página para consumidor­es BetterBudg­eting.com, dice que como ella nunca pagaría ese precio, se puso a buscar hasta hallar una variedad de tomates no orgánicos que costaba 1.69 dólares por libra.

La compra de alimentos “no es un gasto fijo como la hipoteca o los servicios públicos, que tienes que pagarlos y eso no puedes cambiarlo”, afirma Jones. “Puedes optar por gastar 50, 100 dólares o la cantidad que dispongas”.

El Departamen­to de Agricultur­a divide el gasto en cuatro categorías: frugal, ahorrativo, moderado y liberal. Para una familia de cuatro, como la de Chery, que tiene dos hijos menores de cinco años, el gasto oscila entre una cantidad frugal de 524 dólares por mes a un monto liberal de 1,014 dólares mensuales.

Con 500 dólares, el presupuest­o de Chery cae por debajo de la categoría frugal. Chery podría usar cupones o ir a distintos mercados, pero ella usa otra estrategia: “Compro dos o tres cosas de lo que esté en rebaja. Sobre todo si no se echa a perder”.

Las compras cuidadosas también ayudan a Elizabeth Gibbons, de Pensilvani­a, a gastar menos del estimado frugal, ya que invierte 360 dólares para ella su novio y la hija de éste, quien vive con ellos parcialmen­te.

Gibbons destina unos 200 dólares al mes, esto es, el 4 ó 5 por ciento de sus gastos. “Soy muy conservado­ra”, dice Gibbsons, quien es profesora de danza en la Universida­d de East Stroudsbur­g. “Siempre trato de gastar lo menos posible”.

Gibbons dice que tampoco recorta cupones porque son principalm­ente para alimentos procesados que ella no consume. En cambio, compra en tiendas de descuento y se concentra en frutas y vegetales frescos, pero no en alimentos “de lujo”. “Para mí es importante comer bien y de manera sana, pero no voy a comprar productos orgánicos porque son más caros”, dice.

Jones, quien también opera GrocerySav­ingsTips.com, donde ofrece cientos de consejos, dice que los cupones pueden ayudar si los usas en artículos que están en oferta.

La experta no aboga por el almacenami­ento de alimentos. Tres veces ha pertenecid­o a clubs de almacenes al por mayor, sólo para luego darse cuenta de que no son la mejor forma de ahorrar porque la gente compra cosas que no necesita.

“Me va mejor comprando ofertas en los mercados regulares”, asegura.

Foreman recomienda llevar un registro del costo de los productos que se usan con frecuencia. Puedes comparar precios entre diferentes tiendas, pero también los productos en una sola. “Cuando algo se anuncia como oferta, uno sabe si realmente lo es”, precisa.

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Kyle Bursaw / AP Buscar las ofertas en la tienda de tu preferenci­a y llevar un registro de precios son tácticas útiles.

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