Votación en la Cámara Baja
La aprobación en el Senado del ambicioso plan fiscal, climático y sanitario de los demócratas facilita el camino al visto bueno definitivo en el Congreso. Se espera que a más tardar hoy la Cámara de Representantes vote la medida. La llamada Ley de Reducción de la Inflación contempla una inversión total de 669,000 millones de dólares para la bajada del déficit, programas de seguridad energética y lucha contra el cambio climático en la próxima década. Según explicó Ben King, director asociado del grupo de investigación Rhodium Group, “es la acción individual más grande que el Congreso ha tomado para combatir el cambio climático”. Pero “queda más por hacer” para que las emisiones netas de gases de efecto invernadero por parte de Estados Unidos de aquí a 2030 caigan en torno al 50% respecto a 2005, lo que requiere objetivos más ambiciosos en materia de renovables por parte de los estados. De esa normativa sí se espera que reduzca los costes energéticos para el consumidor y que impulse la seguridad energética del país a medio plazo, “tanto por la tendencia actual del mercado” como por su futura puesta en vigor. Aun así, la Casa Blanca presume de que supondría la mayor inversión pública contra el cambio climático en la historia de Estados Unidos y de que añade un cambio clave al otorgarle a Medicare, el plan de cobertura sanitaria para los mayores de 65 años, el poder de negociar el precio de las medicinas recetadas. Esa normativa no parece estar en entredicho en la Cámara Baja porque los demócratas gozan allí de la mayoría. Los congresistas interrumpirán momentáneamente sus vacaciones hoy para someterla a voto. El proyecto está lejos de los tres billones de dólares que el ala más izquierdista de los demócratas aspiraba a sacar adelante en un principio, pero refuerza a la Administración Biden en un momento en que los demócratas se juegan en noviembre el control de ambas cámaras y en que la inflación llegó en junio a un pico del 9.1%. De su lado, la vicepresidenta Kamala Harris no ha querido anticipar sus implicaciones en las urnas, pero no esconde su convicción de que su Gobierno avanza en la dirección correcta. “Independientemente de unas elecciones, los estadounidenses están siendo vistos y escuchados. Y una de las cosas que quieren es que sus líderes arreglen problemas y ofrezcan soluciones. Lo que se ha hecho es inmenso en cuanto a las soluciones ofrecidas”, dijo Harris.