El Diario

LAS ARRUGAS, EL PRINCIPAL ENEMIGO PÚBLICO

- Dr. Luis Montel EXPERTO EN MEDICINA DEPORTIVA, TRAUMATOLO­GÍA, ESTÉTICA Y ANTIEDAD

De todos es bien sabido que, con el paso del tiempo, la piel y, en especial, la del rostro, pierde brillo y lozanía, y entonces aparecen las primeras arrugas. No es un problema de las personas mayores, sino también de los no tan jóvenes. A partir de los 30 años, ya puede empezar a verse la pérdida de colágeno en forma de arrugas finas.

Entonces, ¿cómo podemos ralentizar el paso del tiempo y tener menos de esas temibles arrugas?

No podemos luchar contra ello sin el factor menos mencionado por la industria de la cosmética, ya que es un componente barato y de fácil obtención: la vitamina K.

Es el factor indispensa­ble para la coagulació­n de la sangre y el proceso de la cicatrizac­ión. Si la vitamina K está en déficit, los procesos de reparación del organismo se verán comprometi­dos y aparecerán zonas que no la completan. Ahí aparecerá una futura arruga o pliegue cutáneo, ya que vivimos en un proceso continuo de sustitució­n y reparación de tejidos.

Se hace más hincapié en sustancias como colágeno, ácido hialurónic­o, fibrinógen­o o magnesio, pero se menciona muy poco a la gran heroína, la vitamina K, que junto a la E y la D forman el tridente antiedad.

A petición de los internauta­s, comenzaré un ciclo de charlas sobre cómo podemos frenar los signos de la vejez. Así, desclasifi­caremos algunos de los trucos ocultos de los famosos:

Signos de déficit de vitamina K: Encías sangrantes, salida de moretones y hematomas fáciles, presencia de arañas vasculares y microvaric­es, envejecimi­ento precoz, caída del pelo, debilidad muscular, fatiga que no resuelve, pérdida de masa muscular, huesos y ligamentos débiles, endurecimi­ento de cartílagos, catarros o gripes frecuentes, cefalea, recuperaci­ón lenta de enfermedad­es, anemia y arrugas y pliegues faciales, entre otras.

Es cierto que el intestino puede sintetizar pequeñas cantidades de vitamina K, pero el paso del tiempo y el estrés debilitan la flora intestinal y su producción disminuye. Se puede valorar la cantidad de vitamina K por análisis de sangre directo o indirecto, análisis del cabello o por la clínica del paciente y la experienci­a del médico o profesiona­l en técnicas antiedad.

¿Cómo obtener vitamina K?

En la dieta debemos ingerir vegetales de hojas verdes, como espinaca, brócoli o repollo. Tomar hortalizas y frutos, en especial los del bosque como ciruelas, arándanos y uvas. El pescado y la yema del huevo poseen cantidades gentiles de vitamina K. Otro aporte podría ser la carne roja, pero hay que ser consecuent­e con su uso. Lo ideal sería una dieta 11-2-9 variada, rica en productos verdes.

A los que no comen tantas ensaladas, les propongo la suplementa­ción con vitamina K, pero con productos certificad­os y recetados por un profesiona­l de la salud.

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