El Diario

PARECE QUE NO HABRÁ JUICIO POLÍTICO

- Luis J. Del Valle B@ElNuevoDia Columnista de El Nuevo Día

La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, detuvo el proceso de designació­n de los administra­dores que se encargarán de presentar los dos cargos en contra del presidente Donald Trump. Si Pelosi no los nombra, no hay fiscales que presenten los argumentos a favor de destituir al Presidente. Por tanto, no se realizaría el juicio político en contra de Trump.

Puesto que el Senado es dominado por los republican­os, no se espera que Trump sea destituido. Los demócratas saben esto, pero de todos modos votaron a favor de presentar dos cargos inexistent­es en la Constituci­ón: abuso de poder y obstrución al Congreso. El objetivo no es destituir a Trump, sino demonizarl­o en periodo electoral. Sin embargo, quienes terminaron demonizado­s fueron los congresist­as demócratas.

Pelosi sabe que no fue buena idea iniciar un proceso de destitució­n sin apoyo bipartita. Se dejó llevar por la presión que ejercieron los socialista­s “democrátic­os” y otros congresist­as antiTrump. Para mantener liderazgo y el puesto de presidenta de la Cámara, Pelosi está dispuesta a tomar decisiones contraprod­ucentes. Sin embargo, corre el riesgo de perder la mayoría en la Cámara Baja y desprestig­ia al Congreso en el proceso.

Para compensar, decidió congelar el proceso de juicio político. Provocó una crisis constituci­onal de separación de poderes y de contrapeso­s. Le exige al líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, que le informe y negocie cómo será el juicio político. No quiere que los senado

Trump Le conviene el panorama hasta el momento.

res republican­os citen para comparecer a congresist­as demócratas y a otras personas que podrían revelar las irregulari­dades que cometió la Cámara. Quiere que citen a los allegados de Trump y a otras personas que no comparecie­ron a las vistas de la Comisión de Inteligenc­ia y de la Comisión de lo Jurídico.

Lo que exige Pelosi no procede constituci­onalmente, por ser dos cuerpos separados, con su propio reglamento, funciones y liderazgo. El juicio político lo realiza el Senado. Por esto, Pelosi no tiene jurisdicci­ón. Ella lo sabe.

Con esta movida de ajedrez político intenta desviar la atención de su propia metida de pata. En otras palabras, tranca el juego para que no haya juicio político. De este modo, los republican­os no podrían investigar a los demócratas para revelar sus triquiñuel­as. También, logra desplazar la culpa para que los socialista­s “democrátic­os” no la fustiguen, por detener el proceso de destitució­n.

A Trump le conviene ambos escenarios, que no se inicie el juicio político o que se inicie y sea absuelto. Otro escenario posible es que el Tribunal Supremo tenga que resolver una diferencia entre los cuerpos legislativ­os. Todos los escenarios ponen a Trump en una posición de ventaja, pues revelan que realmente no hay evidencia ni cargos legítimos para enjuiciarl­o políticame­nte.•

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