SALVEMOS NUESTROS PEQUEÑOS NEGOCIOS
Todo Todo funcionario público reconoce y pregona las significativas aportaciones a nuestra economía por parte de nuestros pequeños negocios. En un momento u otro, todos han dicho: “nuestras pequeñas empresas son el pilar de nuestra economía y los motores principales de la creación de empleos”. En práctica, estos elogios no corresponden al nivel de responsabilidad compartida en velar por el bienestar y el futuro de los propietarios de nuestros pequeños negocios ni al nivel de influencia que ejercen los poderosos intereses particulares que controlan la política económica en Nueva York.
El resultado de una política económica que privilegia ciertos intereses sobre otros ha sido décadas de tremendas ganancias para la industria de bienes raíces y de fracasos empresariales para nuestros pequeños negocios, la mayoría de los cuales se encuentran librando una batalla a muerte por sobrevivir en cada vía principal de nuestra ciudad. Donde antes existían negocios prósperos, hoy las calles están llenas de escaparates vacíos en cada cuadra de nuestros vecindarios de comunidades inmigrantes. a ciudad de Nueva York como portal al sueño americano para los empresarios inmigrantes está siendo destruida rápidamente y nuestro gobierno no está haciendo lo suficiente para prevenirlo. Nuestro gobierno está haciéndose de “la vista gorda” ante los efectos negativos de décadas de especulación inmobiliaria y el proceso fallido de renovación de arrendamientos comerciales unilaterales que ha puesto en peligro el futuro de los pequeños
Lnegocios cada vez que se vencen sus arrendamientos, y que ha empeorado la creciente crisis que enfrentan las pequeñas empresas.
¿Dónde está el respeto y el aprecio por nuestras empresas de familias inmigrantes que trabajan arduamente y que han invertido todos sus ahorros de vida y se sacrificaron para formar negocios y crear empleos en la ciudad de Nueva York? Muchos han invertido en vecindarios que permanecían abandonados, exponiéndose al peligro para ayudar a estabilizarlos y mejorarlos. uestros negocios de inmigrantes imparten al vecindario su identidad cultural, espíritu y apoyo social y crean espacios donde las familias pueden interactuar libremente con sus vecinos. Nuestro gobierno no reconoce que la mayoría de las pequeñas empresas en Nueva York son propiedad de inmigrantes (con un estimado de 64% a 68%)*, o que los mayores empleadores de inmigrantes en la ciudad de Nueva York son empresas propiedad de inmigrantes. Tampoco reconoce que nuestros propietarios inmigrantes se enfrentan a una crisis de sobrevivencia contra arrendadores abusivos.
El verdadero “pilar de nuestra economía” son nuestros negocios de inmigrantes. La injusticia económica enfrentada por los propietarios de pequeños negocios inmigrantes los ha convertido en la “clase social más desfavorecida”
Nde la ciudad de Nueva York, mientras permanecen sin representación adecuada en el Ayuntamiento y el gobierno los trata como ciudadanos de segunda clase. Sus contribuciones a nuestra economía son ignoradas y son marginalizados en su participación en la formulación de políticas económicas. as víctimas olvidadas de la crisis de las pequeñas empresas son los “empleados inmigrantes”. Cada vez que expira un contrato de arrendamiento de un propietario inmigrante, están en peligro de cierre. Pero sus empleados también están en peligro de perder sus empleos o de que se les reduzca el salario y las horas.
Personalmente, no me he olvidado de los trabajadores inmigrantes, porque yo fui uno de ellos cuando llegué a la ciudad de Nueva York desde la República Dominicana. Trabajando como lavaplatos para una pequeña empresa, conozco de primera mano el papel vital que desempeñan los pequeños negocios en ayudar a los inmigrantes a sobrevivir y cómo representan una escalera vital para la movilidad social en busca del sueño americano. Es por eso que permanezco comprometido en ayudar a nuestros dueños de pequeños negocios inmigrantes y sus empleados a recibir justicia y trato justo en el Ayuntamiento.
En la era de Trump, cada declaración despectiva hecha contra los inmigrantes ha provocado una rápida refutación por parte de la mayoría de los legisladores de nuestra ciudad. Muchos de ellos han garantizado su apoyo a las familias inmigrantes y se han comprometido a estar siempre dispuestos a protegerlas. Les pido a todos mis colegas del Concejo y de la Ciudad que se unan a mí en este esfuerzo por aprobar el proyecto de ley de supervivencia de empleos de las pequeñas empresas para que podamos aportar justicia y derechos a las pequeñas empresas locales.l
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