El Diario

Conozca sus derechos

Busque asesoría de organizaci­ones o firmas reconocida­s si tiene un caso migratorio pendiente.

- LOS ÁNGELES FOTO: SUMINISTRA­DA.

Yeni Avendaño, una salvadoreñ­a que emigró de niña a Los Ángeles, se convirtió en residente permanente de los Estados Unidos, gracias a un fallo en las cortes de apelacione­s que permite a ciertas personas beneficiad­as con el Estatus de Protección Temporal (TPS) obtener la residencia.

“Cuando recibí la carta de aprobación de la residencia, me hinqué, lloré, le di gracias a Dios y me dije por qué no hice esto antes”, dice Yeni, madre de tres hijas de 16 y 7 años y de seis meses nacidas en Estados Unidos.

Desde que el presidente Donald Trump anunció el fin del TPS para los salvadoreñ­os en enero de 2018, Yeni entró en pánico.

“Tenía miedo de que me fueran a detener y deportar. Yo no quería regresar a El Salvador sin mis hijas ni llevármela­s a mi país donde las cosas están demasiado difíciles, me angustiaba mucho ”, comenta.

Un factor clave para que Yeni pudiera obtener la residencia fue su matrimonio con un ciudadano estadounid­ense, el padre de sus tres hijas.

Una decisión en la demanda Ramírez vs. Brown en la Corte de Apelacione­s del Noveno Circuito en 2017 permite a los TPSianos casados con un ciudadano o ciudadana estadounid­ense; o con un hijo mayor de 21 años nacido en EE UU, solicitar la residencia aún cuando no tuvieron una entrada legal al país.

Otro fallo anterior de 2013 en la demanda Flores vs. USCIS, permite ajustar el estatus a los TPSianos a través de familiares inmediatos.

Sin embargo, para que los TPSianos puedan ajustar su estatus a través de estos fallos, tienen que residir en los estados adscritos a su jurisdicci­ón.

La jurisdicci­ón del Noveno

Circuito de la Corte de Apelacione­s abarca California, Alaska, Arizona, Hawaii, Idaho, Montana, Nevada, Oregón, Washington y las islas Guam y Norte Mariana. El Circuito Sexto de la Corte Apelacione­s comprende Kentucky, Michigan, Ohio, Tennessee y Cincinnatt­i.

Antes de la decisión Ramírez vs. Brown, Yeny no hubiera podido ajustar su estatus migratorio a través de su esposo porque entró indocument­ada al país y cuando contó con el TPS nunca solicitó un permiso para viajar (Advance Parole) con el que habría tenido una entrada legal.

Para obtener la residencia por medio de su esposo ciudadano, sin la decisión Ramírez, habría tenido que hacerlo a través del Consulado de EEUU en El Salvador.

Yeny vino a los EEUU a los 12 años en 1994. Se casó con un ciudadano estadounid­ense. No se preocupó por arreglar su estatus migratorio porque se sentía confiada.

“Pensaba que siempre iba a tener el TPS”, reconoce.

Pero cuando el presidente Trump anunció el fin de este programa, se asustó.

“Fueron días de mucho estrés, dolor de cabeza y no poder dormir. Mi hija mayor se preocupaba mucho y me mandaba mensajes para avisarme cuando sabía de un retén de la policía en la calle. Me pedía que mejor no saliera de la casa”, dice.

Preocupada en busca de una solución para su estatus migratorio, el año pasado, buscó al abogado en migración Alex Gálvez. “Él me dijo que mi caso era facilísimo gracias a que tenía el TPS. Me preguntó que por qué no lo había hecho antes”, recuerda.

Muy nerviosa, acompañada de su esposo y el abogado, se presentó a su cita de residencia el 16 de octubre pasado.

“Entre el 24 y 25 de octubre, recibí la carta de aprobación. Ese día pude respirar tranquila y soltar el cuerpo. La vida me cambia con la tarjeta de residente. Se las ha cambiado a todos en mi familia. Mi esposo, mis hijos y mis padres están felices”, confiesa esta joven madre de 37 años.

Está tan contenta que dice que en tres años, quiere llevar a cabo su plan de hacerse ciudadana.

“Quiero tener el derecho de votar y participar en las elecciones”, afirma. Además revela que le gustaría estudiar.

“Yo trabajo en contabilid­ad, pero lo que sé, lo he aprendido en la práctica. Ahora quiero ir a la universida­d para tener el título. Ese siempre ha sido mi sueño, pero era demasiado caro”, dice.

Aprovechen la extensión del TPS

El abogado Gálvez urgió a los TPSianos para que aprovechen la extensión de este programa por un año más porque solo por tener este beneficio, cuentan ya con una entrada legal si viven dentro del Circuito Noveno o Sexto de la Corte de Apelacione­s. “Las personas que tienen un hijo ciudadano de EEUU mayor de 21 años o están casados con un ciudadano, son elegibles para la residencia permanente sin tener que salir del país y pedir un perdón”, precisa.

Enfatiza que esto aplica para quienes nunca han tenido una deportació­n ni los han sacado del país.

Sin embargo, puntualiza que los jueces en Los Ángeles están aprobando muchas de las mociones para reabrir los casos de TPSianos con órdenes de deportació­n para que puedan hacerse residentes.

“Ahorita es un tiempo muy bueno. En las últimas semanas enviamos más de 50 peticiones para reabrir casos; y 49 fueron aprobadas para esos TPSianos que tenían una orden de deportació­n. Se están aprobando en un porcentaje muy alto porque saben que al fin del día van a resultar en la residencia”, indica.

Gálvez dice a los beneficiar­ios del TPS que tienen una situación similar que hablen con un abogado de migración para que les reabran sus casos y puedan hacerse residentes.

“Si no tienen deportació­n, quiero que recuerden que el acto de tener el TPS activo y vigente es automática­mente una entrada legal y tienen que enviar la petición de residencia si están casados con un ciudadano o tienen un hijo mayor de 21 años. Deben hacerlo cuanto antes para que tengan su cita de migración dentro del periodo de extensión del TPS”, expone.

“Es algo muy grande que este programa se haya extendido por un año más porque abre la ventanilla para enviar peticiones para reabrir casos, y terminarlo todo antes de que se termine nuevamente”, observa.

Los salvadoreñ­os son el grupo más grande de beneficiar­ios con el TPS con alrededor de 200,000.

A principios de noviembre, la administra­ción del presidente Trump extendió por un año el TPS a los beneficiar­ios

Haití.. de seis países: El Salvador, Honduras, Nicaragua, Sudán, Nepal y

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States