El Diario

Ucrania: una papa que se calienta cada vez más

La Casa Blanca intenta borrar admisión de presiones para dar ayuda a esa nación

- EFE WASHINGTON

La Casa Blanca intentó borrar ayer su propia confirmaci­ón de que este año retuvo un paquete de ayuda a Ucrania porque quería que ese país investigar­a la presunta corrupción de los demócratas en las elecciones de 2016, mientras el secretario de Estado, Mike Pompeo, trataba de distanciar­se del tema.

El jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, acudió al programa de televisión “Fox News Sunday” para intentar arreglar el revuelo que él mismo provocó el pasado jueves, cuando afirmó que Trump ordepresio­nes retener 400 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania para presionarl­es a investigar a los demócratas.

“No dije eso”, insistió Mulvaney cuando el presentado­r le recordó que había admitido un “quid pro quo” -expresión latina para designar algo que se recibe como compensaci­ón por la cesión de otra cosa- vinculado a la decisión de retener la ayuda, que luego se entregó.

En una rueda de prensa en la Casa Blanca el jueves, Mulvaney dijo que Trump le “mencionó la corrupción relacionad­a con el servidor” de correo electrónic­o del DNC (secretaria­do del Partido Demócrata) y “por eso retuvimos el dinero” a Ucrania.

Cuando un periodista señaló que estaba reconocien­do un “quid pro quo” claro por intereses partidista­s, Mulvaney respondió que eso forma parte del desempeño habitual de “la política exterior”.

Pero horas después, y tras las quejas del equipo legal que defiende a Trump en la investigac­ión demócrata sobre sus a Ucrania, Mulvaney afirmó en un comunicado que “no hubo en absoluto ningún ‘quid pro quo’” y que los medios le habían “malinterpr­etado”.

Sin embargo, sus palabras originales quedaron grabadas por las cámaras de televisión y una transcripc­ión oficial de la Casa Blanca, lo que llevó a Mulvaney a acudir al programa televisivo dominical para intentar defender que no dijo lo que dijo.

“Nunca hubo ninguna conexión entre el flujo del dinero (a Kiev) y el servidor” de los demócratas pirateado por agentes de inteligenc­ia rusos en 2016, que Trump cree que está en Ucrania, subrayó Mulvaney.

El tercer jefe de gabinete de Trump dijo que, pese a su metedura de pata del jueves, no ha pensado “en absoluto” en renunciar a un cargo que ocupa de forma interina desde hace casi un año.

La cadena CNN informó que altos cargos de la Casa Blanca buscaron recienteme­nte posibles sustitutos para

Mulvaney, pero el plan pareció frustrarse cuando la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, anunció a finales de septiembre la apertura de una investigac­ión previa a un juicio político contra Trump.

Mientras, Pompeo trató de distanciar­se del escándalo al asegurar que “en el proceso de toma de decisiones” del que formó parte, “nunca” vio pruebas de que la Casa Blanca estuviera vinculando la ayuda militar a Ucrania a intereses partidista­s

El titular de Exteriores estadounid­ense no quiso confirmar si coordinó la política hacia Ucrania con el abogado de Trump, Rudy Giuliani, pero opinó que es “completame­nte apropiado” que ese letrado estuviera “implicado en temas de política exterior”.

Rudolph Giuliani se convirtió en la sombra de la política estadounid­ense hacia Ucrania, decidido a explotar la idea de que el exvicepres­idente Joe Biden cometió actos corruptos relacionad­os con ese país.l

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Casa Blanca, Mick Mulvaney.
/GETTY IMAGES El jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.

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