Activistas y legisladores exigen explicación sobre ataque con gases lacrimógenos en frontera
La represión contra miembros de una caravana de inmigrantes ha desatado muchas condenas y un llamado al despliegue de observadores en la zona
Decenas de migrantes centroamericanos, incluyendo niños descalzos y en pañales, intentaban huir de una espesa nube de gases lacrimógenos que la Patrulla Fronteriza lanzó para dispersar a quienes presuntamente intentaban irrumpir por la garita de San Ysidro, en una escalada de tensiones fronterizas que este lunes desató la indignación de líderes del Congreso y grupos humanitarios.
Fotos y videos del incidente ocurrido el domingo cerca a la garita de San Ysidro (California) registran los gritos, llantos y pánico de niños, algunos sucios, descalzos y en pañales, y se han vuelto virales en las redes sociales, en unos momentos en que la Administración Trump ha ordenado el recrudecimiento del combate contra las caravanas de inmigrantes en la frontera sur.
Según la Administración, centenares de migrantes, muchos de los cuales habían iniciado una marcha pacífica, rompieron la primera valla fronteriza entre EEUU y México e intentaban cruzar por otros puntos cuando las autoridades estadounidenses cerraron la garita de San Ysidro.
El presidente Donald Trump volvió a insistir ayer en que muchos migrantes son “criminales” y Mexico debe deportarlos, y repitió su amenaza de “cerrar la frontera permanentemente”. No está claro que la ley se lo permita y, en todo caso, eso tendría un alto costo económico y político, violaría el derecho internacional, y no frenaría la inmigración ilegal, según expertos.
Esta escalada de represión contra los migrantes supone una violación no solo de los derechos humanos sino también de la ley de asilo y un convenio internacional sobre refugiados.
El vicepresidente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Joaquín Castro, señaló que durante generaciones el sistema de asilo había sido ordenado, con apego a la ley internacional y la protección de la soberanía y seguridad de EEUU, pero la actitud de la Administración es un “fracaso”.
“La decisión de lanzar gases contra solicitantes de asilo –incluyendo muchas mujeres y niños- fue cruel, innecesaria e incongruente con quiénes somos y quiénes aspiramos a ser como nación”, afirmó.
Castro instó a Trump a que restablezca un sistema de asilo ordenado, y se coordine con México y la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP) para que la gente pueda solicitar asilo de forma “justa y segura”.
También destacó la urgencia de responder a las raíces de la emigración ilegal desde el “Triángulo del Norte” y aprobar una reforma migratoria integral, porque la respuesta no está en cerrar las fronteras ni en atacar con gases lacrimógenos a poblaciones vulnerables.
En la actualidad, la Administración Trump afronta demandas de grupos cívicos que han impugnado sus restricciones al asilo, que además fueron frenadas temporalmente por el juez federal, Jon Tigar, en San Francisco el lunes pasado.
¿Es cómplice México?
El gobierno de México ha negado informes sobre un presunto acuerdo con EEUU para obligar a los solicitantes de asilo a esperar respuesta del lado mexicano de la frontera común.
Eric Schwartz, presidente de “Refugees International”, consideró que si bien México debe cooperar con EEUU en asuntos migratorios regionales, no debe prestarse para apoyar o implementar “políticas abusivas que perjudicarán a individuos que huyen de la persecución” y que, en todo caso, el presunto acuerdo en ciernes viola los derechos humanos y el convenio internacional sobre refugiados.
Por su parte, Duncan Wood, director del Instituto de México del Centro Woodrow Wilson, explicó a este diario que la Administración Trump “no puede obligar a México a retener a migrantes, pero claramente apuesta por que se logre ese acuerdo” sobre el estatus de México como “tercera vía” de asilo, como ocurrió entre la Unión Europea y Turquía.
“La entrante administración en México ansía evitar conflictos con Trump, y posiblemente esté dispuesta a lograr un acuerdo para evitar un conflicto dañino al momento de la investidura. Sin embargo, claramente habrá un costo político doméstico si AMLO (Andrés Manuel López Obrador) sigue este rumbo”, advirtió Wood.
¿En defensa propia?
La titular del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen, defendió el domingo en la anoche en un comunicado la respuesta a miembros de una caravana de migrantes que intentaban llegar hasta la garita de San Ysidro y que presuntamente lanzaron piedras o “proyectiles” contra la Patrulla Fronteriza.
Nielsen, quien afronta un posible despido de Trump si no “aprieta las tuercas” a los cruces ilegales, dijo que el DHS no va a tolerar la ilegalidad ni dudará en cerrar los puertos de entrada por razones de seguridad, además de que mantendrá una “robusta presencia” militar y policial en la franja fronteriza.
Ayer, el portavoz del DHS, Tyler Q. Houlton, dijo en Twitter que, como todos los demás agentes policiales, los de la CBP “siempre han mantenido el derecho a protegerse responsablemente de quienes desean causarles daño mientras realizan labores importantes y peligrosas”.
Houlton incluyó un ejemplo de noviembre de 2013, en el que cerca de un centenar de migrantes que intentaban cruzar cerca de la misma garita lanzaron piedras y botellas contra los agentes, quienes respondieron con gas pimienta para dispersarlos hacia México.
Pero las imágenes del incidente del domingo no sólo muestran a mujeres y niños indefensos, en vez de “criminales”, sino también una valla alta y coronada con alambres de púa y por la que sería difícil trepar o cruzar.
“Son seres humanos que están llegando al punto de la desesperación porque sus