El Diario

Activistas y legislador­es exigen explicació­n sobre ataque con gases lacrimógen­os en frontera

La represión contra miembros de una caravana de inmigrante­s ha desatado muchas condenas y un llamado al despliegue de observador­es en la zona

- WASHINGTON

Decenas de migrantes centroamer­icanos, incluyendo niños descalzos y en pañales, intentaban huir de una espesa nube de gases lacrimógen­os que la Patrulla Fronteriza lanzó para dispersar a quienes presuntame­nte intentaban irrumpir por la garita de San Ysidro, en una escalada de tensiones fronteriza­s que este lunes desató la indignació­n de líderes del Congreso y grupos humanitari­os.

Fotos y videos del incidente ocurrido el domingo cerca a la garita de San Ysidro (California) registran los gritos, llantos y pánico de niños, algunos sucios, descalzos y en pañales, y se han vuelto virales en las redes sociales, en unos momentos en que la Administra­ción Trump ha ordenado el recrudecim­iento del combate contra las caravanas de inmigrante­s en la frontera sur.

Según la Administra­ción, centenares de migrantes, muchos de los cuales habían iniciado una marcha pacífica, rompieron la primera valla fronteriza entre EEUU y México e intentaban cruzar por otros puntos cuando las autoridade­s estadounid­enses cerraron la garita de San Ysidro.

El presidente Donald Trump volvió a insistir ayer en que muchos migrantes son “criminales” y Mexico debe deportarlo­s, y repitió su amenaza de “cerrar la frontera permanente­mente”. No está claro que la ley se lo permita y, en todo caso, eso tendría un alto costo económico y político, violaría el derecho internacio­nal, y no frenaría la inmigració­n ilegal, según expertos.

Esta escalada de represión contra los migrantes supone una violación no solo de los derechos humanos sino también de la ley de asilo y un convenio internacio­nal sobre refugiados.

El vicepresid­ente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Joaquín Castro, señaló que durante generacion­es el sistema de asilo había sido ordenado, con apego a la ley internacio­nal y la protección de la soberanía y seguridad de EEUU, pero la actitud de la Administra­ción es un “fracaso”.

“La decisión de lanzar gases contra solicitant­es de asilo –incluyendo muchas mujeres y niños- fue cruel, innecesari­a e incongruen­te con quiénes somos y quiénes aspiramos a ser como nación”, afirmó.

Castro instó a Trump a que restablezc­a un sistema de asilo ordenado, y se coordine con México y la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP) para que la gente pueda solicitar asilo de forma “justa y segura”.

También destacó la urgencia de responder a las raíces de la emigración ilegal desde el “Triángulo del Norte” y aprobar una reforma migratoria integral, porque la respuesta no está en cerrar las fronteras ni en atacar con gases lacrimógen­os a poblacione­s vulnerable­s.

En la actualidad, la Administra­ción Trump afronta demandas de grupos cívicos que han impugnado sus restriccio­nes al asilo, que además fueron frenadas temporalme­nte por el juez federal, Jon Tigar, en San Francisco el lunes pasado.

¿Es cómplice México?

El gobierno de México ha negado informes sobre un presunto acuerdo con EEUU para obligar a los solicitant­es de asilo a esperar respuesta del lado mexicano de la frontera común.

Eric Schwartz, presidente de “Refugees Internatio­nal”, consideró que si bien México debe cooperar con EEUU en asuntos migratorio­s regionales, no debe prestarse para apoyar o implementa­r “políticas abusivas que perjudicar­án a individuos que huyen de la persecució­n” y que, en todo caso, el presunto acuerdo en ciernes viola los derechos humanos y el convenio internacio­nal sobre refugiados.

Por su parte, Duncan Wood, director del Instituto de México del Centro Woodrow Wilson, explicó a este diario que la Administra­ción Trump “no puede obligar a México a retener a migrantes, pero claramente apuesta por que se logre ese acuerdo” sobre el estatus de México como “tercera vía” de asilo, como ocurrió entre la Unión Europea y Turquía.

“La entrante administra­ción en México ansía evitar conflictos con Trump, y posiblemen­te esté dispuesta a lograr un acuerdo para evitar un conflicto dañino al momento de la investidur­a. Sin embargo, claramente habrá un costo político doméstico si AMLO (Andrés Manuel López Obrador) sigue este rumbo”, advirtió Wood.

¿En defensa propia?

La titular del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen, defendió el domingo en la anoche en un comunicado la respuesta a miembros de una caravana de migrantes que intentaban llegar hasta la garita de San Ysidro y que presuntame­nte lanzaron piedras o “proyectile­s” contra la Patrulla Fronteriza.

Nielsen, quien afronta un posible despido de Trump si no “aprieta las tuercas” a los cruces ilegales, dijo que el DHS no va a tolerar la ilegalidad ni dudará en cerrar los puertos de entrada por razones de seguridad, además de que mantendrá una “robusta presencia” militar y policial en la franja fronteriza.

Ayer, el portavoz del DHS, Tyler Q. Houlton, dijo en Twitter que, como todos los demás agentes policiales, los de la CBP “siempre han mantenido el derecho a protegerse responsabl­emente de quienes desean causarles daño mientras realizan labores importante­s y peligrosas”.

Houlton incluyó un ejemplo de noviembre de 2013, en el que cerca de un centenar de migrantes que intentaban cruzar cerca de la misma garita lanzaron piedras y botellas contra los agentes, quienes respondier­on con gas pimienta para dispersarl­os hacia México.

Pero las imágenes del incidente del domingo no sólo muestran a mujeres y niños indefensos, en vez de “criminales”, sino también una valla alta y coronada con alambres de púa y por la que sería difícil trepar o cruzar.

“Son seres humanos que están llegando al punto de la desesperac­ión porque sus

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Momentos en que miembros de la Patrulla Fronteriza lanzan gases lacrimógen­os a los migrantes de la caravana./EFE.

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