Pelea por más que un campeonato
A los 16 años de edad, Raymundo “Ray” Beltrán dejó su casa en Los Mochis, en el estado mexicano de Sinaloa, para emigrar a los Estados Unidos en busca de realizar su sueño de convertirse en boxeador profesional y, tal vez algún día, ser campeón mundial.
Para Beltrán el camino ha estado lleno de obstáculos, pero con mucha fe, trabajo y la esperanza de conquistar ese campeonato, el peleador continúa en busca de realizar ese sueño, al cual se ha agregado otro: obtener una residencia permanente para radicar en los Estados Unidos, en donde nacieron sus tres hijos.
“Todo boxeador profesional quiere ser campeón mundial, pero para mí también es muy importante obtener esa visa”, dijo Beltrán, hoy de 36 años. “Es importante para el bienestar de mi familia. Es una motivación extra para mí”.
Beltrán (34-7-1, 21 KOs) buscará el campeonato mundial de peso ligero de la OMB que está vacante al enfrentarse hoy al africano Paulus Moses (39-3, 24 KOs), originario de Namibia, en Reno, Nevada (9 pm, ESPN y ESPN Deportes).
Peleas de campeonato
Para Beltrán, será la cuarta ocasión que dispute una corona mundial, y como todo en su vida, cada oportunidad ha tenido sus dificultades.
La primera fue el 7 de septiembre de 2013 ante Ricky Burns, campeón de peso ligero de la OMB, en Escocia. Beltrán le fracturó la quijada, lo tumbó en el octavo asalto y lo dominó ampliamente en varios rounds, pero el peleador local recibió el triunfo por decisión dividida.
“Fue una frustración increíble. Hice todo lo que tenía que hacer para ganar la pelea y por las políticas del boxeo no me dieron el triunfo. Fue una noche muy triste para mí”, recordó Beltrán.
Su segunda oportunidad de campeonato llegó el 29 de noviembre de 2014 en Nebraska contra el invicto local Terence Crawford, quien es considerado hoy en día como el mejor boxeador libra por libra del mundo.
“Crawford me ganó bien. Es un boxeador muy inteligente y siempre estaba un paso más adelante que yo, pero no fue una pelea muy fácil para él y estoy orgulloso de lo que hice en esa pelea, pues en sus más recientes combates ningún rival le ha dado la pelea que yo le di”, opinó Beltrán, quien perdió por decisión.
Y la tercera oportunidad titular de Beltrán llegó el 1 de mayo del 2015 en Las Vegas ante el japonés Takahiro Ao. Beltrán perdió su oportunidad de coronarse un día antes en la báscula cuando no pudo dar las 135 libras. Luego noqueó a Ao en el segundo asalto, una victoria que resultó oficialmente nula cuando el mexicano dio positivo en el examen antidoping.
“Hicimos unos cambios en esa preparación que no nos resultaron”, explicó Beltrán.
Tiempo de papeles
Ray Beltrán cuenta con una visa de trabajo que le permite boxear legalmente en los Estados Unidos, pero que necesita renovar cada dos años. Para no tener que seguir haciéndolo –en algún momento ya no podrá pelear– él ya solicitó su residencia permanente y poder quedarse en el país en el cual ha vivido por 20 años y donde tiene a su familia. Mientras tanto, Ray necesita seguir trabajando.
Beltrán llegó a Phoenix a los 16 años, vivió en Detroit por dos cuando fue entrenado por el gran Emmanuel Steward. Regresó a Phoenix, luego se mudó a Los Ángeles y estuvo entrenando por varios años en el gimnasio de Freddie Roach. Vive en Phoenix, donde Edén, de 14 años, Édgar de 11 y Edwin de 6, nacieron y van a la escuela.
“Ellos son lo que me motivan a prepararme lo mejor posible y ganar el campeonato mundial nos beneficiará a todos”, dijo Beltrán.
A pesar de que el camino ha sido largo y desafiante, sacrificando su cuerpo en una carrera profesional de casi dos décadas en el ring, Ray Beltrán nunca ha perdido la esperanza de ser campeón.
“Por mucho tiempo no tuve la protección de una empresa que me administrara correctamente, pero nunca he dejado de luchar para ser campeón mundial y confío que lo lograré este viernes”.
El mexicano Ray Beltrán tiene una oportunidad más de ser monarca mundial y, de paso, ayudar a su causa de obtener la residencia