Salud de la comunidad en manos de vecinos
Habitantes de los complejos de viviendas públicas NYCHA son entrenados para concientizar y ayudar a otros residentes a mantenerse saludables
Pedro F. Frisneda
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No son doctores y tampoco enfermeros. Mucho menos pueden diagnosticar enfermedades o prescribir medicinas. Pero se han convertido para muchos en su vecindario en la diferencia entre saber manejar sus enfermedades crónicas y estar sanos o pasar más tiempo en un hospital o, peor aún, fallecer prematuramente.
Son neoyorquinos comunes, la mayoría de ellos residentes en los complejos de viviendas públicas NYCHA, que han sido entrenados por el Departamento de Salud e Higiene Mental de Nueva York (DOHMH), para convertirse en trabajadores de salud comunitarios (Community Heal de ayudar a sus propios vecinos a mantenerse saludables.
“No diagnosticamos, pero damos información muy práctica y consejos sobre cómo pueden prevenir enfermedades. Nuestro propósito es promocionar la buena salud, enseñándoles a controlar y manejar sus males crónicos para que se ayuden a sí mismos y a otros miembros de su familia”, dice Guillerma Maritza Martínez, una trabajadora de salud comunitaria en el área del East Harlem.
Martínez, originaria de El Cibao, República Dominicana, se graduó en el programa CHWs, que forma parte del Harlem Health Advocacy Partners (HHAP). Esta es una iniciativa lanzada en 2015 por el Center for Health Equity del DOHMH que busca mejorar las condiciones de salud de los residentes de cinco complejos de NYCHA, ubicados en el vecindario de East y Central Harlem, conocidos por sus altas tasas de enfermedades crónicas como diabetes. Desde esa fecha, más de 780 vecinos han participado en el programa.
“A veces, para que las personas tomen el control de su salud, necesitan más que sus médicos y enfermeras. Ellos necesitan el apoyo de sus vecinos, familiares y amigos –la gente en la que confían”, dice la doctora Aletha Maybank, comisionada adjunta y directora del Center for Health Equity del DOHMH.
“En East Harlem, donde el 50% de los residentes son latinos, las tasas de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y el asma son desigualmente más altas que en otros barrios (...) Es por eso que lanzamos HHAP, que con trabajadores comunitarios de salud del mismo vecindario trabaja para proporcionar entrenamiento de salud para los residentes locales”, agrega Maybank.
Un total de 12 CHWs como Maritza y otros 3 promotores de la salud emplean charlas, talleres y materiales visuales para educar a los residentes, durante un período de seis meses, sobre prevención y la forma en que estas enfermedades pueden causar complicaciones y atacar diferentes órganos del cuerpo. Todos estos servicios se ofrecen de forma gratuita.
“Les explicamos bien qué es el páncreas, dónde está ubicado y qué pasa cuando tienen diabetes. También les mostramos los bronquios cuando están normales o cuando es porque el aire no puede pasar”, indica Martínez.
“Pero también les decimos que tienen que cambiar su estilo de vida para mejorar su salud. Les hablamos de nutrición, de las actividades físicas y del manejo del estrés”, agrega Martínez quien, además de reunirse con sus clientes como mínimos dos veces al mes – algunas veces en sus propios departamentos–, también ofrece caminatas en grupo y talleres semanales en un centro comunitario para personas mayores en Lehman Village, uno de los cinco complejos de NYCHA que participan en HHAP.
Enfermedades crónicas
Según estadísticas del DOHMH, el 54% de los residentes de los cinco complejos de NYCHA en East Harlem, que son mayores de 35 años, han sido diagnosticados con hipertensión, un 25% sufre de diabetes y 12% tiene asma o han sufrido un ataque de asma en los últimos 12 meses.
En total, tres de cada cuatro residentes de NYCHA en el East y Central Harlem, ma- yores de 35 años, tienen una de esas tres enfermedades crónicas que no sólo los pueden incapacitar, sino que podrían acabar con su vida prematuramente.
Peor aún, un tercio de ellos (35%), indicó que sufre de dos o tres condiciones crónicas al mismo tiempo, mientras que el 21% padece de cuatro o más, lo que hace del manejo de su salud un proceso más complicado y costoso.
Este es el caso de Dominga Ortiz, una dominicana que sufre de asma y presión arterial alta, y quien vive desde hace más de 13 años en un departamento dentro del complejo de viviendas Taft Houses de NYCHA.
“En el 2013 sufrí un ataque de asma tan fuerte que t uve que per manecer t res días internada en el hospital y comencé a sufrir de alta presión desde que tenía 40 años”, comenta Ortiz, quien el 4 de agosto cumplirá 63 años.
Ortiz, quien ha participado en el programa de HHAP por más de seis meses y quien nunca se pierde el taller semanal y las caminatas en grupo, pertenece a un grupo de más de 33 vecinos (clientes) que la asesoría de salud personalizada que ofrece Guillerma Martínez, dos veces por semana, como parte del programa CHWs del HHAP.
“Con este programa me ha ido muy bien. Me ha bajado mucho la presión y he sentido mejoría con el asma. Además, yo soy pre diabética y he aprendido mucho sobre la diabetes y cómo prevenirla”, asegura Ortiz.
Según relata la dominicana, su presión arterial ha bajado considerablemente en los últimos meses (de 172/90 mm Hg a 117/70 mm Hg). “Con la presión tan alta tenía un estrés muy fuerte pero ya estoy controlada con las tres pastillas que me estoy tomando. También me estoy alimentado mejor; como verduras y vegetales, todo bajo en sal y me siento muy bien. Sé que mi salud ha mejorado”, comenta.
Aunque la consejería y otros servicios que Ortiz recibe por parte del HHAP son gratuitos, este programa no cubre gastos