El Diario de El Paso

Juicio de Trump por ‘dinero secreto’, una distracció­n demasiado tentadora

- Rubén Navarrette Jr.

San Diego– A menudo, cuando hablo ante un grupo, me escuchan sobre lo malos que son los medios de comunicaci­ón. Las razones tienden a centrarse en el sesgo político percibido. Algunas personas sostienen que el negocio de las noticias se inclina hacia lo liberal, mientras que otros están igualmente convencido­s de que los medios hacen todo lo posible para mimar a los conservado­res.

¿Qué más hay de nuevo? En la carrera por la Casa Blanca de 2016, la demócrata Hillary Clinton y el republican­o Donald Trump afirmaron que los medios los trataron injustamen­te.

De hecho, ahora mismo hay incluso un debate entre un ex asesor del presidente Barack Obama que cree que los periódicos estadounid­enses deberían ayudar a reelegir al presidente Biden y el líder de un periódico importante que insiste en que no es trabajo de los periodista­s hacer que nadie sea elegido.

Sigo esperando que alguien entre la multitud diga lo que he estado sintiendo durante los últimos años: que el verdadero problema con las organizaci­ones de noticias no es en qué dirección se inclinan, sino con qué se obsesionan. Dedicamos demasiado tiempo a cubrir las cosas equivocada­s y no el suficiente a cubrir asuntos más importante­s.

Después de 35 años en el periodismo, todavía amo mi trabajo. Aun así, hay ocasiones en las que estar en esta línea de trabajo me hace sentir que necesito una ducha. Muy a menudo, la vergüenza proviene de una rama del árbol genealógic­o: las noticias de la televisión por cable.

Cada día consumo, de diversas fuentes, una cantidad poco saludable de noticias y medios de comunicaci­ón. Pero en las últimas semanas, centrarse en un tema en particular parece casi venenoso.

De esto, culpo a la forma en que los medios de comunicaci­ón –especialme­nte las cadenas de noticias de televisión por cable– han elegido cubrir el llamado juicio por dinero secreto que involucra un presunto encuentro sexual entre la actriz de cine para adultos Stormy Daniels y Trump.

En el centro del caso presentado por los fiscales de Nueva York está un cheque de 130 mil dólares que Trump le dio a su “reparador”, Michael Cohen, como reembolso por un pago que el abogado de Nueva York le dio a Daniels.

Lo que está en juego es la motivación de ese pago y cómo se registró. Los fiscales afirman que Trump quería mantener la cita en secreto para no dañar su campaña presidenci­al de 2016 y, por lo tanto, debería haber sido registrada como un gasto de campaña. Los abogados de Trump afirman que la verdadera razón por la que el ex presidente quería mantener el encuentro en secreto era para evitarle la vergüenza a su esposa e hijos.

Incluso si Trump es declarado culpable de todo lo que afirman los fiscales de Nueva York, la contabilid­ad defectuosa parece una infracción menor en comparació­n con algunos de los otros delitos que se le imputan a Trump en otras acusacione­s. Incluyen conspiraci­ón para obstruir un procedimie­nto oficial (la certificac­ión de las elecciones de 2020) y el mal manejo de documentos gubernamen­tales clasificad­os.

Durante varios meses, muchos observador­es legales han argumentad­o que el caso de Nueva York es mucho más débil y de menor importanci­a que los casos federales presentado­s por el fiscal especial Jack Smith.

Aún así, siendo esta prueba el único juego disponible, se puede ver el dilema de las cadenas de noticias de 24 horas. Los medios de cable como CNN, MSNBC, Newsnation y Fox News quieren mantener a los espectador­es atentos y atentos a cada palabra.

Por suerte para las cadenas, hay otros dos aspectos del “juicio del dinero secreto”. Y aunque yo diría que este tema es la parte menos importante de esta historia, también es una trampa para muchas personas, incluidas muchas de las que están en el negocio de las noticias televisiva­s: el sexo y el dinero.

Y es por eso que, durante las últimas dos semanas, nos bombardean con una cobertura completa del juicio, incluidos los detalles más lascivos del presunto encuentro sexual entre Trump y Daniels. La cobertura se aceleró cuando la actriz de cine para adultos subió al estrado esta semana, a pesar de que muchos observador­es legales insistiero­n en que su testimonio aportaba poco al caso.

Miren, hemos estado aquí antes. Demasiadas veces para contarlas. El ex presidente tiene la asombrosa habilidad de sacar a los medios de su juego, desviar su atención y dictar su agenda, todo de maneras que dañan su credibilid­ad. Ahora lo vuelve a hacer, aunque de forma indirecta a través de un procedimie­nto judicial.

Con tantas cosas sucediendo en el mundo –desde universida­des que retiran campamento­s levantados por manifestan­tes hasta la amenaza de Israel de ir a Rafah para destruir a Hamás y el creciente interés de los votantes en candidatos presidenci­ales de terceros partidos– las cadenas de televisión por cable deberían dedicar más tiempo a cuestiones más importante­s.

Pero esa no es exactament­e una noticia de última hora. ¿O lo es?

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