MUESTRAN LA ‘OTRA CARA’ DEL NARCO
José narra su vida de manera contundente: ‘Mi padre fue uno de los iniciadores del narcotráfico en México’. A partir de esa frase, el hombre cuenta cómo le tocó ver el ascenso de su padre –mentor de dos de los capos mexicanos más buscados a nivel mundial– en el crimen organizado, pero también ser testigo del tiempo que estuvo preso y cómo finalmente fue asesinado por sus rivales a principios de la década de 1990.
El testimonio de José –cuyo apellido se omite– es el punto de partida del documental ‘La otra parte: La historia no contada del narco’, del cineasta Ricardo Colorado Seira, nacido en Tapachula, Chiapas, pero criado en la capital del estado de Chihuahua.
‘El tema del documental es el narcotráfico’, explica Colorado durante una breve visita que realizó a El Paso. ‘A través de la historia de José queremos explicar la otra parte de una historia que todo mundo cree conocer porque ha sido enaltecida, exaltada en series de televisión, cine y la música’.
Explica que su película busca concientizar a la sociedad sobre el hecho de que el tráfico de drogas ‘no es un fenómeno ajeno a nosotros’, sino un problema creado por todos los integrantes de la sociedad y del Gobierno.
‘Si juntas todo el gasto público durante la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico con billetes de cien pesos se puede dar la vuelta al mundo 13 veces por el Ecuador’, dice Colorado.
‘Dime si con ese dinero cambió el precio de la droga, de la cocaína, de la mariguana. El narcotráfico funciona exactamente igual: son estructuras piramidales perfectamente bien empleadas y en constante crecimiento. La muerte de un fundador no trae movilidad en el mercado’, agrega.
Asegura que México está condenado a gastar perpetuamente en seguridad, si la sociedad y el Gobierno no invierten para quitar las condiciones sociales que vuelven narcotraficante a la gente.
‘Vimos los síntomas de la enfermedad, pero combatimos los síntomas’, explica. ‘Desde las décadas de 1970 y 1980 veíamos la nube, pero nunca sacamos el paraguas frente al nubarrón‘.
Durante la filmación de ‘La otra parte’, Colorado y su equipo recorrieron junto con José algunos lugares emblemáticos para el narcotráfico, como el denominado “Triángulo Dorado” –en los límites de Sinaloa, Durango y Chihuahua–, donde las condiciones climatológicas y la ubicación geográfica lo convirtieron en el lugar ideal para sembrar amapola y mariguana.
La película realiza también recorridos por barrios marginales de Chihuahua y Ciudad Juárez, donde adolescentes de escasos recursos aseguran que quieren convertirse en traficantes para ganar dinero y así salir de la miseria en que viven.
Punto de quiebre
Ricardo Colorado Seira es abogado por el ITAM, posee una maestría en Administración de Empresas por el Tec de Monterrey, pero más allá de los títulos se define como un contador de historias.
Desde hace varios años se dedica a la industria cinematográfica, como guionista y ahora como director de documentales.
Comenzó su carrera narrativa con la publicación del volumen de cuentos ‘El tragón del fuego’ y de ahí saltó al cine.
En 2010 escribió el guión del cortometraje ‘Crescendo’, dirigido por Alfonso Álvarez Barreda, que obtuvo premios en 15 festivales internacionales. Actualmente trabaja en diferentes proyectos de escritura para series televisivas y películas entre México y Estados Unidos.
Hace unos cuatro años, cuando se dirigía al aeropuerto de Chihuahua, a Colorado Seira le tocó ver dos cuerpos colgados en un puente con un aparente narcomensaje. Fue entonces que se preguntó qué explicación podría darle a su hija, entonces de cuatro años, sobre esa situación de violencia. Fue a su regreso que se puso darle forma al documental.
Historia de un reencuentro
Colorado Seira explica que conoció a José cuando estudiaban la preparatoria en 1992. En ese año, el padre de José fue asesinado en Sinaloa y en un acto de solidaridad acudió junto con otros compañeros al funeral.
‘Grandes capos estaban ahí y por el cielo volaron más de 30 avionetas en el Panteón de la Colina en Chihuahua. Al momento que nos vamos hay un cambio de cárteles. Más de la mitad de los deudos de la familia que estaban en el funeral fueron asesinados ahí’, explica el documentalista. ‘Para José fue prohibido ir a los funerales de sus hermanos porque eran una trampa.
Dejé de ver a José 20 años. Cuando lo topo, él tiene el valor y amabilidad de compartir su testimonio’, añade.
Porque José tuvo también una redención, un antes y un después. Siguiendo los pasos de su progenitor, se convirtió en narcotraficante, en capo, y fue a dar a la cárcel en Estados Unidos.
‘José tuvo la oportunidad de replantear su vida y salir. Al final decidió dejar el narcotráfico y romper esa cadena que iba a heredar a sus hijos. Y ese es uno de lo mensajes que pretendo llevar con la película: decir a la gente que en México es posible una reversa”, señala.
‘Es más fácil heredar un mal ejemplo que una virtud, pero José tuvo su redención’, dice Colorado.
Mientras tanto promueve su cinta, que fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Morelia en octubre pasado y ha logrado una buena aceptación. Ahora quiere exhibirla tanto en los barrios más pobres como en las casas más ricas de México.
‘No lo hicimos pensando en los premios. El tema es cómo le hacemos para que se vuelva un agente de cambio y generar un movimiento’, concluye el cineasta.
Exhibe documental la parte oculta de una historia que todo mundo cree conocer porque ha sido enaltecida, exaltada en series de televisión, cine y la música