Rehacen cubanos sus vidas en El Paso
Ha pasado un año desde que Odalis Margarita Medina Saravia, María Enríquez, Joaquín Cobas y Daniuska Turiño se conocieron.
Odalis, Joaquín y Daniuska forman parte de los miles de ciudadanos cubanos que llegaron a la frontera de El Paso, entre el 9 y el 25 de mayo, tras días de largas travesías, en busca de refugio.
Ellos forman parte de un puñado -tal vez un 2%- de isleños que decidieron sentar cabeza en esta ciudad por los bajos costos de vida y el sentido de seguridad personal que, sienten, encuentran en la comunidad que los acogió desde el día de su llegada.
“Muchos de ellos se quedaron aquí porque no tenían familia, amigos, ni nada”, explica María. Ella fue una de las tanta voluntarias paseñas que se hizo presente a los puentes por donde cruzaban los caribeños y los fue contactando con iglesias u organizaciones que los pudieran ayudar con su llegada.
De acuerdo a los registros periodísticos, más de 35 mil 600 cubanos llegaron a las fronteras de Estados Unidos desde el 1 de octubre de 2015 hasta finales de mayo del 2016. Casi tres cuartas partes de ellos cruzaron por alguna frontera de Texas.
A un año de haber cruzado a EU, unos cuantos se quedaron en la región
De ellos, se estima que unos 4 mil 700 cruzaron por los puertos internacionales de El Paso, según un recuento de la CNN usando números de funcionarios de inmigración estadounidenses y mexicanos.
Se adaptan
Meses más tarde, muchos de estos cubanos ya gozan de documentación legal, tienen vivienda, trabajo y están aprendiendo -a pasos lentos- inglés. De los 155 cubanos que encontraron auxilio en la Iglesia Luterana San Pablo, sólo 20 de ellos siguen afincados en esta zona. El resto se ha internado en el país y ha buscado latitudes como San Diego o Houston, lugares donde hay mayores oportunidades laborales, mejores sueldos y más diversidad cultural.
Para la mayoría, la ciudad y su comunidad les está brindando una segunda oportunidad de vida con condiciones de bienestar, seguridad y estabilidad que nunca se imaginaron vivir. “La mayoría de nosotros, casi un 98 por ciento ya tenemos trabajo y estamos empezando una nueva vida llena de oportunidades”, dijo Odalis Medina, que actualmente trabaja como voluntaria en la tienda de segundas de San Pablo.
Medina sueña con reunir el dinero suficiente para mudarse a Miami, “una ciudad más cosmopolita”, para ver cumplido su sueño de ser millonaria. Mientras tanto, ella trabaja en distintos oficios y se gana la vida sacándole el jugo a la economía de mercado. Justo ahora vende productos de belleza por Internet y participando de sistemas de negocios de multiniveles.
La mayoría de los cubanos que se han quedado en El Paso han encontrado trabajo en diferentes áreas como las de mantenimiento y negocio de alimentos, algunos han obtenido licencias para manejar camiones de carga y otros que vienen con títulos universitarios están aprendiendo inglés para validar sus carreras, como es el caso de los esposos Joaquín y Daniuska.
Ellos pagaron un poco más de mil dólares para llegar hasta acá y tuvieron suerte de salir librados, aseguran. “Ha valido la pena”, aseguró, convencido, Joaquín. “La mayoría de nosotros los cubanos estamos muy contentos de haber podido llegar a Estados Unidos. El Paso en particular nos ha brindado mucha ayuda y estamos muy agradecidos por ello”, secundó Medina.
Seguirán llegando
La mayoría de los refugiados cubanos que llegaron a El Paso, tuvieron que hacer largo y difícil su viaje por Ecuador, Panamá y Colombia. Muchos dudaron si lograrían llegar a este país después de vivir experiencias traumáticas como violaciones, extorsiones y secuestro.
El 12 de enero de este año, a pocos meses de dejar la presidencia, el presidente Barack Obama puso fin a la política denominada ‘pies mojados, pies secos’ que desde hace 22 años ha permitido a los cubanos que llegan sin visas a suelo estadounidense permanecer en el país y obtener la residencia legal. Una medida inesperada pero deseada por el Gobierno cubano.
Sin embargo, Odalis Medina asegura que esto no detendrá el flujo de migrantes cubanos buscando llegar hasta suelo estadounidense. “La política fue cancelada, pero la Ley de Ajuste sigue vigente”, explicó convencida de que, aunque no haya un nuevo éxodo, sus compatriotas seguirán lanzándose al mar para llegar a este país.
Oposición local
La Ley de Ajuste Cubano da a refugiados de ese país un estatus preferencial, que incluye la Tarjeta Verde de Residencia después de un año y un día de pisar territorio de la Unión Americana.
Los congresistas demócratas Beto O’Rourke, por El Paso, y Henry Cuéllar, por Laredo, se sumaron este año a las voces que piden una modificación a la Ley de Ajuste, ya que, afirman, supone un agravio comparativo con inmigrantes de otras nacionalidades.
El senador republicano Marco Rubio, que participó como candidato en la contienda interna del Partido Republicano para la Presidencia, presentó un proyecto de ley para modificar la misma ley, con el objetivo de que sean los cubanos perseguidos políticamente los que realmente obtengan esos beneficios.
Esta legislación es similar a un texto ya presentado en la Cámara de Representantes por el congresista republicano por Florida, Carlos Curbelo.
El obispo Mark J. Seitz, de la Diócesis Católica de El Paso, ha dicho que en lugar de retirar el trato especial a los cubanos, el Gobierno estadounidense debiera de igualar el modelo con el resto de los inmigrantes.
La Casa Blanca ha dicho que no tiene intención de cambiar esta medida.