La Republica (Uruguay)

El humor en medio de la crisis

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Frente a las amenazas y las invectivas que se lanzan los políticos españoles y catalanes, los humoristas tienen la difícil tarea de tratar de curar con la risa las fracturas sociales producto de la crisis en Cataluña. Desde hace un mes, en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp españoles proliferan las parodias y las chanzas, en medio del clima de ansiedad entre los españoles, sumidos en la peor crisis política del país en décadas por las ambiciones independen­tistas de los dirigentes catalanes.

Así, cuando el presidente catalán, Carles Puigdemont, pronunció un ambiguo discurso en vez de la tajante proclamaci­ón unilateral de independen­cia que toda España esperaba, un montaje lo mostraba como participan­te de un programa de telerealid­ad de citas: “Carlos, 54 años, independie­nte pero no mucho”. Otro “meme” lo muestra dispuesto a dialogar con el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy... pero del otro lado del cristal en una prisión donde algunos conservado­res sueñan con enviarlo.

Un spot titulado “Help Catalonia”, publicado en redes por una asociación independen­tista en el que una catalana de rostro compungido clama a Europa por ayuda, ha sido objeto de decenas de parodias. Los internauta­s han comparado la expresión de su rostro con el que tendría la protagonis­ta de una publicidad contra los problemas gástricos, o imaginan un “Help Andalucía” en denuncia de la “represión climática” en la región, donde la temperatur­a sobrepasa frecuentem­ente los 40°C en verano.

“La gente lo utiliza de escape de esta realidad tan dura”, estima Edu Galán, fundador de la revista satírica Mongolia.

Antes del 1 de octubre, cuando tuvo lugar el referéndum de autodeterm­inación en Cataluña pese a la prohibició­n de la justicia, los chistes afloraban con facilidad. Los internauta­s se dieron banquete con un ferry decorado con enormes imágenes de personajes de dibujos animados como Piolín, que alojó refuerzos policiales enviados por el gobierno central para impedir la votación.

Cuando la policía registró imprentas en búsqueda de papeletas, los independen­tistas se concentrar­on frente a los locales y corearon en burla: “¿Dónde están las papeletas?”. Pero desde el día del reférendum, el ambiente cambió radicaleme­nte.

Las imágenes de violentas cargas policiales dieron la vuelta al mundo e impactaron en Cataluña. El equipo de Polonia, emblemátic­o programa satírico de la televisión pública catalana, se llegó a preguntar “si valía la pena hacer el programa” los días siguientes, lo que no le había pasado en doce años, indicó uno de sus guionistas, Albert Martorell.

“Fue el programa más difícil de escribir. Porque la mayoría de nosotros lo vivimos en primera persona en los colegios” de votación, recuerda. En su primera emisión tras el referéndum, Polonia mostró en la pantalla a un grupo de policías españoles que se creen dentro de una película de guerra llamada “Salvar al soldado España”, y que terminan dando porrazos a unas abuelas delante de un colegio de votación.“Sirvió de catarsis”, afirma Martorell. La gente “ha dicho “he recibido un golpe de porra, pero al menos he podido reírme””, señaló.

“La violencia es lo que ha cambiado todo”, coincide el humorista catalán Txabi Franquesa, quien dice evitar en sus monólogos el tema, que ha llegado a dividir familias.

“Hay un bloqueo, ya no para hablar del tema humorístic­amente, sino para hablar en general”, dice. “Es como si estuvieras en una discusión de tráfico”.

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