Pereyra: “Esperamos construir unas 23.500 viviendas nuevas”
La meta para este año, 2017, es llegar a ejecutar 4.598 soluciones habitacionales, dijo.
“En el proceso de construcción de una sociedad más integrada la incidencia de la vivienda y el ambiente son incuestionables. Las políticas de vivienda deben diseñarse desde una perspectiva de integración social real, que promuevan las oportunidades y accesos a la educación, a la cultura, al trabajo, además de condiciones de seguridad y sanidad adecuadas. No es solo derecho a una vivienda, sino es derecho a una vivienda adecuada y el objeto de la política social no es la construcción de la vivienda, sino la integración social de la familia”, dijo la diputada Susana Pereyra. La legisladora del MPP afirmó que “esperamos construir unas 23.500 viviendas nuevas con inversión pública durante este quinquenio, de las cuales aproximadamente el 50% se realizarán mediante les es redituable. Durante el año pasado se finalizaron 3.286 viviendas entre todas las modalidades de acceso, las cooperativas con 1.173 viviendas es la que más aportó en unidades. La meta para este año, 2017, es llegar a ejecutar 4.598 soluciones habitacionales, de las cuales 1.900 serían mediante el sistema cooperativo, y tener en proceso de ejecución otras 10.170 viviendas, de las cuales 5.593 esperamos sean mediante las cooperativas. “Durante los últimos 10 años se ha reestructurado el sistema público de acceso a la vivienda, se han formado nuevos organismos (Agencia Nacional de Vivienda en el 2008), y se han redefinido otros (la recuperación del BHU), se elaboró una lógica de gestión basada en la no superposición de tareas y recursos, para lograr la correcta y total utilización de lo asignado”, sostuvo. “Hemos recuperado las viejas características y definiciones conceptuales de prestación estatal en vivienda, recuperando así la mejor tradición de la ley Nacional de vivienda de 1968, es decir una vivienda adecuada al núcleo familiar, respetando los ciclos vitales del mismo, prescindiendo de las capacidades económicas de las familias, con altos estándares de comodidad y durabilidad, asociada a un espacio con infraestructura necesaria para el desarrollo humano. Durante la década de los ’90 fueron olvidadas las pautas de la ley Nacional de Vivienda, y se crearon estándares diferenciales en relación a la calidad y las superficies de las viviendas, abandonándose el concepto de vivienda adecuada”, recordó la diputada del Frente Amplio.