Los sueños, propósitos y cerebro
La persecución de nuestros sueños es un proceso que está en permanente construcción
Hay una frase, atribuida a Mark Twain, que dice: “Los días más importantes de tu vida son el día que nacés y el día que descubrís el por qué has nacido”.
Nuestros sueños y deseos son una pista fundamental para saber qué hemos venido a hacer a este mundo. Sin embargo, es muy importante aclarar que tus sueños más trascendentes e importantes no ocurrirán de la nada, ni los reconocerás repentinamente, como si se tratara de un “momento de iluminación”. Desafortunadamente no funciona así.
La persecución de nuestros sueños es un proceso en permanente construcción. Y reconocer nuestros objetivos y deseos es una tarea que requiere tiempo, esfuerzo y dedicación.
Identificar esos sueños que te llevan a tu propósito de vida será la consecuencia de trabajar principalmente tres aspectos: autoconocimiento, introspección y reflexión.
Estas tres capacidades acarrean grandes beneficios.
Nos permiten conectar con nuestras emociones y valores. Al prestar atención a nuestras emociones en diferentes situaciones, identificamos aquello que nos apasiona, nos motiva y nos inspira. Cuando reflexionamos sobre nuestros valores ponemos el foco en aquello que consideramos importante y significativo en la vida.
El autoconocimiento es una herramienta fundamental para identificar nuestras fortalezas y talentos, lo cual nos brinda la confianza necesaria para perseguir nuestros objetivos. Al mismo tiempo, el reconocer nuestras habilidades y aptitudes nos abre un abanico de posibilidades para alcanzar nuestros sueños.
Comprender nuestras necesidades y deseos implica atender a nuestras necesidades básicas y emocionales para establecer metas realistas y alcanzables. Conocer nuestros sueños más profundos nos impulsa a tomar decisiones alineadas con nuestro bienestar.
Explorar diferentes áreas de interés nos expone a nuevas ideas y oportunidades, permitirnos soñar despiertos nos ayuda a visualizar el futuro que deseamos crear. De esta manera nos ayuda el autoconocimiento a despertar nuestra creatividad e imaginación, para trazar nuevos horizontes y aspirar a cosas mayores y más lejanas.
Cuando reflexionamos sobre nuestras limitaciones y miedos, desarrollamos estrategias para afrontarlos. Luego, al superar estos obstáculos, fortalecemos nuestra autoestima y obtenemos la seguridad que nos permite perseguir nuestros sueños con determinación.
GUÍA. Existen técnicas que tienen como objetivo ayudarte a identificar tus sueños y objetivos más profundos, aquellos que realmente te apasionan y motivan:
Reflexioná sobre tus valores. Dedicá unos minutos a escribir sobre aquello que considerás importante y significativo en la vida. ¿Qué principios te guían en tus decisiones? ¿Qué te motiva a levantarte cada mañana?
Explorá tus pasiones e intereses. Hacé una lista de todas las actividades que te apasionan, sin importar si son realistas o no en este momento. ¿Qué te hace sentir entusiasmado y con energía? ¿A qué te dedicarías si no tuvieras que preocuparte por las limitaciones?
Establecé objetivos. Con base en tus sueños y visualizaciones, definí objetivos, desglósalos en pasos más pequeños y manejables y establecé fechas límite para cada paso.
Creá un plan de acción. Determiná qué acciones necesitás tomar para alcanzar cada objetivo, anticipá los posibles obstáculos y prepará estrategias para afrontarlos.
Comprométete contigo mismo. Anotá tus objetivos y planes en tu cuaderno o compártelos con personas de confianza que puedan apoyarte.
Revisá y actualizá tus propósitos con frecuencia, evalúa tu progreso y realizá los ajustes necesarios. Y no te olvides de celebrar tus logros y mantenerte motivado.
Cuando se trata de construir nuestros sueños, lo importante es que seamos honestos con nosotros mismos, poniendo pasión y determinación en aquello que deseamos lograr. Y si durante el proceso nos vemos en la necesidad de modificar nuestros planes, hagámoslo. Y sigamos avanzando.
Explorar áreas de interés nos expone a nuevas ideas y oportunidades.