¿Estamos mejor?

Hace una semana estalló en twitter una discusión por la publicación de un gráfico de parte de la consultora Exante. El gráfico en sí es técnicamente correcto, lo que no fueron correctas son las decenas de afirmaciones que se hicieron a partir del mismo de parte de dirigentes políticos incluyendo a unos cuantos respetables colegas.

Álvaro García tuiteó a partir de esa gráfica: “Solo mejoró el quintil más rico”, Martín Vallcorba dijo “el 80% restante, de ingresos más bajos, está peor que en 2019”, Pablo Ferreri por su parte: “El país creció, pero el 80% de los hogares está peor que en 2019.” Sin adjudicar intencionalidad las frases son indudablemente falsas.

Los números son los números, el tema es la interpretación que les damos. Exante nos está hablando de un momento particular, hace una comparación específica entre el promedio de 2023 y el promedio de 2019 que está lejísimos de ser lo que pasó en este gobierno por varios motivos.

Lo primero y principal es que los datos del promedio de 2023 quedaron muy viejos en relación al ingreso de los hogares y nivel salarial actual. Fue justamente durante 2023 cuando la recuperación pospandemia del salario real tomó fuerza y se afirmó especialmente en el arranque del 2024 fruto de la caída de la inflación. Es evidente que el dato promedio de 2023 está muy lejos de la situación actual.

Pero esto no es que se me ocurra a mí, lo puede contrastar cualquiera en la página del INE. El ingreso de los hogares en el primer trimestre de 2024 fue 6,0% mayor que el mismo trimestre de 2023, 6,8 más que el de 2020 y 4,7% que el de 2019. Cualquiera de esas opciones es significativamente más que el 0,8% de crecimiento del ingreso de los hogares que manejaba el informe de Exante. Ese único dato vuelve absurdas las expresiones de Ferreri, Vallcorba y García.

Podríamos también comentar la impertinencia de utilizar el promedio de 2019 como línea de base de este gobierno (año de caída de los ingresos). Pero lo anterior basta y sobra.

Es indudable que durante 2023 tuvimos un aumento de salario real e ingreso de los hogares que hacen que hoy la inmensa mayoría de los hogares estén mejor que antes de la pandemia. Es cierto que el análisis que hace Exante por quintiles aún no lo podemos hacer para 2024, pero dada la magnitud del aumento no hay ninguna hipótesis plausible que no implique un aumento significativo de la mayoría de los hogares.

Sobre el asunto distributivo también hay una discusión valiosa en la que nunca entré, a pesar de que un excompañero de facultad me explicó que “es TODO el punto” a discutir con su acostumbrada apertura mental. Yendo a eso les recomendaría ser más pacientes para sacar conclusiones, estamos recuperándonos luego del experimento pandémico que implicó consecuencias distributivas en todo el mundo. Que la distribución no lo es todo se vuelve brutalmente evidente al analizar los tres gobiernos del Frente Amplio. Esa impronta distributiva de la fuerza política solo logró mejoras relevantes en las condiciones de vida de las personas mientras hubo crecimiento económico. Salvo para personas muy sobreideologizadas, no debería haber duda que no hay ninguna discusión más relevante para el bienestar de las personas que el cómo crecemos más como país.

Los números son los números, el tema es la interpretación que les damos.