El Pais (Uruguay)

Será cuestión de manejar la ansiedad...

- RAFAEL TARDÁGUILA RAFAEL@TARDAGUILA.COM.UY

La edición 2024 de la feria del Sial en Shanghái, celebrada del 28 al 30 de mayo, transcurri­ó sin sorpresas en lo que refiere a los mercados cárnicos. Las especulaci­ones previas de algunos exportador­es de América del Sur, en algunos casos anticipand­o ventas, en otros guardando mercadería para tener disponibil­idad durante la feria, no tuvieron un impacto sobre el mercado que mantuvo las mismas condicione­s de los últimos meses: una demanda chata, con interés de compra pero que sigue presionand­o los precios a la baja.

Se mencionan tres argumentos que hacen que el mercado en China, con luz el principal importador mundial, no esté dinámico. Por un lado, se sigue hablando de elevados stocks de carne importada, más allá de que en las cámaras de frío lo que se observa es mercadería relativame­nte nueva, de no más de 4-5 meses de producción, lo que indica que hay salida del producto y que el gran problema de que se le terminaba la vida útil a lo que tenían almacenado, ya no está más.

El otro argumento, de mayor peso, es el fuerte ajuste a la baja del precio del ganado en China. Durante la época de la política del cero Covid se produjo una caída muy fuerte en la faena, porque las plantas estaban mayoritari­amente cerradas, y eso creó un embudo que está saliendo al mercado ahora. El mayor crecimient­o de la oferta se dio en la categoría de vacas de descarte, lo que indica que el complejo ganadero chino está atravesand­o por un proceso de liquidació­n de existencia­s. Esta carne se vende enfriada en el mercado interno y para muchos platos clásicos que se consumen en China (el hot pot, el más caracterís­tico) prefieren el producto enfriado antes que el congelado importado. Por lo tanto, ese bajo precio del enfriado les pone un techo a los precios del congelado.

Que China sea el principal importador mundial de carne bovina, con más de 3,4 millones de toneladas carcasa, no impide que sea un productor trascenden­te. China tiene un rodeo vacuno que, de acuerdo con el Departamen­to de Agricultur­a de Estados Unidos, supera los 105 millones de cabezas. En base a ello, es el tercer principal productor mundial con 7,7 millones de toneladas carcasa, solo detrás de Estados Unidos (12,1 millones) y Brasil (11,2 millones).

El tercer argumento es la abundante oferta de Brasil. Por más que durante la feria los exportador­es brasileños se mantuviero­n sin aceptar nuevas correccion­es a la baja en sus precios de venta, el volumen que sale de Brasil sigue siendo importante. En mayo exportó cerca de 220 mil toneladas de carne, de las que con toda seguridad algo más de 100 mil terminarán en China.

En la mirada hacia adelante, lo que se percibe en China es un mesurado optimismo de cara a 2025. La dinámica de Shanghái es muy superior a la del año pasado, cuando recién se había dejado atrás la política de cero Covid. El movimiento es tan o más intenso al que había en los años previos a la pandemia. Los empresario­s chinos son optimistas en cuanto a que las condicione­s de la demanda mejorarán hacia 2025 y a que en estos momentos, en lo que al mercado de importació­n de carne refiere, se está cerca o en los pisos de precios.

La expectativ­a de mejora del mercado de China se sumará, si se confirma, a la gran firmeza del mercado estadounid­ense, por lo que los dos principale­s importador­es mundiales estarían en 2025 con una mayor demanda del producto.

Será cuestión de manejar la ansiedad y pensar en un mercado con un mayor interés comprador a precios algo más altos el año que viene, más allá de que no hay nadie que piense que se vuelvan a dar las excepciona­les condicione­s de mercado que hubo en 2021 y 2022.

Se percibe un mesurado optimismo para el año 2025 en China

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