Equipo de Orsi sigue una pista internacional de la denuncia falsa
Vinculan viaje de Papasso y Díaz con un “aleccionamiento”
En poco más de 48 horas, una serie de revelaciones hicieron que Yamandú Orsi pasara a la ofensiva y comenzara a capitalizar la denuncia en su contra por una presunta agresión a una mujer trans que habría ocurrido en 2014. Eso fue posible debido a que en ese corto lapso, —y aún con versiones encontradas— las dos involucradas en esa acusación, Romina Celeste Papasso y Paula Díaz, reconocieran que la denuncia era falsa.
“Manejábamos esa información”, señaló Orsi ayer, sin dar más detalles más que su “alivio” por haberse confirmado que no era cierta la denuncia en su contra.
En su comando de campaña existe la tesis de por qué salió a la luz lo que sucedió: Papasso y Díaz se “asustaron” ante una serie de advertencias —tanto desde el ámbito judicial como político— sobre que sus versiones no se podrían sostener en un proceso fiscal.
Ahora, lejos de dar el tema por cerrado, el exintendente y su entorno pretenden “ir hasta el hueso” en busca de quienes, están seguros, actúan por detrás de Papasso y de Díaz. “Está claro que este no es un asunto pergeñado por dos mujeres, que se les ocurrió un día hacer esto. Acá hay algo más”, sostuvo Orsi.
El precandidato frentista —favorito según las encuestas— se alinea a la tesis de que la acusación respondió a un “operativo político” cuyo fin era “evitar” que “fuera candidato del Frente Amplio”.
“Me cuesta creer que acá no hubo dinero”, dijo Orsi, aunque aclaró que desconoce “de dónde sale”.
Tanto Orsi como el Frente Amplio han desligado orgánicamente al sistema político uruguayo de esta “maniobra”.
El precandidato se permitió una velada crítica a la actuación —o la ausencia de ella— que tuvo en su caso la fiscal Sandra Fleitas que, reparó, no dispuso de ninguna acción en los 59 días que transcurrieron desde que Papasso divulgó su “denuncia”.
El Movimiento de Participación Popular (MPP) insiste, como informó El País en marzo, en que al precandidato se lo buscó “esmerilar”. En términos de inteligencia y propaganda negra, esa estrategia se traduce en la acción de ir desgastando a una figura pública con acusaciones falsas, una detrás de la otra.
Un estudio que había difundido el sector trazó en Sinaloa (México) el origen de la circulación viral de los mensajes contra Orsi, vinculada además a las “campañas negras” en ese país. Poco después, se señaló, la generación de los mensajes pasó a tener origen e Hong Kong, con inversiones de promoción de hasta US$ 40 mil en un solo día. En las últimas tres semanas, se agregó desde el MPP, se detectó una fuerte inversión a través de miles de cuentas que, en la red Youtube, replicaron los videos con las denuncias contra Orsi. Esas cuentas, se afirmó, venían interactuando hasta pocas horas antes de que las involucradas admitieran la falsedad de la denuncia.
En diálogo con El País, Jorge Díaz, el exfiscal de Corte y uno de los abogados de Orsi dijo creer que la “campaña” en contra de su defendido se ideó desde Argentina. El abogado apuntó a un viaje que Papasso y Díaz hicieron a Buenos Aires, y otro posterior realizado al mismo destino por Papasso, entre diciembre y enero. “Vuelve anunciando determinadas cosas que luego hace”, expresó.
“Mi intuición y conocimiento de cómo funcionan determinadas organizaciones y servicios es que fue, de alguna manera, aleccionada o preparada en Argentina”, dijo Díaz. El abogado se basó en el “nivel de precisión” de las declaraciones que pretendieron involucrar al precandidato frentista.
“Esto es una mafia internacional, con mucha guita”, le había dicho el precandidato a El País a mediados de marzo.
En la práctica, indicaron fuentes partidarias, el sector es el único en la izquierda con capacidad para realizar este tipo de seguimientos. A nivel orgánico, el Frente Amplio está lejos de esas posibilidades económicas. De todas formas, en la coalición de izquierda también se procurará echar luz sobre el caso.
“Detrás de esto hay una organización, accionando con el fin de dañar al Frente Amplio y a uno de sus candidatos” dijo el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira. “Esto es grave para la democracia y la convivencia”, agregó. Sin dar detalles, Pereira sostuvo que detrás “hay una inversión económica seria” y que “hay poder”.
El titular de la coalición de izquierda consideró probada la existencia de una campaña y coincidió en que, lejos de quedar cerrado con la confesión de las involucradas, restan preguntas por responder. Por ejemplo, quiénes son los “contactos con altas esferas del poder” que Papasso dijo tener.
Al igual que Orsi, Pereira desligó desde el punto de vista orgánico al Partido Nacional por las acciones de Papasso. Así, dijo, se lo hizo saber al presidente del Partido Nacional, Pablo Iturralde.
El viernes pasado, una vez conocida la retractación de Papasso, el Frente Amplio pidió responsabilidades. “Tuvo que pasar el tiempo para que la verdad comenzara a salir a la luz, quedando en evidencia que la denuncia penal presentada contra Yamandú Orsi, como la campaña que se armó, fue una mentira”, afirmó la fuerza opositora en un comunicado. Allí se señaló que se debe “llegar a fondo” con respecto a “quienes pensaron y ejecutaron esta operación de enchastre contra nuestro compañero”.
En el equipo de Orsi se espera ahora el impacto de todas estas novedades a nivel electoral. Y se descuenta que será positivo para su precandidatura. A fines de marzo —el mismo mes en que se presentó la denuncia en su contra— un estudio de la consultora Nómade a cuenta de su comando indicó que la acusación y sus derivaciones no habían tenido, hasta ese momento efecto alguno sobre las posibilidades electorales y la intención de voto que, hasta entonces venía manteniendo el exintendente de Canelones en la interna del Frente Amplio.
Pereira: “Detrás hay una organización con el fin de dañar al Frente Amplio”.