“Uruguay es una voz razonable”
El diplomático destacó al país por su “buena visión”
—Habló de la importancia de la calidad de la carne para el mercado europeo, ¿qué piensa de Uruguay en ese contexto?
—Pensamos que Uruguay tiene una buena visión estratégica de cómo hacer que el país prospere. Si usted tiene una pequeña economía, no puede hacer todo uno mismo, hay que abrir mercados. Uruguay produce mucho más carne de la puede consumir en su mercado interno, además de otros productos, como la celulosa, y es un país muy bueno en encontrar nichos en el mercado internacional. Hace 20 años el sector forestal era nada en Uruguay, pero con un entorno estable y buenas leyes, los finlandeses vinieron a construir esa capacidad acá. Este país es una economía pequeña, muy valorada en el exterior. Y las pequeñas economías, con esas características, funcionan muy bien en el mercado global.
—¿Cómo ve el rol de Uruguay en esta fase del acuerdo Ue-mercosur?
—Esto que acabo de comentar sobre Uruguay se refleja en que siempre ha tratado de buscar soluciones y de convencer a sus socios de los beneficios de ser abiertos. Basta ver que las barreras que han tenido Brasil y Argentina durante los últimos tal vez 30 o 40 años, no los han ayudado a industrializarse, priorizaron otras cosas. Así que Uruguay es una voz razonable en este contexto y un jugador muy constructivo en esto. Tenemos grandes esperanzas en el rol de Uruguay, que su voz escuchada y ejerza su influencia en los otros países.
—¿Cuáles son los temas de abordaje con el canciller Omar Paganini y con el jefe negociador de Uruguay, Alejandro Mernies, y los empresarios uruguayos? —Tenemos que prepararnos para los próximos pasos, hacer intercambios, establecer una agenda. Escuchar a los industriales y empresarios es importante, porque me permite saber lo que esperan de este acuerdo, cuáles son sus preocupaciones y también ver qué podemos hacer mejor con nuestros productos acá, por ejemplo en la trazabilidad de la madera. Hicimos un esfuerzo para asegurarnos de que nuestras maderas estén certificadas, cuidando la buenas prácticas y la no deforestación, que es un problema global, y mostrar que todo esto es posible.