El Pais (Uruguay)

CLÁSICO QUE NO SE PARA DE BAILAR

“Violeta” cumple 30 en los que se ganó una prresencia obligada en casamiento­s y cumpleaños de 15. El cantante argentino Alcides habló con El País para narrar su historia

- RODRIGO GUERRA

Basta con escuchar las primeras notas de las trompetas que abren “Violeta” para que el oyente se de cuenta de que está ante un clásico. Diecisiete segundos más tarde irrumpe la voz de Alcides e inmediatam­ente se disparan una serie de imágenes que recuerdan al punto más alto de cualquier casamiento, cumpleaños de 15 o Noche de la Nostalgia.

Es que el efecto que produce “Violeta” es bastante similar en cualquier fiesta. Mientras se reparte el cotillón —a eso de las tres o cuatro de la mañana—, la voz de Alcides produce una especie de euforia en aquellos que estuvieron bailando toda la noche.

Pero también logra lo que parece imposible: aunque sea por unos tres minutos, los que sienten pudor al bailar se levantan de sus asientos —ya sea por la inyección anímica del ritmo o por la obligación de otros invitados— para sumarse al baile colectivo y cantar ese estribillo construido sobre ese clásico diálogo de pregunta y respuesta.

Y todo el mundo corea ese “No la dejes, no la dejes ir / ¿Por qué? / Te lo digo yo / ¿Quién es? / Violeta, que se va sin decir adiós”. Son tres minutos de felicidad que se pueden extinguir con el último acorde de “Violeta” o extenderse un rato más si el DJ sabe cuál es la canción perfecta para mantener el ambiente. Y, si bien “Violeta” es una de esas tonadas sin tiempo, en realidad este año cumplió tres décadas. Y, para celebrarlo, El País se comunicó con Alcides para repasar la historia de uno de los mayores éxitos tropicales de la música rioplatens­e.

Y eso que estuvo a punto de no existir. “’Violeta’ iba a estar en mi primer disco, pero el productor no me la aceptó”, cuenta desde Buenos Aires, donde está cumpliendo con la cuarentena obligatori­a. “El productor me dijo que estaba muy avanzada para lo que se estaba bailando acá. Era mucha salsa. No le dije nada y lo acepté, pero me quedé con mucha bronca”.

Era 1989 y eran las sesiones de grabación de su primer álbum solista, Sueños. “Violeta” no aparece, pero sí se grabó “Ay negra, negrita de mi vida”, que se terminaría convirtien­do en el primer éxito de Alcides y luego sería adoptada por la hinchada de Boca: “Boca de mi vida / Vos sos la alegría de mi corazón”, todavía se escucha cantar en las tribunas de La Bombonera.

Tras primer ese hit, el cantante nacido en Río Cuarto tendría su revancha. En 1990, su sello discográfi­co, Leader Music, lo contactó para que participar­a de una compilació­n titulada Majestuoso 2, los reyes del

baile. Además de Alcides, allí hay espacio para Ricky Maravilla, Omar Shane y el conjunto Adrián y Los Dados Negros. “Me pidieron dos temas y les dije que si no grababa ‘Violeta’ no iba a participar. Además no tenía más canciones”, dice. “Al final lo aceptaron por obligación pero nunca me dieron las gracias”.

“Violeta” nació como una versión de una versión. El tema original se llama “Fricote” y es de 1985. Fue compuesto por los brasileños Luiz Caldas y Paulinho Camafeu, y Caldas la grabó en portugués con ritmo de axé. Dos años después, Chayanne la tradujo —con la letra que suena hoy— y la llevó al terreno de la salsa. Sin embargo tenía un tempo más lento y era difícil de bailar.

Alcides escuchó la versión que aparecía en Chayanne 87 y quiso grabarla. Pero para hacerlo tuvo que adaptarla. “Me gustaba mucho la letra, pero el ritmo no coincidía con lo que bailaba en Argentina”, dice. “Tenía que ponerle esa pimienta del baile nacional para que tuviera ese son de baile y alegría”.

Así nació la versión de cuarteto, inspirada en la que había grabado el grupo cordobés Chebere en 1988.

Ya en las primeras presentaci­ones de “Violeta”, Alcides notaba una energía especial. “Me di cuenta de que picaba. Lo ves en el movimiento de la gente y cómo despierta el baile”, asegura el músico, que siempre prueba sus canciones en los shows antes de entrar al estudio. “Ahí es cuando ves el efecto de una canción”, asegura. “Esa es la prueba de que muchas veces los productore­s no saben nada”, dice, entre risas, sobre el rechazo inicial. “Una cosa es la teoría y otra la práctica”.

Cuando se publicó, “Violeta” fue un éxito inmediato en Argentina y empezó a traspasar fronteras. Así llegó Uruguay, Paraguay, Chile y México, e incluso aterrizó en España, donde la adoptaron los jugadores del Villareal. “Lo agarraron como un talismán porque el equipo venía bastante atrás en la tabla”, explica. “La cantaban antes de jugar y empezaron a ganar”.

A 30 años de la canción, Alcides se sigue sorprendie­ndo con la respuesta del público. “La gente me sigue sorprendie­ndo porque largás el tema y explota como si la hubiera grabado la semana pasada”, dice. El tema tiene dos enganches: el arranque y el estribillo, que hacen que la gente se cope”.

“Treinta años no es poca cosa para un solista. A lo mejor durás cinco u ocho años, pero la vida fue muy generosa conmigo y me dio mucho más de lo que yo esperaba”, dice. “Y ‘Violeta’ fue la frutilla de la torta”, concluye.

“’Violeta’ iba a estar en mi primer disco, pero el productor no me la aceptó porque era muy avanzada”.

“Hoy largás el tema y explota como si la hubiese grabado la semana pasada”, le dice Alcides a El País.

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