Descubrimientos más destacados
La revista Science eligió los temas más trascendentes del año 2018 en materia científica
Las nuevas tecnologías capaces de mostrar cómo el ADN envía una señal a cada célula para que se desarrolle a lo largo del tiempo fue calificada este jueves de “Descubrimiento del año” 2018 por la revista estadounidense Science.
Cuando se unen el óvulo con el esperma comienza una división celular que no solo hace crecer al embrión, sino también se inicia uno de los procesos más desconocidos de la biología: la diferenciación celular. Hasta ahora. Diversas técnicas de laboratorio han permitido a los científicos observar cómo una célula se hace distinta de otra. El tremendo potencial que tiene este conocimiento lo hizo merecedor del título “descubrimiento del año”, según la revista Science.
“El poder analizar la expresión genética en células individuales está cambiando la visión de la biomedicina”, asegura Claudio Hertz, director del Instituto de Neurociencia Biomédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Lo que se logró no es solo analizar cada célula por separado, sino también determinar qué gen se activa para que se produzca la diferenciación.
Esto será crucial, explica el especialista, para entender cuándo y por qué una célula muta se vuelve cancerosa.
“Hoy estudiamos un tejido maligno, pero no somos capaces de ver cada célula, aunque la diversidad de estas sea tremenda”, explica. A futuro, este conocimiento podrá mejorar diametralmente los tratamientos, mientras que se están identificando nuevas células en el cuerpo que antes no se conocían.
“No teníamos la capacidad de verlas”, dice. Hoy son muchos los laboratorios en el mundo que están trabajando en esto.
SECRETOS DEL PASADO. Un enorme cráter de 31 kilómetros que dejó el impacto de un meteorito en Groenlandia fue otro de los destacados por Science. El deshielo producido en la zona, debido al cambio climático, develó esta cicatriz en la Tierra. Es la número 25 en tamaño entre las de su tipo. Aunque el impacto ocurrido hace 13 mil años no tuvo un efecto tan devastador como para llegar a extinguir especies, sí habría trastornado el clima mundial.
Por otro lado, hace 50 mil años, en una cueva en lo que hoy es Siberia, vivió una mujer con una familia muy especial. Científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, descubrieron que su madre era neandertal y su padre un denisovano. Ambas son especies humanas arcaicas que si bien se sabía habían vivido en la misma época, hasta el momento no se habían encontrado evidencias tan fuertes de su relación.
Otro de los temas destacados, fue cómo las células ordenan sus componentes y cómo ello puede explicar enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Por su parte, datos genéticos que pueden identificar a los parientes de un delincuente y, por ende, ayudar a capturar al criminal. Fósiles de entre 600 y 500 millones de años que se convirtieron en las formas de vida animal más antiguas descubiertas, y la primera detección de neutrinos de una fuente fuera de la galaxia también fueron destacados por la publicación como lo mejor del año.
CONDUCTA NORMALIZADA. “Por largo tiempo, el acoso sexual en la ciencia tuvo baja denuncia y era ignorado. Pero este año trajo signos de cambio”, se lee en Science.
En septiembre, la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos obligó a las universidades a declarar cuando un investigador es separado de sus labores mientras es investigado por acoso sexual o es encontrado culpable de dicha conducta. Mientras que un par de meses antes, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia decidió buscar la forma de sacar de su ranking a los acosadores.
Desde cómo las células mutan a cancerosas a los extraños homínidos.
El movimiento “Me too” también cambió la ciencia por su impacto en el año.
No es suficiente, dicen muchos, pero es un gran paso.
“Esto es muy importante, porque todo lo que le pasa al ser humano también afecta a la ciencia”, opina Gabriel León, académico adjunto del Centro de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Andrés Bello. “En un lugar donde las relaciones de poder son tan verticales, es muy importante que salgan a la luz acciones que por tanto tiempo estuvieron normalizadas”, asegura.
En tanto lo negativo, fue la inmovilidad de la política frente al cambio climático, el incendio del Museo Nacional de Río de Janeiro y la supuesta edición de genes de dos gemelos fueron destacados como lo peor del año.