CANADÁ, AL IGUAL QUE URUGUAY, LEGALIZA EL CANNABIS
Será legal a partir del miércoles 17; prevén fuerte impacto económico
Pasado mañana miércoles, Canadá se convertirá en el segundo país en el mundo en legalizar completamente el consumo de marihuana luego de que Uruguay lo hiciera hace cinco años. El caso canadiense es considerados por algunos expertos uno de los mayores experimentos en este campo, ya que será el primer país industrializado que legalizará el consumo recreativo de la marihuana.
Canadá se ha estado preparando para este momento desde que el Partido Liberal del primer ministro, Justin Trudeau, ganó las elecciones en octubre de 2015 con una plataforma que incluía la legalización total del consumo de cannabis.
Solo Uruguay ha dado este paso hasta ahora. El Senado sancionó en diciembre de 2013 la ley que regularizó la producción, venta y consumo de marihuana, aunque comenzó a operar casi cuatro años después, el 19 de julio de 2017. La normativa —aprobada bajo el gobierno de José Mujica e instrumentada en esta administración de Tabaré Vázquez— determinó tres vías de acceso: la adquisición en farmacias habilitadas, el autocultivo y los clubes de membresía.
En otros países la legalización es parcial o limitada a regiones (ver recuadro en esta página). Por ello, expertos como el académico David Hammond, profesor de la Universidad de Waterloo especializado en salud pública, dice que el de Canadá “es un experimento que muchos otros países están observando”.
IMPACTO ECONÓMICO. La lógica tras la legalización es “mantener el cannabis fuera del alcance de jóvenes y los beneficios lejos de las manos criminales”, explicó el año pasado Bill Blair, exjefe de la Policía de Toronto y en la actualidad ministro de Seguridad Fronteriza del Gobierno de Trudeau.
Según un estudio oficial, 4,9 millones de canadienses gastaron en 2017 unos 5.700 millones de dólares canadienses (4.400 millones de dólares de Estados Unidos) en cannabis. De esta cifra, solo 570 millones de dólares se emplearon en la compra de marihuana para usos medicinales, algo que es legal en Canadá.
Así que la primera consecuencia de esta “revolución verde” en Canadá, y que se ha hecho sentir desde hace meses, es económica.
La inminente legalización del cannabis ha generado una nueva industria en todo el país que está creando millonarios casi instantáneos y a la que grandes compañías se han sumado. Por ejemplo, Coca-cola ha reconocido que está “vigilando” las posibilidades del cannabis en bebidas. La multinacional estadounidense estaría interesada en crear bebidas con cannabidiol, un elemento no psicoactivo del cannabis que puede ayudar al tratamiento de la ansiedad, esquizofrenia, náuseas e incluso epilepsia.
Mientras tanto, los principales supermercados de Canadá ya han solicitado permisos para vender marihuana en sus establecimientos.
Por el lado de la producción, han surgido decenas de compañías que llevan meses cultivando plantas de marihuana de cara a su legalización.
En las últimas semanas, las acciones de Aurora Cannabis, Cannopy Growth y Tilray se han disparado hasta el punto que la capitalización de mercado de las principales compañías se situó el pasado 12 de septiembre en la cifra récord de 51.000 millones de dólares estadounidenses.
Sin embargo, la “revolución verde” canadiense no solo está beneficiando a los inversores y está teniendo un impacto sobre la población: Cannopy Growth ha revivido la deprimida localidad de Smiths Falls, con unos 9.000 habitantes y a unas tres horas al este de Toronto. Smiths Falls perdió en 2009 su principal fuente de empleo, la planta de chocolate del gigante estadounidense Hershey’s.
Ahora Cannopy Growth ha elegido esa antigua fábrica de chocolate para la producción de cannabis, ha creado 800 empleos directos y ha vuelto a convertir Smiths Falls en una atracción turística gracias a las visitas organizadas a su centro de cultivo de marihuana.
IMPACTO SOCIAL. La otra cara de la revolución de la marihuana en Canadá es social.
Un reciente estudio señala que el consumo de cannabis aumentará un 35% tras su legalización.
Y, por eso, cuerpos policiales, empresas de transporte público y miles de compañías en todo el país están estableciendo ahora las normas que guiarán el consumo de cannabis entre sus empleados.
Además, organizaciones que luchan contra la conducción bajo los efectos del alcohol han expresado su preocupación por el peligro que podría suponer la legalización de la marihuana para la seguridad en las carreteras. En ese sentido, expertos, como el profesor Hammond, avisan de que la marihuana que se produce hoy es tres veces más potente que la que existía hace 20 años, por lo que son necesarias grandes campañas de educación.
El sector médico también está advirtiendo que el cannabis afecta de forma más negativa el cerebro de los adolescentes que el alcohol.
Por eso, Canadian Medical Association Journal (CMAJ), la principal publicación médica del país, solicitó al Gobierno que modifique la ley para “prevenir efectos negativos a la salud” si, finalmente, el uso del cannabis aumenta con su legalización a partir del miércoles.
“Es un experimento que muchos otros países observan”, dice un experto.
DÓNDE FUMAR. Otro tema que está en debate en estos días es dónde se permitirá fumar. Es que edificios de apartamentos, escuelas y otros espacios se mueven para prohibir fumar marihuana en sus instalaciones. En todo Canadá está prohibido fumar tabaco en o cerca de las entradas a bares, restaurantes, oficinas e incluso parques, y esta medida podría abarcar a los consumidores de marihuana.
Siguiendo el ejemplo de las campañas antitabaco de los años 80 y 90, los gerentes de los espacios públicos y privados ahora se apresuran a combatir el cannabis, antes de que la legalización entre en vigor el miércoles, para prevenir que los mismos problemas surjan con el humo de la marihuana.
“Cuando llegue la legalización, solo las personas que sean propietarias de sus casas podrán consumirla, porque los alquileres se han modificado para restringir el hábito de fumar”, dijo a la AFP el defensor de la marihuana y arrendatario, Shawn Macaleese.