Barbosa, exjuez negro como opción en Brasil
Con 10% de intención de voto, está detrás de Lula y Bolsonaro
Los brasileños están desesperados por ver un rostro nuevo en la Presidencia y podrían encontrarlo en Joaquim Barbosa, un exjuez negro de la Corte Suprema.
Barbosa, de 63 años, que empezó como limpiador, aún no ha confirmado su candidatura para las elecciones del 7 de octubre. En un evento la semana pasada en Brasilia con el Partido Socialista Brasileño (PSB), al cual se unió recientemente, los periodistas acosaron a Barbosa con preguntas sobre sus eventuales aspiraciones presidenciales. “Aún no conseguí convencerme a mí mismo de que debo ser candidato”, respondió, agregando que su familia se opone a la idea.
Las dudas son razonables. Barbosa nunca se presentó para un cargo electo y la traicionera escena política brasileña no es para novatos. Pero algunos analistas remarcan que Barbosa, que se levantó de la pobreza para convertirse en el primer negro en presidir el Supremo Tribunal Federal ( STF), tiene credenciales únicas.
Y con centenas de políticos, incluyendo Lula, Michel Temer y legisladores, señalados por la gigantesca operación anticorrupción Lava Jato, los electores también quieren alguien incorruptible. Como juez, el principal logro de Barbosa fue supervisar otra gran cruzada anticorrupción, el Mensalão, que comenzó en 2005, golpeando de forma dura al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
La encuesta Datafolha, realizada luego de la detención de Lula el 7 de abril, le dio a Barbosa cerca de 10% de apoyo electoral, un tercer lugar dentro de una vasta lista de opciones, sin haber realizado ni un día de campaña.
Además de su reputación de luchador contra el crimen, Barbosa tiene una historia de vida que prácticamente solo puede igualar Lula, con su ascenso épico de joven limpiabotas a presidente reelecto.
Técnicamente, Barbosa no sería el primer presidente negro de Brasil, un honor concedido a Nilo Peçanha, un mestizo que gobernó entre 1909 y 1910.
El mayor de ocho hermanos, de padre obrero, Barbosa se ganó sus primeros reales limpiando en el tribunal laboral de Brasilia. Trabajando largas jornadas, estudió derecho en la Universidad de Brasilia, se desempeñó brevemente en el prestigioso servicio diplomático brasileño, aprendió varios idiomas y llegó al Supremo Tribunal.
Barbosa es promocionado como un potencial centrista que puede conquistar el espacio entre el izquierdista Lula y el ultraderechista Jair Bolsonaro, un exmilitar.