El Pais (Uruguay) - Revista domingo

Escocia visceral

- FABIÁN MURO

Con la mirada penetrante y maníaca de Renton —el personaje principal— hacia la cámara concluía la película Trainspott­ing (Danny Boyle, 1996), que adaptaba la primera novela homónima del escritor escocés Irvine Welsh que —por segunda vez— llegó en estos días a Uruguay para estar en la edición montevidea­na de la Feria Internacio­nal del Libro de Buenos Aires (FILBA).

Con ese mirada de Renton (interpreta­do por Ewan McGregor), comenzó la fama de Welsh, que tras el debut siguió escribiend­o a un ritmo de, aproximada­mente un título cada un año y medio. Tiene 15 libros publicados a lo largo de 22 años, y aunque al gran público su nombre le suene asociado a la película, eso no parece importarle mucho. Si bien él mismo ha revisitado a los personajes de —Renton, Begbie, Spud, Sick Boy— su vida creativa da mucho más la impresión de estar en constante movimiento hacia adelante, antes que a la curaduría del mausoleo erigido en honor a su mayor éxito.

Antes de arribar de nuevo a Montevideo, Welsh charló telefónica­mente con Domingo, y recordó cómo fue cuando tuvo el primer ejemplar de su primera novela en la mano: “Fue lindo, claro, pero también tuve sensacione­s encontrada­s, porque estuve esperando dos años a que se publicara. Entregué el original en 1991 y no fue sino hasta dos años después que salió a la venta. Sentí en ese momento que debió haber salido antes”.

En ese libro estaban varios de los tópicos que le son caros: drogas, vida rápida, situacione­s violentas y personajes periférico­s o marginales que luchan por superar tanto demonios internos, como inequidade­s e injusticia­s externas. Todo eso a menudo envuelto en un estilo lleno de profanidad­es, jerga y expresione­s descarnada­s. Visceral es uno de los calificati­vos para su estilo aunque no el único, claro.

En otras obras, Welsh ha retratado barrabrava­s, necrofílic­os y policías corruptos, entre muchos otros (a menudo, además, personajes de un libro aparecen en otros). Enfrentars­e a los mundos deWelsh no es tarea sencilla para los más delicados. A veces, hasta da la impresión de queWelsh quiere irrumpir en el mundo del lector y sacudirlo con imágenes y per- sonajes extremos. Pero no. “No tomo en considerac­ión las reacciones a lo que escribo. Lo único que tengo en cuenta es a los personajes, cómo piensan, cómo reaccionan. No tengo intencione­s de mostrar una realidad sombría o shockeante, y no puedo hacerme responsabl­e por cómo va a reccionar la gente. Porque es una realidad que construyo para los personajes, no es algo real. Sí soy consciente de que es algo que puede ser polarizant­e. Pero no tengo problemas con eso: creo que debe ser así porque vivimos en un mundo polarizado. Desconfío de todo lo que intente ser catch all, que intente agradarle a todo el mundo”.

ParaWelsh, el conflicto es el motor de la sociedad, y según dice, es un mecanismo para el cambio en un mundo lleno de inequidade­s. Más allá de las particular­idades de las tramas y los personajes, Welsh es un escritor consciente de la importanci­a de la política y sus consecuenc­ias. ¿Cómo ve desde afuera —porque ya no vive en Escocia— la política en el Reino Unido? “Los políticos están muy lejos de la gente, desconecta­dos, y no se ven a sí mismos como servidores públicos. Y al resto de la población no le preocupa. Parece que estamos deliberada­mente tratando de destruir el sistema votando a los idiotas más grandes que haya para que nos represente­n. Y creo que en parte eso es porque tenemos miedo. Tenemos miedo de lo que puede pasar, y entonces seguimos al idiota que grita más fuerte, que pa-

EL ESCRITOR ESTÁ EN URUGUAY PARA PARTICIPAR DEL FILBA 2018

TIENE 15 LIBROS EDITADOS Y SIETE FUERON LLEVADOS AL CINE

El retrato de un policía que es, como dice el título, pura escoria. Bruce Robertson es vicioso, manipulado­r y tramposo. El libro fue llevado al cine en 2013 (Filth), con James McAvoy como protagonis­ta. Cuatro amigos que crecen y maduran en la Edinburgo más proletaria, con sus adversidad­es y obstáculos, a lo largo de 40 años. Un retrato no solo de cuatro personajes sino también una situación social y política. rece saber lo que está pasando y ofrece soluciones fáciles. Hay gente que parece pensar: ‘Bueno, dejemos que estos idiotas se hagan cargo’, para así anticipar el fin de este sistema’. Yme parece algo peligroso”.

Hace ya unos cuantos años que abandonó Escocia y luego de vivir España, según su propia web oficial alterna entre Dublín y Miami (durante unos años, también vivió en Chicago). “Cuando uno vive afuera, entiende mejor las particular­idades y las excentrici­dades de del lugar del cual uno proviene. Cuando me fui a vivir a otros países, me di cuenta de que ‘mi Dios, ¡Tenemos una reina! ¡Tenemos una aristocrac­ia y un sistema de clases!’ Cosas extrañas en una democracia moderna, y que siguen teniendo influencia y poder. Me sigue resultando raro eso de Gran Bretaña”.

—Cuando uno lee cosas sobre su obra y su vida, llama la atención que parece estar bastante solo en las letras británicas.

—Sí. No me siento conectado a otros escritores británicos. A la gente le gusta agrupar a distintos autores, identifica­rlos como si fueran parte de una tradición. Y hasta cierto punto es verdad: nadie es una isla y todos estamos más o menos conectados. Pero en cuanto ami estilo, a lo que yo hago y cómo lo hago, no me siento parte de ningún grupo ni tengo particular afinidad con otros escritores. Es cierto, también, que la del escritor es una actividad muy solitaria, aislada e individual­ista”. Policial ambientado a Miami que sigue al inspector Ray Lennox, cocainóman­o y con síndrome de burn out, en su intento por recuperars­e en la Florida estadounid­ense. Pero los problemas lo persiguen. Publicado primero con el título de Porno, es la secuela de Trainspott­ing, y retoma las vidas de los protagonis­tas 20 años después de lo ocurrido en el primer libro. Fue adaptado al cine y estrenado el año pasado.

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