UN CORTO MUY LARGO
Jean Cocteau publicó La voz humana en 1930. Para introducir su texto, el dramaturgo francés escribió que un teléfono puede ser más peligroso que un revólver. Y así lo es, al menos para su protagonista, una mujer abandonada que atiende la llamada del hombre al que ama la víspera de que este se case con otra.
Ahora, 90 años e infinidad de versiones después —interpretadas por Anna Magnani e Ingrid Bergman, entre otras—,
trae el monólogo a los Pedro Almodóvar cines (21 de octubre) en forma de corto, un viejo amigo del director y una exhibición valiente para estos tiempos donde tantos grandes abandonan las salas.
Almodóvar ha puesto a la actriz a disparar el teléfono en una historia que lleva años guardando. Primero la usó en La ley del deseo (1987), donde Carmen Maura interpretaba una parte del monólogo en una función dirigida por su hermano Pablo (Eusebio Poncela). Luego tuvo la intención de adaptarla en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), cuando puso a Carmen “ella no es profesora como otras” Maura a llamar a su ex, Iván (Fernando Guillén), pero le salió una comedia.
Ya ha dicho el director que promete “no volver a manosear” el texto de Cocteau, como si no estuviéramos ante una adaptación extraordinaria. Quizá Almodóvar pueda dar por zanjada una de sus obsesiones ahora que ha conseguido centrarse en ella, pero este corto es mucho más que una cuenta pendiente. El cineasta vuelve a hablar con sus primeras películas —como hizo en Dolor y gloria (2019)— a través de una puesta en escena impecable y una actualización del texto que permite al personaje de
Tilda Swinton resignarse menos que sus predecesoras. Porque una mujer abandonada puede ser más peligrosa que un revólver.