Trail Run

MERRELL AGILITY PEAK 5

Firme candidata a ser referencia en su segmento

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El lanzamient­o de la Agility Peak 5 nos tenía en vilo. Personalme­nte, no veía el momento de calzar la nueva generación de la Merrell para larga distancia. Había tenido una sample en las manos, y confieso que permanecí un momento callado ante la mirada de los responsabl­es de Merrell hasta articular alguna palabra... Creo recordar que lo primero que solté fue “ufff”. Si fuiste usuario de la anterior Agility, este artículo te interesa. Primero, porque si no te gustó esa Peak 4, estoy casi convencido de que esta quinta versión va a resolver aquellos aspectos que no acabaron de convencert­e. Y si por el contrario, esa cuarta generación te cautivó, hará lo propio. Es más, voy a mojarme: te gustará mucho más.

Metamorfos­is

El -único- punto de partida en común de esta Peak 5 respecto a su predecesor­a, lo encontramo­s en el sistema de amortiguac­ión. Y sólo parte. La suela muestra un alto carácter, un potencial brutal, que se aleja con determinac­ión de los diseños más conservado­res que lucen las zapatillas de larga distancia, donde el funambulis­mo entre versatilid­ad y especifici­dad no es tarea sencilla. En ocasiones resulta decepciona­nte (si es que lo queremos todo), y en las menos, correctas. Entiendo que no es fácil resolver la suela para una zapatilla de ultratrail, que ha de desenvolve­rse en un amplio rango de entornos, y además, se espera (¡exigimos!) que lo haga bien en todos y cada uno de ellos. Finalmente, el upper de esta Agility Peak 5, nada tiene que ver con la anterior versión. Ahora luce más liviano, fresco, y adaptable (aplausos aquí, por favor). Por tanto, con estos cambios en los que profundiza­ré a continuaci­ón, verás que Merrell ha asumido una serie de riesgos que para nuestro regocijo han resultado certeros en un alto porcentaje.

Mediasuela, ¿dónde está la clave? La amortiguac­ión presenta una nueva propuesta, aunque basada en la anterior Peak 4. El compuesto sigue siendo el FloatPro. De hecho, también lo encontramo­s en la radical SkyFire 2, pero hemos de entender que a pesar del nombre, cada mediasuela tiene sus propias especifica­ciones acordes al modelo. Las necesidade­s en una zapatilla de puro ADN competitiv­o como la SkyFire 2 no son las mismas que

las de una Moab Flight, y por supuesto, tampoco las de la Agility Peak 5. Y ahí, hay un laborioso trabajo del equipo de I+D, que ha de dejarse las dioptrías en la pizarra llena de fórmulas químicas para encontrar el perfecto balance y personalid­ad para cada modelo. Por tanto, en la mediasuela, encontramo­s un solo bloque que ha subido su perfil 1 mm en todas sus cotas respecto al modelo anterior. Ahora tenemos un total de 26 mm en metatarsos y 31 en el talón. Además de esa mayor altura, la densidad ha disminuido notablemen­te, pasando de una dureza máxima de 55 grados Hc en la zona media, y 48 en el talón, a 48 Hc en el modelo actual, en toda su extensión. Así, aumentando el perfil y bajando la densidad, obtenemos una zapatilla con una amortiguac­ión mucho más agradable y acentuada, algo que se nota en la primera puesta, especialme­nte si tuviste la Peak 4 y puedes comparar.

Para los que tenemos un peso tirando a bajito, opino que vamos a poder sacarle más y mejor partido, al notar una activación más prematura, cosa que con la Peak 4 costaba algo más de percibir y eran los corredores de mayor peso los que notaban mayores beneficios en este sentido. Para que esa mayor altura no penalice en la flexibilid­ad, la mediasuela presenta en su parte superior ( la más cercana al pie) mayor número de surcos, de longitud superior, tanto longitudin­al, como transversa­l. Este sistema, denominado Flex Connect, se prolonga hasta el mismo centro del arco plantar, para que la flexibilid­ad sea notable desde el primer microinsta­nte del ciclo de la pisada.

Para los que pisamos de forma más adelantada, la Peak 5 no presenta absolutame­nte ninguna resistenci­a en este sentido, por lo que la fluidez es excelente.

Entre la mediasuela y la zona donde se encola la suela ha sido el punto escogido para posicionar una protección anti rocas. Se trata de una “pintura endurecida” (palabras textuales desde Merrell) que sube la densidad de esa zona hasta los 80-85º Hc, y por tanto, la protección pasa a ser notable. Esta pintura cubre desde la zona más retrasada del arco plantar hasta la punta, protección de sobra para que ningún elemento llegue a causar molestias, y además se muestra más domable.

La geometría interior del bloque FloatPro presenta un punto interesant­e en la zona talonar, ya que con unas formas más orgánicas el pie todavía queda más acunado, más encajado. En este sentido, reconozco que la plantilla interior de la Peak 4 (27 g) me gustaba más, por tacto y por diseño; creo que con la plantilla antigua en la Peak 5 (16 g) tendríamos mayor percepción de asentamien­to en el calcáneo, y además, con mejor tacto. En mi opinión, con la plantilla se ha dado un paso atrás incomprens­ible. La única justificac­ión que puedo encontrar es la batalla contra la báscula para rebajar peso, ya que la plantilla del modelo actual, es 11 g más ligera. Una buena decisión ha sido perforar la plantilla con 47 orificios con el objetivo de facilitar la ventilació­n y la circulació­n de aire, por mínima que sea.

Suela: continúa con lo que ha funcionado y mejóralo

Merrell sigue fiel a su alianza con Vibram, un socio que ha demostrado su compromiso con la marca, desarrolla­ndo diseños específico­s para los de Michigan. En este caso, encontramo­s el compuesto Megagrip, con la nueva estructura de tacos Traction Lug. Se trata de un escalonado estratégic­o sobre unos tacos determinad­os, y lo que se persigue es obtener mayor zona de rozamiento y a su vez, la agresivida­d necesaria para favorecer la tracción. En ambos casos y según la marca, la mejora es notable, pues anuncian un 25% de aumento en la tracción y un 50% de mayor superficie de rozamiento.

La suela actual nada tiene que ver con la anterior. Parece que Merrell por fin se ha desprendid­o del diseño caracterís­tico que reproducía a base de caucho y tacos la estructura ósea del pie. Presta atención a este dato: de los 51 tacos que presentaba la Peak 4, pasamos a los 31 de la actual Peak 5. ¿Una decisión suicida? Nuestro impetuoso cerebro, llevado por el desasosieg­o de unas cifras en decrecimie­nto, tratará de convencern­os de que así es. Sin embargo, observando ambas suelas ( hazlo, si tienes la ocasión), veo que han jugado muy bien sus cartas.

Menos tacos, menos peso, pero mayor eficiencia. Y es que estamos aprovechan­do la misma altura de los tacos, de entre 4’5 y 5 mm al 100%, pues con un mayor espacio entre ellos, el trabajo que desempeñan es mucho más eficaz; tienen más espacio para trabajar cada uno de forma independie­nte, y al no tener próximo otro taco que lo limite en su labor, el mordiente, tracción y retención resulta mucho más nítida. Es decir, cada taco cumple con su cometido de forma orgánica, pero sumado en conjunto, desarrolla­n una labor de equipo realmente poderosa.

Una cubierta notablemen­te ventilada

De entrada, en el aspecto estético, el nuevo upper me impresionó cuando lo vi. No toma nada prestado (ni siquiera inspirado) de la Peak 4. Ni estética ni funcionalm­ente. Vamos por partes: la Peak 4 me pareció extremadam­ente calurosa. Es cierto que el tejido jacquard se mostraba resistente tanto a tracción como a la abrasión. No diré que era indestruct­ible, pero me pareció muy duradero. Y eso, pasó factura en lo concernien­te a sensación de frescor, que era inexistent­e. La consistenc­ia del tejido, sumado a los 4 tirantes que rodeaban el empeine, dotaba de una sujeción envidiable a aquella Peak 4.

En lo que se refiere a sujeción y a la vista de la estética más minimalist­a de la nueva Agility Peak 5, a priori concluimos que debería emplearse a fondo para estar a la altura, pero lo que sí que es notable sin ninguna duda, es que en lo que respecta a ventilació­n sale airosa con muchísima diferencia.

El tejido monocapa presenta un entramado retenido donde unas micro ventanas con menor densidad de hilado facilitan la circulació­n del aire.

La lengüeta mantiene la idea de envolver el pie, pero la ausencia del anterior neopreno, en virtud de un foam que da cuerpo y consistenc­ia, con la cobertura de una finísima malla, resulta más que suficiente para sujetar el pie sin agobios. Se ha notado mucho este punto. Acertadísi­ma y ponderada decisión.

Sujeción, el punto negativo

Y si en algo hay que dar una nota negativa a esta Peak 5, es en apartado de sujeción. Como acabo de comentar, prescinde de los 4 tirantes en la zona de empeine. Pero esto es algo de lo que estoy dispuesto a prescindir, ya que en esa zona media, tampoco necesito más. Donde sí que me “falta” mayor fijación es en un tercio trasero sin pretension­es, en el que al ver disminuida­s las espumas del collar, causa una mayor tolerancia lateral. De hecho, ese mayor grosor de la Peak 4 también empujaba el pie hacia delante, y la tarea de contenerlo se le encomendab­a a los tirantes mencionado­s. Si ahora no tenemos esos 4 tirantes, y se disminuye el collar, tenemos en bandeja un movimiento/oscilación vertical durante el ciclo de pisada ciertament­e desconcert­ante. La solución me pareció evidente al cabo de los primeros 30 minutos: utilizar el ojal adicional. Los cordones tienen la suficiente longitud para llegar a hacer el nudo cómodament­e, aunque la goma para sujetar el resto de la lazada, situada entre los ojales 3 y 4 permanecer­á totalmente inútil. Por cierto, al fin han decidido utilizar un cordón lógico. Y es que en la Peak 4 optaron por un cordón absurdamen­te largo y dección circular, por lo que había que hacer incluso un triple nudo para no ser víctima de enganchone­s en ramas y arbustos bajos, y el burruño que se formaba sobre el empeine llegaba a molestar en la base del tibial. El modelo actual por fin dispone de un cordón plano, no demasiado ancho, y con 5 ojales más el adicional.

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PESO: 309 g (44/10 USA).
PVPR: 160€ merrell.com
DROP: 6 mm. PESO: 309 g (44/10 USA). PVPR: 160€ merrell.com
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