Blanca Li
La famosa coreógrafa es una de nuestras grandes embajadoras artísticas.
Es hermana de la cineasta Chus Gutiérrez
Quiso ser bailarina desde niña en su Granada natal pero sus padres no podían pagarle las clases. Blanca María Gutiérrez Ortiz, que adoptó el apellido Li de su marido, el matemático Etienne Li, por pura sonoridad, esperó hasta los 12 años, momento en el que entró en el Equipo Nacional de Gimnasia Rítmica Deportiva, para dar rienda suelta a su creatividad. Allí forjó un cuerpo y una mente discplinada de deportista de élite.
En Nueva York y París
Con solo 17 años se instaló en Nueva York para estudiar en las escuelas de danza de Martha Graham y Merce Cunningham, y cinco años después recaló en el Madrid de la Movida, donde fundó el mítico bar El Calentito y el grupo Xoxonees con una de sus hermanas, la cineasta Chus Gutiérrez.
Su primer espectáculo Nana y Lila se estrenó en la Expo de Sevilla de 1992, año mágico en el que se trasladó, por amor, a París, su ciudad durante los últimos 27 años, donde se ha convertido en la primera mujer coreógrafa de la Academia de Bellas Artes de Francia y ha sido condecorada con la insignia de Caballero de la Legión de Honor (2015), por la alcaldesa Anne Hidalgo.
Regreso a casa
Sus innovadoras creaciones, que fusionan el f lamenco, el hip-hop, la danza clásica y la contemporánea, le han granjeado una reputación como para colaborar con Beyoncé, Paul McCartney, Lily Allen, o Kylie Minogue, y con marcas como Lancôme, Prada, Gaultier o Hermès, además de dirigir dos películas musicales, Le défi y Elektro Mathematrix.
En otoño de 2019 regresó a España para dirigir los Teatros del Canal, aunque la pandemia ha trastocado bastante sus planes. Tras el éxito de Le Bal Paris, primer ballet virtual de la historia estrenado en diciembre, este fin de semana presenta en el Liceo de Barcelona, Solstice, una bella coreografía con 14 bailarines, en la que vuelca su preocupación por la degradación de la naturaleza.