Viajes. Olomouc, capital espiritual
La antigua capital de Moravia, centro religioso de Chequia celebra en julio la Fiesta del Barroco, su famoso festival de ópera.
Pequeña pero monumental. Así es la ciudad de Olomouc, engalanada estos días para la Fiesta del Barroco, un programa de ópera que se celebra en las salas de un antiguo convento jesuita del viernes 6 al domingo 30. Esta cita es una buena excusa para visitar la antigua capital de Moravia, una colorida ciudad con los edificios religiosos más importantes de la República Checa, donde Mozart compuso Sinfonía de Olomouc.
En su centro histórico, la plaza del Ayuntamiento, con dos fuentes barrocas, la de Hércules y César, y la casa consistorial, con una fachada en la que destaca el reloj astronómico, considerado el primero comunista porque tras su destrucción por los nazis sus figuras religiosas fueron sustituidas por símbolos comunistas.
Patrimonio Mundial
Al otro lado está la columna de la Santísima Trinidad, una impresionante escultura barroca de 35 metros de altura levantada tras la epidemia de peste del siglo XVIII, y que en 2000 fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Otros símbolos religiosos son la catedral de San Wenceslao, reconstruida en el XIX, con tres torres, y el palacio Arzobispal, una joya del barroco de siete plantas, con impresionantes salones, como la sala de coronación de Francisco José de Austria.
A cinco kilómetros de la ciudad se encuentra la colina de Svatý Kopecek, un importante centro de peregrinación del país, en el que está la basílica de la Visitación de la Virgen María, una bel l ísima iglesia barroca que recibe numerosas visitas, sobre todo el 15 de agosto, cuando se recuerda que Juan Pablo II la convirtió en Basílica Menor al final de los años noventa. Además, allí hay un parque enorme, un zoo y maravillosos senderos para practicar trekking.
Un poco más lejos están el castillo gótico de Bouzov, sede de la Orden de los Caballeros Teutónicos entre 1799 y 1939, destruido y saqueado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y las cuevas de Javoricko, un curioso laberinto de estalactitas y estalagmitas de dos kilómetros.
En los meses de verano existe la posibilidad de contemplar la ciudad haciendo rafting por el río Moldava, una original actividad que organiza la oficina de turismo. A mediados de septiembre se celebra la Fiesta de la Cosecha, con catas de cerveza, concursos, conciertos, ferias y fuegos artificiales.