COME COMIDA REAL
Sport Life se une al movimiento #RealFooding
Vuelve a los alimentos de tus abuelos, los ultraprocesados te están matando.
El movimiento #RealFooding llega de la mano de Carlos Ríos, el dietista-nutricionista (D-N) que triunfa en Instagram porque enseña a comer sano y sin complicarse la vida. En www.sportlife.es tienes la serie de los 4 vídeos con las entrevistas a Carlos Ríos en las que nos desvela sus claves para comer mejor como personas deportistas. No te pierdas el último vídeo con un guiño a Matrix… ¿Pastilla roja o pastilla azul? Este artículo está basado en el libro de Carlos Ríos, ‘Come Comida Real’ (Ed. Paidós), una guía muy completa que te enseña a comer mejor para mejorar tu salud y no dejarte engañar por la publicidad de la industria alimentaria. En Sport Life lo hemos ‘devorado’ y nos encanta recomendarlo porque la filosofía de Carlos es la de Sport Life, las personas deportistas buscamos alimentarnos de la manera más natural y saludable posible. Ya sabemos que el mundo de la alimentación hay mucho marketing que confunde y engaña a la hora de escoger una alimentación sana, o al menos intentarlo. Así que te animamos a seguir a Carlos Ríos en su cuenta de Instagram @carlosriosq y a unirte a la revolución de #RealFooding para conocer los alimentos reales y no dejarte engañar por los ultraprocesados.
¿QUÉ HAY PARA COMER?
Ahora la oferta es más variada que nunca, podemos escoger todo tipo de alimentos en el supermercado: sandía en invierno fuera de temporada, pescado fresco viviendo lejos del mar, yogur escandinavo, café de Colombia… También podemos escoger nuestro tipo de dieta: mediterránea, cetogénica, vegetariana… Y no hace falta ni cocinar, nos pueden traer comida a casa recién hecha con una simple aplicación del móvil… Todo es posible en el mundo de la nutrición, pero algo estamos haciendo mal porque las cifras de sobrepeso y obesidad no dejan de crecer, especialmente en los más pequeños, y cada vez aparecen más enfermedades relacionadas con la ‘mala alimentación’. En nuestra época hemos pasado de comer lo que había a comer según nuestras preferencias, y empezamos a ver que lo que nos apetece, no siempre es lo más sano. Nuestras abuelas nos cuentan que antes había menos variedad de alimentos, pero que sabían mejor y los platos llenaban más con menos ingredientes. Ahora la comida sabe a plástico y no llena, apenas cocinamos y abusamos de la comida preparada. La revolución de la Comida Real o #RealFooding nos enseña a abrir los ojos y redescubrir los alimentos más sanos, los que comían nuestros abuelos y abuelas, y no dejarnos engañar por las campañas de publicidad con las que se disfrazan los alimentos ultraprocesados, que nos alejan de la comida real. Al final, el plato de fabada de la abuela era lo mejor, pero eso sí, la casera, de cazuela a fuego lento con ingredientes de toda la vida.
¿QUÉ ES EL REALFOODING?
El RealFooding es un estilo de vida basado en comer comida real, de verdad, evitando los alimentos ultraprocesados, que se ha convertido en un movimiento social, que defiende el derecho a una alimentación saludable para todos, en lucha contra el lado oscuro de la industria alimentaria, y lo hace con argumentos científicos y con conciencia ética. Si todos los consumidores nos unimos para comer comida real, los ultraprocesados dejaran de fabricarse y comercializarse en los supermercados. Curioso es que viviendo en una época con el mayor acceso a la información, haya la mayor ola de desinformación general. Desde el ordenador puedes encontrar el menú para prepararte tu próxima carrera, recetas divertidas y sanas para cocinar en casa con los niños, o una dieta para perder peso o para ganar masa muscular… Todo está en la red, pero gran parte de esa información es falsa, no contrastada y en algunos casos peligrosa para tu salud. Los alimentos ultraprocesados son los ‘malos’ de esta película, saben bien, te ahorran tiempo, y están camuflados como ‘buenos’ gracias a campañas de marketing muy eficientes que se juntan con las ganas que tenemos de creer que una bebida puede tener más fruta que una naranja, o que con una bolsa de aperitivos sin grasas vamos a perder kilos, o que tienen un ingrediente especial para deportistas que nos hará correr más rápidos o recuperarnos antes de los esfuerzos. El movimiento #RealFooding es sencillo, no requiere gastar más dinero, ni ser especialista en nutrición, o estar al día en las últimas publicaciones de nutrición. Como cuenta Carlos Ríos en su libro, su madre y sus abuelas fueron sus mejores profesoras al descubrirle la cocina con alimentos reales mientras le preparaban la comida en casa. Y es que como dice Michael Pollan, uno de los pioneros activistas defensores de la nutrición real y saludable: No comas nada que a tu bisabuela no le pareciera comida. Y eso no sólo se aplica a los ganchitos de color naranja fosforito o las gominolas con forma de osito, también incluye los geles deportivos de última generación y los batidos détox de color azúl-verdoso que asumimos como alimentos para personas preocupadas por la salud.
¿QUÉ ES UN ALIMENTO ULTRAPROCESADO?
Los ultraprocesados son lo opuesto a la comida real, lo contrario a los alimentos que han sido la base de la alimentación humana durante toda nuestra evolución. Empezaron a aparecer con la industrialización, como una forma de conservar los alimentos el máximo tiempo posible, y poco a poco fueron sustituyendo a los alimentos reales, y convirtiéndose en un gran negocio para la industria, que pasó de alargar la vida de los alimentos al gran negocio del procesamiento, con el que se podían abaratar los costes, reducir las pérdidas y ‘enganchar’ al consumidor, gracias a procesos como la transformación de las grasas por hidrogenación, el refinamiento de las harinas, la hidrolización de las proteínas, y la adición de sal y azúcares sencillos que potencian el sabor y estimulan el apetito para comer más cantidad. Es importante que dejemos de clasificar y escoger los alimentos por su contenido en calorías, si fuera así un plátano sería menos saludable que un refresco sin azúcar, o un puñado de nueces sería peor opción que un puñado de cereales bajo en calorías pero con grasas trans. La forma de diferenciar los alimentos sanos de los que no lo son es su grado de procesamiento, que los convierten en preparaciones industriales comestibles, que tienen poco en común con los alimentos naturales que les dan el nombre. No es lo mismo un lácteo como la leche o el yogur, que un postre lácteo como las natillas o una mousse de yogur. Los ultraprocesados no son lo mismo que los procesados. Los procesados pueden ser saludables y permiten aprovechar alimentos frescos de una forma más natural, como se ha hecho siempre. Por ejemplo, un queso curado artesanalmente es un alimento procesado y sano, o unas sardinas enlatadas en aceite, o unas verduras congeladas. En este caso el procesamiento alarga el tiempo de conservación de los alimentos, mantiene muchas de sus propiedades nutricionales y al revisar las etiquetas, podemos comprobar que no hay muchos ingredientes y estos son identificables en su mayor parte. ¿Cómo sabemos que estamos ante un alimento ultraprocesado? Basta con mirar la etiqueta nutricional, cuando hay más de 5 ingredientes ya empezamos a sospechar, y si entre estos ingredientes aparecen nombres difíciles de pronunciar o no se identifican con alimentos que has comido alguna vez, lo más seguro es que sea un ultraprocesado en el 99% de los casos.
Busca ingredientes como edulcorantes, extracto de malta, lecitinas, potenciadores del sabor, colorantes, conservantes, etc.