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El increíble viaje de Contreras

Michael Ragoonath, linier de Al Ghandour, anuló el gol que hubiera permitido a España jugar la semifinal: años después, el exportero cruzó el Atlántico para encontrars­e con él

- JAVIER GIRALDO @ flytoapia

Cuando España se enfrentó a Corea en los cuartos de final del Mundial de 2002, nadie podía imaginar que el árbitro de aquel partido, un egipcio llamado Gamal Al Ghandour, entraría de lleno en el imaginario colectivo del fútbol español. Y no precisamen­te para bien. La historia es conocida: fue el peor arbitraje sufrido nunca por la selección española (quizá comparable a la eliminació­n ante Italia en 1934). Una acumulació­n de pequeños errores que acabaron convertido­s en un desastre mayúsculo; una enorme decepción para la selección.

Al Ghandour anuló un gol a Helguera y ya en la prórroga, otro a Morientes, tras un pase de Joaquín.

Según su asistente (llamado Michael Ragoonath, de Trinidad y Tobago, el coprotagon­ista de esta historia), el balón había rebasado la línea de fondo. España fue a los penaltis, donde cayó eliminada, en medio de un clima de indignació­n general.

Uno de los espectador­es de excepción de aquel partido era el tercer portero de la selección española, Pedro Contreras, por entonces jugador del Málaga. Su presencia en ese Mundial ya había tenido su miga, porque entró a última hora, para ocupar el hueco dejado por Cañizares, que sufrió un percance doméstico con un bote de colonia en el hotel de concentrac­ión.

EN BUSCA DEL LINIER

Como a todos los integrante­s de aquella selección, aquel arbitraje se le quedó grabado en la memoria. Y años después, decidió emprender un viaje insólito, mitad aventura, mitad ajuste de cuentas futbolísti­co: cruzaría el océano Atlántico en barco para reencontra­rse con el linier de Trinidad y Tobago que levantó el banderín aquel 22 de junio de 2002.

Acompañado de Alfonso Manzaneque, Contreras zarpó en el Peter's Boat en enero de 2010 desde Benalmáden­a (Málaga).

Por delante le esperaban 3.300 millas náuticas, unos 6.000 kilómetros. Arrancaba la operación `Buscando al linier del Corea-España', como él mismo la bautizó, que tendría un coste aproximado de 25.000 euros.

No lo tuvo fácil Contreras. Pese a sus innumerabl­es gestiones, iniciadas ya en Málaga a través del árbitro internacio­nal Antonio Jesús López Nieto, Ragoonath no parecía muy dispuesto a entrevista­rse con él. Finalmente, y gracias a la ayuda de la embajada de España en Trinidad y Tobago, Contreras se reencontró con el linier. Lo explicó en primera persona en el diario `Marca' .

“Ni en el mejor de mis pensamient­os podía imaginar que saliera tan bien. En un ambiente distendido, cordial, en el que nuestro nexo de unión ha sido este fútbol que tanto amamos. Comprendo que muchos de vosotros desearíais leer que el encuentro ha sido muy tenso, con reproches mutuos, en el que el mal rollo se respiraba en cada pliegue de las dos banderas que presidían el acto. E incluso algunos desearíais un conflicto internacio­nal. Pues no, amigos, nada más lejos de la realidad, y me honra decirlo”.

“HASTA ME CAYÓ BIEN, EL TIPO”

“Desde el comienzo nos encontramo­s con una persona afable, abierta y, pasada la timidez del inicio, muy conversado­ra con todos los más que íbamos sacando. Coño, hasta me cayó bien el tipo. Nos contó muchas cosas interesant­es que ocurrieron antes, durante y después de ese fatídico partido”, comentó Contreras en su relato del viaje.

Ragoonath, que nunca volvería a pitar un partido internacio­nal, también le dijo a Contreras que España era la gran favorita para ganar el Mundial de 2010. En eso sí que acertó, al menos.

“Nos contó muchas cosas de antes, durante y después de aquel partido”, dijo Contreras

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EFE Al Ghandour privó a España de jugar las semifinale­s del torneo en 2002 //
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