Ya hay nueva piel para la próxima Champions
El Barça presentó la nueva camiseta para la próxima temporada el mismo día en la que la UEFA comunicó, por carta vía RFEF, que el Barcelona, la Juventus y el Real Madrid habían sido inscritos para la próxima edición de la Liga de Campeones, archivando así la investigación por el tema de la Superliga. Las amenazas del máximo organismo europeo, como la expulsión durante dos temporadas, han quedado en nada. Humo y ultimátums sin cumplir porque era imposible concebir una competición sin tres clubes que suman 20 Copas de Europa o con las dos entidades más populares del mundo, como el Barcelona y el Madrid. Lógicamente, la UEFA no quiere matar la gallina de los huevos de oro y ha decidido echar marcha atrás a las intenciones de Ceferin para intentar aparentar que la rebelión ha quedado en nada. La UEFA mira por el espectáculo, y sobre todo el negocio, y sin la presencia de estos tres clubes, la Champions se habría acercado a la Europa League, con unos niveles de audiencia solo ligeramente superiores. Un riesgo que había que calibrar en asumir. Y la decisión es de la hacer como si no hubiera pasado nada. La UEFA ha cambiado el paso mientras los tres clubes no se han bajado del proyecto de la Superliga y siguen allí, a la espera de dar un golpe de efecto definitivo porque las reivindicaciones permanecen vivas, aunque hoy dormidas.
Es normal después de la pésima puesta en escena de Florentino Pérez, que no ayudó en nada para que acabara siendo una realidad, y las presiones que recibieron los clubes ingleses del primer ministro Boris Johnson supusieron su renuncia. La próxima Champions se disputará como si nada, pero las quejas de los grandes clubes permanecen allí, pues el covid les ha dejado tocados y esperan un nuevo reparto de los beneficios, ya sea a través de la Superliga o de una reformulación de la Liga de Campeones.