PULSO AL PSG
El conjunto de Galtier es el inesperado líder de la Ligue 1, siendo un equipo capaz de funcionar sobre el verde pese a los movimientos en los despachos
El Norte quiere el título y el Lille mantiene su pulso con el PSG por el campeonato en la Liga de Francia
En Francia ya hay quien osa discutir la hegemonía del PSG. No vale ya ser segundo. Así, esa liga en la que todos compiten y siempre termina ganando el PSG quiere cambiar de rumbo. Démosle demérito al cuadro parisino si hace falta, que entre cambios de entrenador, lesiones y algo de `pereza' se ha dejado más puntos de lo normal. Pero vamos a darle algo (mucho) de mérito a lo que está haciendo el actual líder. Sí, este fin de semana llega la jornada 26 y el que está allí arriba es el Lille. Porque hay un técnico, Galtier, que tiene al equipo trabajadísimo tácticamente (siete partidos seguidos sin perder en Liga) y porque encaja poquísimo (uno en los últimos siete duelos), entre otros. Y todo en una temporada en la que lo institucional y lo deportivo han cogido caminos distintos.
En medio del proyecto, Gerard Lopez, expresidente, decidió vender el club por las numerosas pérdidas a Callisto Sporting S.à.r.l., propiedad de Merlyn Partners y que colocó a Oliver Letang como mandamás. Con la salida de Lopez, también caía Luis Campos, uno de los mejores directores deportivos de Europa. El hombre, por ejemplo, que fichó a Pépé, Osimhen o Rafael Leao a un coste bajo y los ha vendido en los últimos años por millonadas.
EL MILAGRO DE GALTIER Ni así el club ha sido rentable. De ahí el mérito en lo deportivo, fruto del gran trabajo de Campos pero también de un técnico como Galtier, que ha sabido sobreponerse a toda la fuga de talento para mantener la identidad y el proyecto a flote. Y de qué manera. El Lille se ha convertido en un equipo reconocible, que juega de memoria y capaz de ser decisivo tanto en el juego posicional como en transiciones. Con ese 4-4-2, el equipo se siente seguro, como un único bloque, con las líneas de cuatro bien juntas, permitiendo muy poco a los rivales y siendo dañinos con balón, sin miedo a ser protagonistas en la posesión y a desplegar hasta cinco atacantes en los últimos metros.
Pero si por algo destaca este Lille es por ser un bloque sólido atrás. El triángulo Maignan-Fonte-Botman tiene mucha culpa. El meta se ha convertido, junto a Ederson del City, en el portero que más veces ha logrado dejar su portería a cero (15) en las cinco grandes ligas. Fonte y Botman han ayudado. La dupla combina la veteranía del luso con la juventud del neerlandés, que captó la atención secando el ataque del PSG.
En ataque no andan cortos. El Lille tiene la creación que le da Renato Sanches y André por dentro y hombres como Luiz Araujo por fuera. Y luego está la velocidad y la pegada de los de arriba, donde la movilidad y los intercambios de posición resultan claves para desactivar telarañas defensivas. Ikoné y Bamba, dos puñales, son los que desequilibran para que Yacizi, Yilmaz y Jonathan David marquen diferencias en el área. David, por cierto, está ya enchufado tras un inicio terrible. Con 25 jornadas disputadas, el Lille está de moda. Veremos si les alcanza para emular a Hazard, Gervinho, Cabaye y compañía, el último Lille campeón (2011) y si pueden mantener el ritmo de jugar cada tres días ahora que viene también Europa, con esa eliminatoria ante el Ajax. Muchos partidos y mucha presión.
Gerard Lopez decidió vender el club en esta campaña por las enormes deudas que arrastraba
La situación en lo institucional no ha salpicado a un vestuario unido que quiere repetir la gesta de 2011