Llorens frena la euforia
Nadie quiere lanzar las campanas al vuelo. Ni los técnicos ni las jugadoras. Todos saben que el miércoles, en el Mini Estadi, les espera otra ‘final’ pero que el premio es muy goloso: clasificarse para las semifinales de la Champions League
De puertas hacia afuera y de puertas hacia adentro. El mensaje que no dejó de repetirse entre las jugadoras del Barça femenino tras la importantísima victoria conseguida en el campo del Rosengard era simple y claro: solo se ha conseguido la mitad del objetivo y queda todavía un partido de vuelta en el que puede pasar de todo. Por tanto, no vale confiarse. Las jugadoras que dirige Xavi Llorens son conscientes de que se ha dado un paso más respecto al año pasado. Sin embargo, el 0-1 es un resultado corto. El equipo, a diferencia de lo que pasó ante el PSG, se atrevió a jugarle de tú a tú al Rosengard. Controló el balón, supo mantenerlo con el objetivo de sufrir lo menos posible y encontró petróleo en una de sus pocas llegadas al área rival quizá el único ‘pero’ al partido fue no aprovechar ese dominio para ampliar la renta-. El plan trazado salió a la perfección y Sandra Paños, segura una vez más, tuvo que intervenir menos de lo que se podía esperar en un principio.
DESCUBRIENDO AL ROSENGARD “Sabemos que será duro, pero espero que menos de lo que imaginamos”. Las palabras precisamente de la portera alicantina en la previa del choque dejaban claro lo que esperaba la plantilla del Barça de las Marta, Schelin y compañía: un equipo físico, intenso, vertical y potente. La sensación, sin embargo, al final del partido era que aún siendo un equipo duro y complicado, la realidad del Rosengard era otra. Las suecas no supieron jugar la carta anímica que supone jugar en casa y acusaron la falta de rodaje típica en un equipo que aún no ha comenzado su liga. Además, Marta no apareció y Schelin se retiró lesionada. El hecho de tener una semana más para el partido de vuelta y que al Rosengard solo le vale ganar, hará más peligroso al conjunto nórdico de cara a la vuelta. Allí será donde el Barça debe aprovechar el factor campo rematando la eliminatoria. Hacerlo en un Mini Estadi lleno o con una entrada similar o superior a la del año pasado ante el PSG (8.319 espectadores) seguro que lo hará más fácil.
SIN DESCANSO Sin apenas tiempo a darse cuenta de lo conseguido en Malmö la plantilla del Barça ya piensa en el partido del domingo ante el Sporting de Huelva en el Mini. El equipo aterrizó a primera hora de la tarde en Barcelona procedente de Copenhague y fue directa a entrenar a la Ciutat Esportiva. La liga es el gran objetivo de la temporada y el Barça sabe que no puede fallar más si quiere recortar los cuatro puntos que le separan con el Atlético.
El equipo sabe que ha dado un paso importante para estar en ‘semis’, pero que no es definitivo
Esperaban más de un Rosengard que será mucho más peligroso en la vuelta que se jugará en el Mini