¿En qué consiste el ‘expediente técnico’ de una máquina?
Quien más quien menos, entre las personas relacionadas con la maquinaria industrial (fabricantes, usuarios, instaladores…) todos han oído hablar del famoso ‘expediente técnico’ que, según la directiva de máquinas, el fabricante está obligado a tener. La directiva no da muchas pautas sobre cómo debe hacerse, pero, además, para mayor misterio tampoco obliga al fabricante a darlo a su cliente. Solo hay obligación de darlo a la autoridad competente y eso cuando ésta tenga causa justificada para requerirlo.
¿En qué consiste realmente el expediente técnico de una máquina? ¿ Es ciencia ficción? ¿Es un mito? ¿Hay que ser un segundo Einstein para hacerlo correctamente? ¿O es más bien una simple “molestia burocrática” que no hay más remedio que sobrellevar? Nos ofrece todas las respuestas Alfonso de Victoria, MAST, Machinery & ATEX Safety and Training, empresa associada a Bequinor:
“La verdad es que dicho expediente no es ni lo uno ni lo otro. Se compone de varias partes y, ciertamente, tiene un considerable contenido técnico, ya que el fabricante ha de dejar constancia de los cálculos que ha hecho, de las instrucciones de uso proporcionadas al cliente, de las protecciones eléctricas incorporadas… Todo eso lo tiene que hacer el fabricante y habitualmente lo sabe hacer bien. Pero la parte más importante, la verdadera clave de un expediente técnico bien construido es, podríamos decir, más filosófica. Consiste primordialmente en algo tan sencillo y, a la vez, tan complicado, como identificar correctamente las situaciones peligrosas y resolverlas correctamente. Una situación peligrosa es un conjunto de cuatro ítems: peligro propiamente dicho, zona de la máquina donde se da el peligro, fase de vida y causas que podrían dar lugar a un daño. Y para adentrarse en el laberinto de, correctamente, identificar las situaciones peligrosas y solucionarlas, la herramienta principal, como en tantas facetas de la vida, es el sentido común. Sin embargo, es bueno dejar que al sentido común le ayude el amplio acervo de normas armonizadas disponibles, normas técnicas que no son de obligado cumplimiento pero que contienen lo mejor que se conoce a día de hoy para garantizar la seguridad de la maquinaria. Por ello, su seguimiento recibe el premio de la “presunción de conformidad” y, por ello, nunca nadie discute una solución que se apoye en el criterio de una norma armonizada”.