LOS LAGOS DE TITÁN NOS DAN PROFUNDAS SORPRESAS
Los pequeños lagos del hemisferio norte de Titán –la mayor luna de Saturno y la segunda en tamaño del Sistema Solar, tras Ganimedes (de Júpiter)– son más profundos de lo esperado: hasta 100 metros. Se hallan en lo alto de elevaciones, y se componen de metano puro y no de una mezcla de metano y etano, como se creía. Estas son algunas de las revelaciones fruto del último vuelo de la nave Cassini de la NASA sobre este satélite, en abril de 2017, justo antes de dirigirse a Saturno y arder en la atmósfera del gigante gaseoso.
Los hallazgos del radar de la sonda, publicados ahora en Nature Astronomy, aportan valiosa información sobre la hidrología de Titán –el único cuerpo del Sistema Solar con líquido estable en su superficie, además de nuestro planeta–, similar a la de la Tierra, aunque no basada en el agua, sino en el metano y el etano, gases que a las bajísimas temperaturas de esta luna se comportan como líquidos. Una de las sorpresas ha sido saber que, al igual que los mares vecinos del hemisferio septentrional, estos lagos se componen solo de metano.
Se conocía que estaban muy por encima del nivel del mar, pero no que coronaran elevaciones a cientos de metros sobre el área circundante. La pequeñez y profundidad de estas masas líquidas sugiere que se formaron cuando el lecho rocoso del hielo y las sustancias orgánicas sólidas se disolvieron en un proceso similar al que crea los lagos kársticos terrestres. La Cassini descubrió también que en Titán hay lagos que aparecen y desaparecen, a causa de la evaporación estacional y las filtraciones al subsuelo.