Echa la culpa de tu gula a...
Múltiples factores pueden influir en que estés ingiriendo demasiada comida. Toma nota de ellos.
... TUS GENES
La glotonería puede venir escrita en los genes. Científicos australianos identificaron hace poco una mutación en el gen FTO asociada con una predisposición un 30 % superior a comer de manera compulsiva. Al parecer, dicha alteración del ADN provoca que esas personas necesiten consumir más alimentos para sentirse saciados.
... TUS FAMILIARES Y AMIGOS
No solo se contagian el resfriado y la gripe: también la obesidad. Un estudio de tres décadas de duración basado en datos de doce mil adultos reveló que compartir mesa con familiares y amigos con sobrepeso hace que engullamos más de la cuenta. En cambio, comer en compañía de gente delgada invita a que controlemos las calorías que nos llevamos a la boca.
... LA VARIEDAD
Las evidencias científicas dicen que comemos más cantidad cuando nos sentamos ante un plato que combina distintos sabores –por ejemplo, una paella o una ensalada de pasta con verduras, pollo, queso, frutos secos y manzana–. Hasta tal punto es así que cuanto más variada es la dieta de un individuo, más calorías consume a diario y más grasa acumula en su cuerpo.
... LA PUBLICIDAD
¿Qué despierta más el apetito, el olor a pan recién hecho o una foto de una hamburguesa con patatas fritas? De acuerdo con un estudio neurocientífico de la Universidad de Yale (EE. UU.), los anuncios suponen uno de los mayores estímulos para la voracidad, sobre todo para el público infantil. Es más: la exposición constante a vídeos e imágenes de comida tiene un efecto directo sobre la ganancia de peso.
... EL ESTRÉS
A corto plazo, quita el hambre. Como respuesta a las tensiones, el hipotálamo produce la hormona liberadora de corticotropina, que causa inapetencia, y también epinefrina, que nos pone en modo lucha o huida –y comer deja de ser importante–. En cambio, si el estrés persiste, una cascada de cortisol inunda el cerebro, lo que aumenta el apetito y el deseo de engullir alimentos ricos en azúcares y grasas.
... LAS PRISAS
Si comemos a toda pastilla, al estómago no le da tiempo a producir suficiente péptido YY y GLP-1, dos hormonas responsables de la sensación de saciedad. Debido a eso, nos cuesta más saber cuándo parar.