Las reglas del juego
El antropólogo y pedagogo Bert Hellinger, inspirado en las sociedades tribales con las que convivió durante 16 años como misionero en Sudáfrica, describió una serie de normas universales que deben respetarse para que el sistema familiar funcione. Son los cimientos de la terapia sistémica transgeracional o de constelaciones familiares, creada por Hellinger en los años ochenta del siglo XX. El punto de partida: el individuo forma parte de un conjunto –familia, país, empresa, comunidad– con el que sostiene relaciones multilaterales, y la transgresión del orden o las reglas implícitas provoca tensión y conflictos. Son estas: Ley de pertenencia. Todo miembro del clan tiene derecho a pertenecer, ser aceptado y respetado en el puesto que ocupa y asumir solo las responsabilidades y obligaciones que le corresponden. Ley de equilibrio. Deben equilibrarse las pérdidas y ganancias de cada cual en el grupo y ha de reinar una sensación general de justicia. Los favoritismos perjudican a todo el conjunto, incluido el favorecido. El orden de rango es descendente. El primero en nacer tiene prioridad sobre el que llega después. Esta regla, defendida a ultranza por la teoría de las constelaciones familiares, ha encontrado muchos detractores, sobre todo entre los benjamines, aunque es un principio que rige sociedades ancestrales de todos los continentes. En el África actual, por ejemplo, un hermano manda sobre el siguiente, aunque se lleven solo unos meses, y no hay pecado peor que no mostrar respeto hacia los abuelos.
Culto a los antepasados. Lo hacemos, por ejemplo, cuando llevamos flores a la tumba de padres o abuelos o en festividades como el del Día de Todos los Santos. La idea es honrar y reconocer a los que nos precedieron, porque sin ellos no existiríamos.