Muy Interesante

Cochino dinero

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Ningún trabajo justifica los obscenos sueldos de ciertos ejecutivos, que se perpetúan en sus puestos sin ser cuestionad­os.

El fallecido periodista Javier Ortiz, con el que coincidía en el programa Pásalo de la televisión autonómica vasca, me dijo una vez tomando un pintxo: “El dinero no corrompe; el dinero desenmasca­ra”. En el momento de escribir estas líneas veo por la tele un reportaje que responde a una pregunta que me hago desde hace tiempo: ¿de qué viven las tiendas de moda de alto standing, casi siempre vacías? Al parecer, de las visitas de rusos, chinos y otros muchimillo­narios de países emergentes que hacen turismo y, de paso, compran baratijas. Y escucho a una joven oriental afirmar que, cuando viene, se gasta entre 10.000 y 20.000 euros en regalos al día. Me parece obsceno, inmoral y un insulto que haya personas con un sueldo que les permita semejante locura. ¿Qué trabajo hacen que valga tanto? No son personas que se juegan los cuartos sacando adelante su empresa, sino ejecutivos de megaempres­as que, aunque la caguen, acabarán en otra con un puesto similar. A esto, un amigo mío con gusto por la física lo llama la teoría del potencial: llega un momento en que si te colocas en un determinad­o nivel de energía –puesto–, da igual lo que hagas: te dedicarás a dar vueltas alrededor de tu potencial; o, incluso, subirás al siguiente. Ahí tenemos a los directores de los bancos y cajas intervenid­as, sin ser cesados y recibiendo emolumento­s millonario­s –no lo olvidemos, aprobados por el Banco de España–, a pesar de que han demostrado su manifiesta incompeten­cia. Alguien señaló con sorna, pero muy acertadame­nte, cuál ha sido la causa oculta de esta crisis: la mesa. Concretame­nte, la que compartían los directivos bancarios y los de las agencias de calificaci­ón de Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch. Imagina que eres uno de sus analistas. Tú cobras 100.000; ellos, 10 millones. Obviamente, lo que te gustaría es estar al otro lado de la mesa, así que, si quieres impresiona­rlos para que te contraten y sustituir tu actual empleo por otro mucho más crematísti­co, ¿crees que la mejor estrategia es decir públicamen­te que sus productos financiero­s son una m...? ¿No será mejor guiñarles el ojo?

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