ORGANIZACIÓN INTERNA
Más allá de los cargos y obligaciones específicos que tuvieran, los miembros de la Orden del Temple se dividían en tres grandes grupos, según su origen social y según fueran o no guerreros, y a ellos se añadían otros dos grupos subsidiarios:
CAPELLANES. Estaban a cargo de los asuntos religiosos, pero también podían ejercer responsabilidades administrativas. SARGENTOS. Guerreros de origen plebeyo. Podían ocupar cargos de segundo orden y se les asignaban un caballo y un escudero. CABALLEROS. De origen noble, eran los auténticos “caballeros de Cristo” y los únicos con derecho a usar la capa y el sobreveste blanco con la cruz roja. Se les asignaban, por lo menos, un escudero y tres caballos.
Turcópolos. No pertenecían a la Orden. Eran soldados mercenarios (arqueros montados) de origen bizantino.
Artesanos y escuderos. Se encargaban de las actividades manuales y del mantenimiento de las armas del caballero. No eran guerreros.
templarios compraban un molino, después un bosque aledaño, luego unas tierras de labor, después un pueblo, y con todo ello formaban la encomienda, a la manera de un feudo. Así, establecieron encomiendas que se esparcían por toda la geografía francesa ( y más tarde a escala global) y que no distaban unas de otras más que un día de viaje, con lo que se garantizaba la seguridad de los que se trasladaban entre ellas. Toda esta riqueza, en teoría, tenía como única meta mantener a un ejército en pie de guerra constante en los Santos Lugares; de ahí el lema de la Orden: “Nonnobis, Domine,non nobis, sedNominiTuodagloriam” ( No para nosotros, Señor, no para nosotros, sino para la gloria de Tu Nombre). Pero a principios del siglo XIV los musulmanes habían expulsado a todos los cruzados de Jerusalén, por lo que esa misión – la defensa de los Santos Lugares– estaba en entredicho por carecer cada vez más de sentido y credibilidad. El papado propuso entonces la unificación de las distintas órdenes militares con el fin de recobrar fuerzas y lanzar una nueva Cruzada de reconquista, pero el Temple se negó por miedo a desnaturalizarse y perder su poder, y eso indispuso a la Orden con Roma. Fue el principio del fin. él tenía jurisdicción total sobre los templarios. Tras un largo proceso de tiras y aflojas entre el papado y el monarca, de detenciones, torturas, confesiones, bulos, retractaciones e infamias, en 1312 la Orden del Temple fue disuelta y sus bienes – los que no robó el rey francés– se confiscaron y traspasaron a la Orden de los Hospitalarios. Y finalmente, el 18 de marzo de 1314, el último Gran Maestre templario, Jacques de Molay, y sus postreros partidarios fueron ejecutados en la hoguera.