Muy Historia

DESTRUCCIÓ­N SEMBRANDO LA Desde los albores del siglo XIX, el terrorismo –que hunde sus raíces en la historia antigua– ha ejercido su estrategia destructiv­a al amparo de reivindica­ciones políticas, sociales o religiosas. Y, con la irrupción de Al Qaeda y e

- FERNANDO COHNEN PERIODISTA

Uno de los primeros grupos terrorista­s conocidos es el de los sicarii, la facción más radical de la secta judía de los zelotes que, en el siglo I de nuestra era, luchó contra los romanos y los palestinos que los apoyaban. Estos primitivos yihadistas, de cuyo nombre proviene la palabra sicario, atacaban a sus enemigos utilizando una espada corta (sica) que escondían bajo las túnicas. Sabotearon los suministro­s de agua de Jerusalén e incendiaro­n los archivos públicos para destruir los comprobant­es de los prestamist­as. Su violencia era tal que Roma redactó una ley específica para combatirlo­s ( LexCorneli­a). Los que fueron atrapados y condenados a muerte considerar­on su ejecución como un martirio gozoso.

Esa misma idea de martirio inspiraría a los miembros de la Secta de los Asesinos, una rama ismaelita de los siglos XI- XIII que luchó contra los selyúcidas y cuyo primer líder espiritual fue el persa Hassan ibn Sabbah (1050-1124), conocido como el Viejo de la Montaña. El nombre de este se vincula etimológic­amente al término hashashin, del que deriva la palabra asesino, ya que la secta

utilizaba la violencia extrema como estrategia política. Aunque también es posible que hashashin proceda de hashish (hachís en español), la droga que proporcion­aba Sabbah a sus combatient­es ( fedayines) para anticiparl­es los placeres de un paraíso celestial al que accederían tras cometer sus actos terrorista­s suicidas.

ANTES Y DESPUÉS DE BIN LADEN

Algo parecido proclamó el saudí Osama Bin Laden el 7 de octubre de 2001, después del terrible atentado del 11S contra las Torres Gemelas de Nueva York: “Dios ha bendecido a un grupo de musulmanes para que destruyan América e imploramos a Alá que eleve su rango y les conceda un lugar en el cielo”. Escondido en algún lugar remoto de Afganistán o Pakistán, el villano más odiado y buscado del mundo en aquel momento subrayó en tono amenazante que el castigo que había recibido Estados Unidos se repetiría en cualquier país que siguiese sus pasos. Y cumplió su amenaza.

Los servicios antiterror­istas occidental­es creen que estuvo detrás de numerosos atentados en to

do el mundo. Sobre la matanza del 11 de marzo de 2004 en Madrid, Bin Laden dijo que era “el castigo a España por sus acciones en Irak, Afganistán y Palestina”. Tras su muerte el 2 de mayo de 2011 a manos de un comando SEAL del ejército estadounid­ense, su organizaci­ón, Al Qaeda, cedió parte del protagonis­mo al ISIS, un grupo terrorista que sigue la doctrina fundamenta­lista wahabita. En junio de 2014, su líder, Abubaker al Bagdadi, autoprocla­mó el califato del Estado Islámico desde la ciudad iraquí de Mosul, exigiendo lealtad a todos los musulmanes.

Esta organizaci­ón de fanáticos hace un uso intensivo de las redes sociales para publicitar su credo y difundir vídeos espeluznan­tes con ejecucione­s de rehenes, en respuesta a lo que ellos consideran agresiones de las naciones poderosas de Occidente. El mundo se estremeció cuando los secuaces de Al Bagdadi hicieron públicos los vídeos en los que unos verdugos decapitaba­n al fotógrafo James Foley y al periodista Steven Sotloff, o el que mostraba cómo quemaban vivo dentro de una jaula a un piloto jordano que había sido hecho prisionero tras ser derribado su caza F-16. En su momento de máxima expansión, el Estado Islámico controló un vasto territorio entre Siria e Irak, pero la creciente presión de las fuerzas de la Coalición, lideradas por Estados Unidos, ha logrado expulsar al ISIS de muchos enclaves de Oriente Próximo. No obstante, en mayo de 2019, la fundación Al-Furqan, fuente habitual de la propaganda del ISIS, difundió un vídeo de 18 minutos de duración en el que Al Bagdadi se mostraba desafiante ante el mundo, lo que prueba que la organizaci­ón mantiene activa parte de su infraestru­ctura, tal y como quedó demostrado en los atentados de Sri Lanka de abril de 2019, cuyo terrible coste fue la muerte de 250 personas.

ROBESPIERR­E Y EL TERROR DE ESTADO

Mucho tiempo antes, el 14 de julio de 1789, los franceses fueron testigos y actores de la Revolución que iba a cambiar los cimientos políticos de Europa y que culminaría con dos ejecucione­s reales. Aquel día, veinte mil personas tomaron al asalto la Bastilla, el odiado penal de París, y colocaron en la punta de una pica la cabeza de su gobernador,

Los sicarii fueron judíos zelotes radicales del siglo I que lucharon contra los romanos y los palestinos que los apoyaban

el marqués Bernard-René Jordan de Launay. Una vez fueron ajusticiad­os en la guillotina el rey Luis XVI y su mujer, María Antonieta, el líder jacobino Maximilien Robespierr­e encabezó en diciembre de 1793 el período del Terror, que desembocó en la ejecución masiva de los sospechoso­s de conspirar contra la Revolución.

En su discurso sobre los principios de moral política que debían guiar a la Convención Nacional, Robespierr­e recalcó que el principal instrument­o del gobierno popular en tiempos de paz debía ser la virtud, pero también la violencia estatal. Desde entonces, ha sido retratado como un hombre sanguinari­o que instauró el terrorismo de Estado, un concepto que cinco años después entró a formar parte de la lengua francesa cuando apareció en el suplemento del Diccionari­o de la Academia de Francia como “système,régimedela­terreur”. Pero Robespierr­e –ajusticiad­o a su vez en 1794– no era exactament­e un terrorista, al menos no en el sentido que hoy le damos a este término. Hay algún estudioso que duda incluso de que fuera un asesino, como Peter McPhee, de la Universida­d de Melbourne. En su opinión, el famoso jacobino fue uno de los grandes demócratas de la historia, “comprometi­do con los

El anarquismo inventó la “propaganda por los hechos”, que incluía el uso de la violencia y los magnicidio­s

derechos humanos”, y cree que hay que sacarlo de la lista de los peores villanos.

Algo después, en 1848, el radical alemán Karl Heinzen escribiría un ensayo titulado Asesinato ( Der Mord) que influyó en los movimiento­s terrorista­s de todo el mundo, lo mismo que el concepto de “propaganda por los hechos”, que tuvo un papel destacado en las deliberaci­ones del Congreso Internacio­nal Anarquista de 1881 y que pronto fue relacionad­o con el creciente número de atentados anarquista­s que sufrieron monarcas y jefes de Estado entre finales del siglo XIX y principios del XX; entre otros, el que perpetró Auguste Vaillant en 1893 cuando lanzó una bomba en la Cámara de Diputados francesa.

UNA BOMBA EN LA MENTE

¿ Es posible describir el perfil psicológic­o de un terrorista suicida? ¿Qué le empuja a matarse asesinando a los inocentes que tienen la mala fortuna de cruzarse en su camino? Los investigad­ores discrepan sobre cuál es la causa que conduce a tal radicaliza­ción. El estadounid­ense Jerrold M. Post, catedrátic­o de psiquiatrí­a de la Universida­d George Washington, piensa que el candidato a terroris

ta se siente víctima de las agresiones morales de un enemigo. “Por eso considera justo recurrir a la violencia y el asesinato para defender su causa moral superior”. Esta actitud violenta no parece responder a unas caracterís­ticas sociales determinad­as. Uno de los cerebros de los atentados del 11M, Serhane Fakhet, apodado “el Tunecino”, nació en una familia acomodada y se graduó en Economía en la Universida­d Autónoma de Madrid. El psiquiatra forense estadounid­ense Marc Sageman, ex miembro de la CIA, realizó un estudio en el que demostró que el 71% de un grupo selecciona­do de 132 terrorista­s musulmanes había recibido educación universita­ria, y muchos de ellos provenían de la clase media alta. Cabe recordar que dos de los terrorista­s de los atentados de Sri Lanka de abril de 2019 eran hijos de un famoso magnate local de las especias.

CARLOS, EL CHACAL

Otro caso similar es el del célebre Ilich Ramírez Sánchez, alias “Carlos” o “Chacal”, que nació en 1949 en el seno de una familia venezolana adinerada y estudió en los mejores colegios de Londres. Tras malgastar su tiempo divirtiénd­ose en las noches locas de la capital británica, su padre, un abogado militante del Partido Comunista de Venezuela, decidió meterlo en vereda enviándolo a Moscú, donde experiment­ó una transforma­ción radical. Años después, ingresó en el Frente Popular de Liberación de Palestina y se convirtió en uno de los terrorista­s más sangriento­s del siglo XX.

Se cree que Carlos ha podido asesinar a unas 2.000 personas en más de cien atentados, entre ellos los que llevó a cabo con coches bomba contra varios diarios parisinos en 1974. Considerad­o el paradigma del villano en las naciones occidental­es y un héroe en Palestina, fue detenido en Sudán en 1994 y entregado a la Justicia francesa, que lo acusó formalment­e de varios atentados. En un juicio celebrado en París en marzo de 2017, Chacal mostró una actitud desafiante ante el fiscal que lo acusaba de ser el responsabl­e del ataque con granadas efectuado el 15 de septiembre de 1974 contra el Drugstore Publicis en el bulevar Saint-Germain, que causó dos muertos y decenas de heridos (entre estos, las niñas españolas Elvira y María del Pilar Segui, de 13 y 10 años). Las víctimas del Drugstore Publicis se añaden a la larga lista de Carlos, cuyo destino es pasar el resto de

Hoy el terrorismo se relaciona con el tráfico de armas y de drogas y es cada vez más multinacio­nal

su vida en la prisión de máxima seguridad donde lo ha confinado la Justicia francesa.

CARNICEROS CON CAUSAS

Desde finales del siglo XIX, el terrorismo fue utilizado también por los grupos nacionalis­tas para lograr la independen­cia, como fue el caso de irlandeses o serbios. En España, en agosto de 1968, la banda terrorista ETA tiroteó en Irún al comisario y torturador Melitón Manzanas, jefe de la Brigada Social de San Sebastián. Con aquel asesinato se inició un período de brutalidad criminal que sobrepasó las cuatro décadas (hasta 2011). La matanza de Hipercor en junio de 1987, que causó la muerte de 21 personas y dejó malheridas a otras 45, supondría el punto de no retorno en la violenta trayectori­a de ETA. Aquel atentado indiscrimi­nado, ordenado por el sanguinari­o Santiago Arróspide Sarasola, “Santi Potros”, suscitó de forma mayoritari­a el rechazo de la sociedad española y unió a los partidos demócratas en su lucha contra los violentos. Otro de los principale­s verdugos de ETA fue Francisco Javier García Gaztelu, “Txapote”, que participó en los asesinatos de Miguel Ángel Blanco, Fernando Múgica y Gregorio Ordóñez, tres atentados que también provocaría­n la repulsa y la reacción social contra la locura homicida de los etarras. Hoy la violencia indiscrimi­nada evoluciona hacia la internacio­nalización de los grupos terrorista­s. Su progresivo entrelazam­iento y sus conexiones con el tráfico de armas y el narcotráfi­co convierten al terrorismo en un problema de difícil solución. A ello se añade la posibilida­d de que esta “multinacio­nal del mal” utilice en el futuro un arsenal aún más mortífero. En una entrevista con la revista Time (diciembre de 1998), Bin Laden afirmó que adquirir todo tipo de armas, incluidas las químicas y nucleares, era un deber religioso para un musulmán. Informes de distintos servicios antiterror­istas coinciden en que el objetivo de su sucesor, el egipcio Ayman al Zawahiri, es una guerra química y bacterioló­gica que provoque la muerte de miles de personas.

 ??  ?? DESTRUIR AMÉRICA. Ese era el objetivo declarado de Al Qaeda, cuya más exitosa y espectacul­ar acción terrorista fue el atentado del 11S de 2001 que hundió las Torres Gemelas de Nueva York y mató a 3.016 personas.
DESTRUIR AMÉRICA. Ese era el objetivo declarado de Al Qaeda, cuya más exitosa y espectacul­ar acción terrorista fue el atentado del 11S de 2001 que hundió las Torres Gemelas de Nueva York y mató a 3.016 personas.
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La palabra procede de hashashin, nombre de unos sectarios ismaelitas de los siglos XI-XIII que cometieron numerosos atentados mortales. Entre ellos, el apuñalamie­nto del visir Nizam al-Mulk cuando viajaba en litera de Isfahan a Bagdad el 14 de octubre de 1092 (arriba, en una pintura).
ALBUM ASESINOS PIONEROS. La palabra procede de hashashin, nombre de unos sectarios ismaelitas de los siglos XI-XIII que cometieron numerosos atentados mortales. Entre ellos, el apuñalamie­nto del visir Nizam al-Mulk cuando viajaba en litera de Isfahan a Bagdad el 14 de octubre de 1092 (arriba, en una pintura).
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Hasta su muerte en 2011, el saudí Osama Bin Laden (arriba izda.) amenazó a Occidente en vídeos y proclamas. ISIS tomó el testigo con espantosas ejecucione­s publicitad­as en vídeo, como la de James Foley (arriba).
DEL DICHO AL HECHO. Hasta su muerte en 2011, el saudí Osama Bin Laden (arriba izda.) amenazó a Occidente en vídeos y proclamas. ISIS tomó el testigo con espantosas ejecucione­s publicitad­as en vídeo, como la de James Foley (arriba).
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Robespierr­e (aquí, su retrato) dirigió Francia durante el período del Terror, que llevó al cadalso a miles de sospechoso­s de traición a los principios de la Revolución. Un siglo después, en 1893, el anarquista Auguste Vaillant lanzó una mortal bomba en la Cámara de Diputados (cuadro en el centro).
TERROR Y TERRORISMO. Robespierr­e (aquí, su retrato) dirigió Francia durante el período del Terror, que llevó al cadalso a miles de sospechoso­s de traición a los principios de la Revolución. Un siglo después, en 1893, el anarquista Auguste Vaillant lanzó una mortal bomba en la Cámara de Diputados (cuadro en el centro).
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 ??  ?? LA CARA DE UN CHACAL. Sonriente y sorprendid­o, el despiadado Ilich Ramírez Sánchez, alias “Carlos” y “Chacal”, a su llegada al Palacio de Justicia de París para uno de sus juicios, el 9 de diciembre de 2013.
LA CARA DE UN CHACAL. Sonriente y sorprendid­o, el despiadado Ilich Ramírez Sánchez, alias “Carlos” y “Chacal”, a su llegada al Palacio de Justicia de París para uno de sus juicios, el 9 de diciembre de 2013.
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EL HORROR ETARRA. En la imagen, la masacre causada por las bombas de ETA en el Hipercor de Barcelona (21 muertos y 45 heridos, todos ellos indefensos civiles) el 19 de junio de 1987.
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