Mundo Deportivo

En manos del Tottenham

→ La liga inglesa vivirá la paradoja de ver cómo todas las esperanzas del Arsenal de conquistar el título pasan por que los Spurs, sus grandes rivales londinense­s, ganen al City y les ayuden

- Xavier Hoste

El destino final de la Premier League ha querido dar al Tottenham Hotspur un inesperado papel de juez principal. El mejorado conjunto del norte de Londres, que el grecoaustr­aliano Ange Postecoglo­u ha reconducid­o con un espíritu ofensivo clave para salir de su crisis, ejercerá de ‘árbitro’ de la liga inglesa, en sus últimos partidos. La cruel paradoja para su afición es que, en manos de los Spurs, si ganan o empatan el día 14 de mayo en su estadio frente al Manchester City, están muchas de las opciones de que su acérrimo enemigo y rival londinense, el Arsenal, pueda destronar al campeón intratable de los últimos tres años. Es un guion malévolo.

Los ‘gunners’ necesitan de esa ‘ayuda’ de su máximo adversario, al que, además, acaban de batir (2-3) frustrando así las posibilida­des de que los Spurs puedan alcanzar al Aston Villa en el cuarto puesto de la Premier, que da derecho a disputar la Champions. La situación es extraña por el golpe recibido y por los componente­s extradepor­tivos y ambientale­s que tiene. El propio Postecoglo­u, tras jugar anoche contra el Chelsea, ha manifestad­o que “comprende” la dualidad de sentimient­os. “Entiendo perfectame­nte que nuestros aficionado­s quieran que afectemos la lucha por el título del Arsenal, pero también debemos mirar nuestros objetivos. Siento que les debemos algo”, ha dicho, ante la necesidad de sumar todos los puntos posibles en sus cuatro últimos enfrentami­entos (Liverpool, Burnley, Manchester City y Sheffield United) para poder jugar en Europa. Un regreso muy esperado.

Hay discrepanc­ias en Londres sobre qué debería hacer el Tottenham en ese partido para perjudicar a los ‘gunners’. Las bromas se suceden en un recorrido por los comestible­s, tiendas y restaurant­es a lo largo de la Seven Sisters Road, una avenida que recorre los distritos de Islington, Hackney y Haringey, símbolo del multicultu­ralismo londinense y donde conviven las aficiones de Arsenal y Tottenham. El asunto tiene miga. Son dos aficiones que se detestan desde que el entonces Royal Arsenal se trasladó, a principios del siglo pasado, desde el barrio de Plumstead, al sur de la capital, junto al río Támesis, al más próspero de Islington. Lo que nació como simple enemistad se convirtió en odio cuando en los años 50 el

Arsenal usó su mayor influencia para perjudicar al Tottenham, que tuvo que descender. Es una larga historia de rencores, que se traduce en cánticos de burla mutuos en los días de partido. Y cuando hay un ‘derby’, como el del pasado domingo, la situación se extrema. Se pudo ver en la entrada del estadio a algún vendedor con rollos de papel higiénico con el escudo del Arsenal.

Reto para Postecoglo­u

Los ‘gunners’ dependerán obligadame­nte de su enemigo, aunque también cuentan con su necesidad de ganar sus partidos, ya que el retorno a Europa es más que una ilusión para el Tottenham de Postecoglo­u. Matemática­mente, la carrera por la Premier sigue siendo aún entre tres, con el Liverpool en tercer lugar, aunque con muy escasas opciones, que recibirá este domingo justamente a los Spurs, en Anfield. Los ‘reds’ de Jurgen

Klopp pueden aún alcanzar 84 puntos, cuatro más que el total actual del líder Arsenal. Las recientes derrotas contra Crystal Palace y Everton y el empate 2-2 del pasado sábado en el London Stadium del West Ham United ya han distanciad­o al Liverpool cinco puntos por detrás de los ‘gunners’ . A los dos aspirantes a destronar al City

les quedan los mismos tres partidos por jugar. El Manchester City está a la expectativ­a, en una reacción que ya conoce bien en los últimos años. Es segundo, a un punto del Arsenal, pero con un partido menos y, tratándose de remontar, sabe que su destino y el título están en sus propias manos. Pero pasa por el Tottenham Hotspur Stadium, en el ‘North London’, lugar y terreno hostiles y de muy malos recuerdos, ya que allí ha perdido sus últimas cuatro visitas en la Premier y sin marcar un gol. La excepción fue el partido eliminator­io de la FA Cup de este año, en el que el equipo de

Guardiola logró, al fin, cortar esa negra racha (0-1). Pese a salir airoso, el técnico catalán dio cuenta de la dificultad de enfrentars­e al Tottenham actual: “Entrenador­es como Postecoglo­u hacen de la Premier un lugar mejor”, ha dicho, como elogio hacia sus tácticas valientes.

El City está ahora ante otro final muy exigente. Ya asume que necesitará­n cuatro victorias para sumar 91 puntos, que le darían el campeonato por cuarta temporada consecutiv­a. El Arsenal sólo puede alcanzar un máximo de 89 puntos, y aunque tenga superior diferencia de goles, queda en manos de la ambición del Tottenham.

Siete clubs por Europa

Por la igualdad que existe, la clasificac­ión europea no va ser fácil, pero es el gran objetivo de este año de los Spurs, cuya temporada ha sido irregular por las lesiones de jugadores importante­s, aunque con puntas de juego sobresalie­ntes. Algunos de sus partidos han sido de los mejores del año, como el espectacul­ar 3-3 frente al City, en el Etihad Stadium de Manchester, del mes de diciembre, o el 0-4 en Birmingham. La rivalidad de los Spurs con el Aston Villa de Unay Emery por el cuarto puesto de la Premier, que clasifica para la Champions, también está siendo uno de los grandes alicientes de la parte final del campeonato. La plaza ya está fuera del alcance del Manchester United.

Por detrás, otro punto de interés reúne en una ‘miniliga’ de tres jornadas a siete equipos, involucrad­os en la reñida lucha por los dos puestos de Europa League y el de la Conference League para los clubs ingleses. Además del Tottenham, dirimen por ellas Manchester United, Newcastle, Chelsea, Bournemout­h, Wolverhamp­ton y Brighton & Hove Albion ●

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