Lewy acaba con la angustia
Con un doblete acabó con su peor racha y volvió a liderar a un Barça tocado
→ Robert Lewandowski (35 años) tenía marcado el encuentro ante el Alavés. El delantero centro del Barça encadenaba seis partidos sin marcar, la peor racha de su carrera desde la temporada 2010-11, cuando estaba en el Dortmund. Estaba ansioso, lo admitía a su allegados. Necesitaba marcar para recuperar la confianza porque el equipo lo necesitaba. Sabía que cuando se le fichó era para que también apareciera en los peores momentos y quería demostrarlo. Los primeros partidos tras la lesión fueron para coger ritmo, sí es verdad que forzó para llegar al Clásico y eso le pasó factura en los siguientes compromisos, pero ahora ya estaba al 100 por cien. Así que Robert quería volver a ver portería antes del parón de selecciones para dejar de lado esas ansias y angustia ante la falta de gol.
Lewandowski se sacó la espina con dos goles. Y volvió a ser importante, el que más en un equipo que sigue en horas bajas, pero que a pesar de ello va sumando de tres en tres mientras encuentra remedio. Primero, el delantero polaco se sacó un golazo de cabeza para igualar el tanto de Samu a los 18 segundos de partido. Posteriormente, transformó un penalti para darle la vuelta al marcador y dejar el definitivo 2-1.
Tras una mala primera parte del Barcelona, había preocupación y apareció el 9 azulgrana para empatar en una acción de delantero centro puro. En el minuto 53, un buen centro de Koundé, que empezó de central y pasó a la derecha a la media hora ante el baile que le estaba dando Samu, mejoró su actuación particular con balón medido al corazón del área. Lewandowski calculó perfectamente los tiempos y giró el cuello desde más allá del punto de penalti, lejos de la portería para colocar el esférico en el segundo palo, fuera del alcance del meta del Alavés. Un movimiento marca de la casa que volvió a ser impecable y desató al ariete.
Poco después, en el 77, Ferran Torres, tras un gran pase de Iñigo Martínez, provocó un penalti al avanzarse a Abqar, que llegó tarde y barrió al valenciano. Lewandowski, con su suspense habitual en la carrerilla, marcó el segundo para poner por delante al Barcelona. De tal manera, el polaco logró su séptimo tanto en Liga, además de otro que ya suma en Champions League.
Robert vuelve a sonreír, ya tranquilo, sin angustias. Sus goles deben convertirse en medicina para un equipo enfermo. Y Lewy lo sabe. Vendrán más ●
Estaba ansioso por ser importante de nuevo y se fijó irse al parón con gol y triunfo