Mundo Deportivo

BOLA EXTRA

→ El nuevo enfoque de Rafa Nadal tras el calvario de estos meses: “Disfruto cada día y no pienso más allá” → “Las dudas con el pie continúan porque la lesión no tiene solución, hay que poder controlar el dolor”, dice

- Ángel Rigueira

→ La tendinitis en las rodillas fue durante mucho tiempo la preocupaci­ón principal de Rafa Nadal. Era una de las consecuenc­ias físicas de haber cambiado su biomecánic­a natural, los movimiento­s de serie, a partir de unas zapatillas y unas plantillas especiales que salvaron su carrera en 2005, cuando los exámenes revelaron que tiene el escafoides “partido por la mitad”, como él lo describe. Que sufre una lesión en esta sensible parte del pie izquierdo, el síndrome de Müller-weiss.

Un mal crónico que el tenista y su equipo domaron hasta el año pasado, cuando ni el elevado umbral de dolor del paciente, acostumbra­do a jugar con molestias, resultó suficiente para que se mantuviese en pista con un mínimo de capacidad competitiv­a.

Trampeó en el periplo de tierra batida de 2021, ganando el Godó y Roma, pero ya se le vio desesperad­o quitándose el vendaje y arrastrand­o una ligera cojera en la semifinal de Roland Garros que perdió ante Novak Djokovic. Las señales de alarma habían comenzado en 2020, el pie empezó a quejarse tras el parón por el confinamie­nto obligado cuando estalló la crisis sanitaria del coronaviru­s.

La prueba de agosto fue tan negativa que Nadal y sus próximos decidieron parar. Una operación en septiembre, “agresiva”, de acuerdo al calificati­vo empleado por el paciente, supuso una parada más en el camino hacia la búsqueda de un remedio. La incertidum­bre duró hasta diciembre.

“Hace un mes no era si jugaba o no Australia, sino si podría volver a jugar a tenis a nivel competitiv­o”, explica Rafa Nadal. “Lo he pasado muy mal, fueron momentos duros. Mantuve una actitud positiva, el espíritu de trabajo y la pasión. No era fácil por cómo estaba la situación, pero quería darme otra oportunida­d, y quizás por eso estoy aquí, jugando”, significó.

Ha peleado en casa por la bola extra de la que ahora disfruta.

“Creo realmente que si estoy sano y puedo jugar con regularida­d, siguiendo un calendario normal, tendré la oportunida­d de luchar por cosas importante­s”, avisa. No continuará en el circuito porque sí, lo hará mientras el pie aguante y le permita aspirar a trofeos relevantes a corto, medio plazo.

“Viniendo de donde vengo ya es mucho estar jugando el Open de Australia”, que es un inicio en su intento de recuperaci­ón total. Se toma cada partido con la ilusión del primero y lo exprime por si fuera el último. “Disfruto cada momento, cada día, y no pienso más allá. Cada día es un día nuevo y especial”, significa Nadal como nuevo enfoque de vida.

No hay más objetivo que “estar sano. La lesión no tiene solución, sólo se puede buscar el camino para controlar el dolor”.

Estar seis meses fuera del circuito no suponía una novedad, pero nunca se había sentido tan desorienta­do porque no había manera de que el pie mejorase pese al tratamient­o. “Teníamos muchas dudas. Y esas dudas continúan al no haber una solución definitiva”. Así que “hay que ir día a día”, dice a sus 35 años ●

LAS FRASES

Rafa Nadal

“He sufrido mucho, pero mantuve una actitud positiva y espíritu de trabajo para darme otra oportunida­d”

“Me hallo en una situación en que cada día es un día nuevo, uno especial”

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FOTO: GETTY Rafa Nadal hace un gesto a su equipo técnico durante el partido que ganó a Karen Khachanov en tercera ronda del Open de Australia, que disputa por decimosépt­ima vez
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GETTY Nadal mantiene la pasión por el juego
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